El Estrella Damm afianza su tercer puesto
- El barco español vuelve a marcar el mejor ritmo de las últimas 24 horas
La lucha en los primeros puestos de la Barcelona World Race sigue siendo intensa. Camino a la próxima puerta de seguridad en el Índico, el barco español Estrella Damm, tercer clasificado, ha conseguido despegarse ligeramente del francés Groupe Bel, mientras continúa su persecución del Mapfre y del Virbac-Paprec 3.
El barco de Alex Pella y Pepe Ribes vuelve a tener la mejor media de velocidad de las últimas 24 horas (entre las diez de la mañana de ayer y de hoy), casi 18 nudos, recorriendo 428 millas. Esto ha sido posible merced a un buen rumbo directo al este y unas condiciones casi perfectas para la velocidad del Estrella Damm. Pero la navegación no ha sido fácil, pues no todo es correr en esta vuelta al mundo en condiciones extremas: “Ya se ha normalizado un poco la situación. Tenemos 25 nudos del suroeste y ya no damos tantos botes”, explicó Pepe Ribes en videoconferencia. “En los últimos días hemos tenido que frenar dos veces porque pensábamos que si no romperíamos el barco. Han sido dos situaciones de mar confusa, con el barco saltando al vacío como un caballo desbocado. Pusimos la trinqueta y tres rizos y bajamos a 14 nudos durante tres horas ayer por la tarde y cinco horas hace un par de días”, comentó.
“El límite del barco no lo conoce nadie”, prosiguió el patrón de Benissa (Alicante), “pero hay situaciones que por la experiencia notas que no es bueno lo que estás haciendo y tienes que bajar el ritmo. Hace dos años que sentimos el barco como parte de nuestro cuerpo, pero ahora estamos viviendo situaciones nuevas y aprendiendo sobre la marcha y con la experiencia que tienes vas solucionando los problemas que van viniendo”.
Ribes reflexionó sobre la competencia con el Groupe Bel: “Me sorprende haberle sacado millas. Eso significa que ellos también han frenado durante un tiempo. En el último informe los llevamos unas treinta millas atrás. Nosotros vamos a nuestro ritmo. No dependemos de Groupe Bel. El ritmo de nuestro barco se guía por lo que creemos nosotros que es mejor. De momento nos está funcionando bien y vamos a seguir así. Porque otros barcos corran más no vamos a apretar más si pensamos que no se puede. Es una posición un poco conservadora pero es así. Dependemos más de nosotros que de los demás”, insistió Ribes.
Según el patrón, las próximas jornadas son decisivas en la estrategia del Estrella Damm: Según los partes nos viene un role a proa y estamos al mejor rumbo VMG (velocity made good, el velocidad al rumbo más directo al objetivo), orzados para ir cayendo. En la puerta parece que hay una burbuja de poco viento. Pero los partes no son nada claros. Ninguna de las previsiones tiene mucha fuerza. Mañana a mediodía llegaremos a la puerta, y esta noche sabremos qué hacer después. Parece que la única solución para pasar el anticiclón es rodearlo, pero otras veces hemos ido al sur, después se ha aclarado y nos han sacado millas. Por eso estas 24 horas es muy importante estar atentos a los partes meteorológicos y a ver si tomamos una buena decisión”.
Al mal tiempo… pocas discusiones
Ribes explicó que con condiciones dura como las que están pasando, la relación a bordo entre él y Alex Pella no se ve deteriorada, porque apenas se cruzan: “En los días de mal tiempo no tienes apenas relación porque estás cansado y al que le toca descansar no sale de la litera, porque las horas en cubierta son agotadoras. Hay más tensión cuando hay que tomar alguna decisión importante. Sin embargo, cuando hay mal tiempo te pasas rápido la información de los ángulos, la presión… y en cinco minutos, o doce si tienes que comer, estás en la litera”, explicaba.
“Ahora mismo Alex está en cubierta trimando la mayor. Vamos con el piloto automático a 19,5 nudos de media con 25 nudos del 100 de ángulo real. En estas condiciones mantenemos una media aceptable con el piloto y trimando, mejor que si conducimos nosotros”, comentaba.
Tiempo libre… a revisar… y a comer
Preguntado por lo que hacían en su tiempo libre a bordo del Estrella Damm, Ribes manifestó que no tenían tiempo para la lectura: “El tiempo libre lo dedicamos al mantenimiento, y ahora mismo vamos con un poco de retraso, por ejemplo con algunos elementos de la electrónica que se han despegado del mamparo. En cuanto haga mejor tiempo lo primero es hacer mantenimiento, subir al palo a revisarlo… en las próximas tres semanas no preveo tiempo libre”, insistió.
Ribes se mostró especialmente contento al hablar de la comida de a bordo, imprescindible para mantenerles en forma en situaciones extremas, y agradeció especialmente a Jan Santana, director del equipo, y a la Dra. Pons del Centro de Alto Rendimiento de Sant Cugat, por haber preparado esta vertiente con acierto: “Vamos cambiando la dieta. Tenemos bolsas organizadas por semanas. Los cálculos desde Barcelona a la puerta del Atlántico eran de menos calorías, porque hacía calor. En las siguientes tres semanas llevamos lo que pensamos que necesitaremos hasta Nueva Zelanda. En mi caso, la comida de calor aporta 4.400 calorías y la de frío 5.500. Eso es porque tenemos una comida más, más barritas energéticas y frutos secos y cereales. La verdad es que estamos comiendo súper bien gracias al trabajo de Jan Santana. Vicky Pons, del CAR de Sant Cugat, nos hizo un estudio y por eso Alex y yo tenemos raciones diferentes. Basado en este estudio Jan ha organizado la comida que llevamos a bordo y está perfecto. Ahora mismo me estoy comiendo un cocido madrileño”.