Buenas y malas noticias a bordo de Financial Crisis. Historias de Hugo Ramón
La buena es que hemos abandonado la capa (heaving to en ingles) y hacemos ruta hacia Cabo de Hornos. Todavía estamos en el sector frente frío de la borrasca y nos lo tomamos con calma. ¡Acabo de salir fuera y me han pillado 60 nudos y nieve! Creemos que el timing es perfecto y si ahora vivimos la parte fuerte, cuando lleguemos a Cabo de Hornos esperamos hayan desaparecido las enormes olas y las fuertes rachas. Tenerlas donde estamos ahora no nos asusta.
La nota negativa de hoy es que me he roto un diente. El incisivo izquierdo, creo. Quedó tocado en mi lucha sobre el ring versus el cabreado enrollador del código 5. Al tener unas molestías me he pasado el hilo dental y cuando estiré un trozo de diente se ha desprendido. Voy a dejarlo bajo el saco de dormir, a ver si el ratoncito Perez me trae un regalo. Pensándolo bien solo quiero un diente nuevo. No se nota demasiado, puedo disimularlo, pero se acabó el sonreir en las fotos! Será una buena anécdota para contar a los nietos. Que no quepa ninguna duda que la magnificaré…
Mañana debería ser el gran día. Nuestra hora estimada de paso del Cabo de Hornos será entre las 18 y las 24 UTC. No sabemos si lo pasaremos de día, de noche, cerca o lejos. Supongo que enviaré el blog después : quizá se publique más tarde de lo normal. La dirección de regata ha decidido “plotearnos” en el mapa de posiciones cada hora: desde tierra se puede vivir exactamente el momento de paso. ¿Emocionante, no? ¡Pero no tanto como a bordo!
21 de Febrero.
Ya estamos a la capa. Se trata de parar el barco, pero manteniendo un buen ángulo con las olas: no quedarse atravesado para no volcar una y otra vez. Esta configuración implica tener poca superficie velica, pero la suficiente para conservar cierta capacidad de maniobra frente al peligro. Ahora estamos con 4 rizos en la mayor (parece de risa) y tormentín cazado a la contra. Esto y atar el timón del lado contrario hace que el barco vaya corrigiendo su rumbo por sí solo. Lento pero eficaz.
Se le hace extraño al regatista que busca siempre ganar la mínima centésima de velocidad, intentar hallar una combinación para frenar al máximo su avance. Sobretodo ahora, con poco viento…
¿Porqué todo este show? Para anticiparnos . Una borrasca se está fortaleciendo en la península Antártica. Nos va a proporcionar vientos de mas de 60 nudos. Nosotros estamos del lado más inestable e imprevisible de este ciclón. Normalmente la solución es correr el temporal, a unos 150-170 grados del viento real; el barco no sufre demasiado. En nuestro caso es imposible: hay una tierra a sotavento. Por lo tanto nos conviene más esperar ahora, cuando las condiciones son manejables. En cuanto lo más grueso llegue, (y va a ser muy duro), correremos el temporal. Nuestra posición actual debería dejarnos espacio suficiente. No es una táctica para evitar lo gordo, esto es casi imposible. Simplemente es conservar cierto margen de error y actuación.
Si decidiésemos continuar, la tierra que tendríamos a sotavento es la Tierra del Fuego, el Sur de la Patagonia y el Cabo de Hornos. Si Cabo de Hornos huele a aventura y libertad, asusta al más aguerrido de los marinos. No se han hundido allí centenares de barcos por casualidad. Y si no son más es porque en la actualidad casi solo lo doblan los barcos de competición.
El director de la GOR, Josh Hall, (lo ha pasado 3 veces en regata), y Nick Legatt (5 veces) nos comentaban via email de carácter urgente que, en caso de fuertes depresiones en la zona hay que tener estos puntos en cuenta:
-Las olas cruzadas que se forman al iniciarse la plataforma continental, bastante antes de llegar a Hornos, son hunde-barcos.
-Las corrientes son violentísimas: no siempre uno va adonde quiere.
-El viento se refuerza por lo menos en un 30%.
-Cerca de tierra las rompientes no nos darían cuartel.
-Los acantilados son altísimos y abruptos. Causan los llamados Williwaws, que soplan ladera abajo con radicales cambios de dirección intensificando aún más el caos reinante.
Por todo estos motivos, creemos que no es un sitio para estar con 80 nudos de viento.
Los navegantes oceánicos vivimos aventuras poco comunes y afrontamos lo imprevisto cuando la situacíón lo requiere. Pero llegado el momento en que piensas, aunque sea solo una vez, que puedes poner en riesgo tu vida y las de tus rescatadores, y que se puede evitar, no lo dudes. No tenemos nada que ganar y mucho que perder. Se llama “seamanship”, o arte de navegar.
A buen entendedor pocas palabras bastan.
Mis aventuras son posibles gracias a Mallorca Press, Cruceros Cormoran, , Banks Sails, RCNPalma, STP, Air Europa , Cessna Citation y UEP design.
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INFO HUGO RAMON
Regatista oceánico y comunicador www.hugoramon.com
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