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Charlie Dalin primero en Cabo de Buena Esperanza.

Charlie Dalin primero en Cabo de Buena Esperanza.

«Me siento como si me hubieran teletransportado aquí desde el ecuador! Es realmente impresionante lo rápido que hemos hecho este tramo hasta el Cabo. He perdido la noción del tiempo y del espacio. Ahora me doy cuenta de que si todo va bien esta tarde pasaremos el Cabo de Buena Esperanza».

Después de diez días volando sobre el Atlántico Sur, casi siempre a velocidades récord, el líder de la Vendée Globe, Charlie Dalin (MACIF Santé et Prévoyance), ha tenido tiempo de reflexionar antes de cruzar el legendario cabo a las 15:45:02h UTC de esta tarde. Su tiempo transcurrido desde Les Sables d'Olonne hasta El Cabo es de 19d 03h 43min de regata. Tardó 7d 18h 39min en llegar a Buena Esperanza desde el Ecuador.
«Ha sido tan rápido que no me doy cuenta de dónde estoy. Nos desplazamos hacia el sureste a velocidades medias, lo que significa que bajamos entre 5 y 6 grados por cada 24 horas y, de hecho, cruzamos muchas zonas horarias en un corto espacio de tiempo. Esta mañana me ha sorprendido que amaneciera tan temprano y es verano, así que todavía no estamos en una atmósfera de Océano Austral, pero no es tan malo porque es más agradable así», reflexiona Dalin, que debería cruzar entonces la longitud del Cabo de las Agujas, el punto más meridional del continente africano, que también marca el paso del Océano Atlántico al Océano Índico unas horas más tarde.

Richomme navegando a la vista de Seb Simón en latitud de Cabo de Buena Esperanza

Totalmente diferente a 2020
Por el momento, el cuarteto de cabeza se dispone a entrar en el Índico en condiciones relativamente tranquilas, sobre todo si se comparan con el brutal periodo de 2020 que vio hundirse un 30 de noviembre al PRB de Kevin Escoffier hace cuatro años, . En aquella ocasión, Dalin había conseguido una ventaja de 300 millas, pero tuvo que reducir la velocidad en el Océano Índico debido a las condiciones de temporal, con mar gruesa y confusa.
Esta vez tiene tres rivales a menos de 40 millas. El segundo clasificado, Thomas Ruyant, está a sólo 17 millas con el VULNERABLE, Yoann Richomme es tercero a 35,6 millas con el Paprec Arkéa y Seb Simon es cuarto con el Groupe Dubreuil a sólo 37,2 millas.
«Todos sabíamos que sería una regata muy competida y así está resultando. Y es genial, realmente me siento como si estuviera haciendo una Figaro alrededor del mundo. Thomas, Yoann, Seb... todos están muy juntos. Se navega duro y rápido».

Seb Simon navegando a la vista de Richomme

Pero ahora, después de la gran, especial e inesperada fase de velocidad, hay que tomar decisiones estratégicas que podrían decidir quién llega en cabeza al Índico...
«Hay decisiones que tomar, posiciones que tomar, situaciones que gestionar. Últimamente pasamos más tiempo en el ordenador que en los últimos días. El campo de posibilidades se abre un poco más». dice Dalin.
En cuarta posición y muy metido en la pomada se encuentra Seb Simon, que podría estar un poco más nervioso en las próximas 48 horas al pasar por la zona en la que sufrió daños en su foil que pusieron fin a la regata en 2020.
El patrón del Groupe Dubreuil declaraba esta mañana: «Estoy impaciente por estar en el océano Índico, por zarpar en este inmenso Sur, además tiene muy buena pinta para nosotros aparte de una gran depresión, pero sin contratiempos, va bastante rápido, habrá dos días y medio difíciles de los nueve o diez días de travesía, nos encontraremos muy rápidamente en Australia, así que tengo una noche con este viento algo tranquilo y luego las condiciones se irán endureciendo poco a poco, pero seguirán siendo razonables, ¡así que es genial!».
El nuevo plusmarquista de 24 horas en solitario en monocasco afirma que una «configuración secreta» fue la clave de sus increíbles velocidades: «Había encontrado una configuración muy extraña con el barco, no diré más pero el barco iba solo, tampoco tenía la sensación de estar presionándolo como un animal, pero realmente iba súper rápido e hice 615 millas en 24 horas manteniendo el objetivo de preservar el barco, a veces hacía maniobras para cambiar velas y no dañar el barco, para ir a hacer revisiones en cubierta, también daba marcha atrás porque tenía algo en la quilla, ¡así que podría haber sido un poco más! Pero el objetivo es llegar al final de esta Vendée Globe».

Ahora la clave será el posicionamiento y la sincronización para llegar a la próxima baja presión Austral que se mueve rápidamente y a la que debería llegar primero parte del pelotón perseguidor.

«Por el momento, estamos trasluchando hacia el Sur con poco viento y ángulos no muy buenos mientras esperamos a que se forme de nuevo la próxima depresión», explicó Louis Burton (Bureau Vallée) que, como muchos otros, espera que la baja sea el oxígeno para volver a encender sus ilusiones. Tienes que controlarte bien, un poco como cuando subes una gran cuesta en bicicleta, es decir, sin mirar demasiado hacia arriba», comentó Burton, que fue tercero en la última edición, luchando audazmente con las bajas presiones del Océano Índico para lograr grandes ganancias en aquel entonces.

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La británica Pip Hare, al igual que Burton, quiere recuperar parte de su déficit cuando llegue al sur en el Medallia. La británica lamenta un par de errores que le han costado muy caros y que la han sacado del corredor de bajas presiones.
«Los dos últimos días han sido duros, realmente duros y frustrantes desde el punto de vista del rendimiento -un par de errores me hicieron ceder algunos puestos- y luego esta bajada por este frente ha sido buena para los que están delante, cuanto más cerca estás de la cabeza del pelotón, mejor te va la vida». Hare explicó: «Creo que donde estamos nos hemos perdido todo lo bueno. Los barcos de detrás nos están alcanzando, los de delante se están alejando. Así que ahora está bien poder romper el ciclo y tener un objetivo diferente que no sea navegar rápido en línea recta, que es lo que hemos tenido que hacer durante la última semana. Todavía hace calor y el mar está llano, no hemos tenido nada de mar desde el ecuador, lo que es agradable en cierto modo, pero tengo ganas de ponerme en marcha. No me gusta que me den palos de ciego, me gustaría quitar el freno de mano y ponerme en marcha hacia el este. Ya veremos qué pasa. Son 24 horas de intentar ganar terreno hacia el sur y luego deberíamos sentir los efectos de la presión que está llegando. Y entonces veremos. Tengo esperanzas de que volvamos a contactar con el segundo pelotón».

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