D+60: Desde el final del Océano Índico hasta la costa de Uruguay

Yannick Bestaven, que lleva 21 días con su Maître CoQ IV al mando de la flota, disfruta de su diferencia cuando navega frente a las costas de Uruguay: 429 millas, con Charlie Dalín y 435 con Thomas Ruyant, la mayor separación en el tiempo que lidera, con sus más inmediatos perseguidores.

Ante la situación meteorológica que se le presenta por la proa, con una serie de áreas de alta presión y pequeños centros de baja presión, formando un meandro por el que habrá que encontrar el camino más corto, el patrón de Maître CoQ IV se muestra cauteloso. Todavía navega bajo la influencia de la baja presión que se formó frente a Buenos Aires, con un Este y 15 nudos de presión que le sopla de través. Sabe que estas condiciones no le durarán mucho tiempo y necesitará mantener la cabeza fría porque posiblemente pueda perder ventajas.
Comenta: “No creo que nadie sepa realmente cómo va a resultar, pero tendremos que estar encima, serán pequeñas victorias, como en Figaro ”.

De hecho, la complejidad de la situación podría beneficiar a Apivia, LinkedOut, Groupe APICIL y a todo el pelotón perseguidor.

En el oeste, Charlie Dalin y Thomas Ruyant, separados lateralmente 40 millas, tienen, en el borde de una depresión,velocidades de dos dígitos en el momento de escribir esta crónica y superiores en ¾ nudos a la del líder. Tendrán que cambiar reglajes con viento fuerte, antes de virar (¿esta noche?) para encontrar velocidades más favorables, amurados al bordo que se adapte a su foil en buen estado.
400 millas al este de Charlie y Thomas, Damien Seguin y sus perseguidores, estos bordean la ZEA, en dirección este, y lidian con la alta presión. Tienen que trasluchar y en 48 horas, estos dos grupos convergerán y pueden haber compensado parte de su retraso con Maître CoQ IV.
A medida que la flota avanza hacia el norte y gana en latitud, las temperaturas aumentan y los solitarios guardan su ropa de abrigo. Otros prueban, en sentido figurado, la furia del Pacífico, menos Romain Attanasio, que pasó por el Cabo de Hornos a las 6:45 am (HF) esta mañana, y esta ansioso por encontrar un clima más suave.

¿Y los que todavía navegan por el Pacífico?
Desde el 3 de enero, el grupo liderado por Pip Hare esta peleando y sobreviviendo a lomos de una enorme depresión. Son 8 solitarios que viven jornadas agotadoras, con 35/45 nudos de viento (rachas de 60), aguanieve o nieve, un mar grueso y atravesado. Un contexto, que es imposible meter trapo y cazar escota para tener más velocidad, so pena de romper los barcos ya gastados por 60 días en el mar. A pesar de las precauciones y prudencia tomadas, hoy se rompió el timón de babor del Medallia. En un video conmovedor, la regatista británica lucha por contener las lágrimas, devastada por este golpe del destino que la obliga a olvidar su regata para priorizar su seguridad. El dolor es tan intenso como la lucha que ha librado durante tantos días contra los elementos para mantener su decimoquinto lugar. Pip Hare tiene un timón de repuesto. Pero no es posible reemplazarlo en este momento. Para eso necesita encontrar mares menos agitados. Por lo tanto, se ve obligada a navegar a muy baja velocidad, con la mayor arriada, mientras espera encontrar una oportunidad.
A 1000 millas del Cabo de Hornos, otros tres días y medio de navegación a la velocidad actual de sus barcos, todo este grupo está sufriendo. Aparte de una ligera pausa el viernes por la noche, las condiciones de navegación seguirán siendo muy duras.
No serán los únicos con horas de tensión. Porque a partir de esta noche Miranda Merron (23) y Clément Giraud (24) estarán en el radio de acción de una depresión del Norte.