El ETA de Arnaud Boissières para el domingo a pesar que el galo está frenado por el anticiclón de Azores
Unas mini Naciones Unidas restan por terminar la Vendée Globe: Un inglés, un americano, un austriaco y dos franceses finalizarán entre unos días o semanas la circunnavegación de la tierra sin ayuda y sin escalas.
Para Arnaud Boissières, aunque su corredera marca tan sólo 2,4 nudos esta tarde, el escuchar el bocinazo que indica finalizar la conquista del Everest del mar es una cuestión de horas. Unas cuantas decenas de horas si el anticiclón es bondadose y le proporciona más presión y por lo tanto menos tiempo en la mar. El patrón del Akena Vérandas dijo estar preparado psicológicamente para retornar a tierra después de 105 días en la mar. Pero claro, si piensa que va a tardar 105 días el mismo tiempo que marcó Thomas Coville en el mismo barco en 2001 (93 días para Sébastien Josse en 2005), esas ideas le proporcionan ese plus, la honrrilla de superarlo con una máquina a la que le cuelgan muchos mejillones de su bulbo. Para hacerlo mejor que Coville, Cali debe llegar antes de las 20h26m del domingo. Por supuesto, esto es completamente anecdótico. Nada se compara. Las condiciones climáticas son diferentes y el barco ha sido optimizado. Pero este es el tipo de historias que motivan a la gente de mar de la Vendée cuando sellan su clasificación. Sin tomar riesgos innecesarios, por supuesto. Cali, siendo muy cautelosos y vigilante de literalmente, no "cagarla" a última hora. Afortunadamente para él, la vaguada anticiclónica le proporciona unas condiciones más propicias para la meditación que la de cazar la escota y salir fungando. Con todo, navega con su Solent, sin duda busca entrar con luz en Sables. Ojalá que lo consiga.
Detrás de él, Steve White (Toe in the Water), a una centena de millas, en el norte de las Azores, firma una tarjeta de 10 nudos más rápido en el borde de una gran depresión.
Rich Wilson (Great American III), por su parte, empujado por los alisios, la vida no le discurre tan placentera, la causa, un mar atravesado que amarga a este viejo rockero ya jubilado en tierra. Mañana debería llegar a la latitud de Cabo Verde.
Raphaël Dinelli (Fondation Océan Vital) tiene menos de 48 horas para sufrir la barrera, eso que los franceses llaman "pot au noir" donde las encalmadas y las tormentas eléctricas te acompañan mientras la proa de los 60" Imoca va poco a poco intentando hace millas. Dinelli tiene a tiro el archipiélago de Fernando de Noronha, que precede a la zona de convergencia intertropical particularmente activa en este momento.
Más al sur, el austriaco Norbert Sedlacek (Nauticsport-Kapsch) disfruta de los mejores condiciones de los que siguen navegando, una buena brisa del sur-este, que crece a gran velocidad hacia el norte. Buena manera de apreciar sus últimos momentos en la mar antes de volver a la realidad de la tierra en unas pocas semanas ...