Brest a la Vista, Épica en Azores
Los franceses Frank Cammas y Charles Caudrelier siguen imparables hacia la meta de la Brest Atlantiques, donde se espera la llegada de su Maxi Edmond de Rothschild mañana miércoles antes de mediodía. El duelo entre Macif y Actual Leader por la segunda plaza sigue apretándose cuando solo 26 millas les separan.
Los tentáculos del anticiclón de las Azores se mantienen alargados para Actual Leader (Yves Le Blevec Alex Pella) y Macif (François Gabart/Gwnénolé Gahinet), tras el paso del líder Maxi Edmond de Rothschild por una inesperada autopista hacia Brest que les permitía pasar por en medio de las islas Azores. Además, al estar navegando por delante de un frente, sus singladuras han seguido siendo muy buenas, incluso marcando hoy su segunda mejor marca de 24 horas en esta regata con 728 millas recorridas a un promedio de 30,4 nudos.
Un poco ralentizados (menos de 400 millas efectivas en 24 horas) y obligados a rodearlo, para evitar caer atrapados en sus calmas por una dorsal anticiclónica, los dos trimaranes Ultim mantienen su intenso duelo al suroeste del famoso archipiélago atlántico. Si ayer la distancia entre ambos era de 50 millas, esta mañana el español Pella y su patrón francés Le Blevec se acercaban a menos de una hora del Macif. Las opciones de atacar desde atrás con un poco más de viento espiando la ruta de su predecesor, obligan a Gabart y Gahinet tener un ojo puesto en el retrovisor. Concretamente en el sistema AIS, que sitúa en la carta electrónica la posición de los barcos cercanos para alertar posibles abordajes, la misma herramienta que permite al perseguidor Actual Leader espiarles, y saber qué condiciones tiene Macif unas millas a su proa. Una valiosa información en los momentos de navegación con vientos moderados e irregulares como están viviendo.
Muchas millas por su proa, concretamente 1.560 en la clasificación de las 16 horas, Maxi Edmond de Rothschild (Frank Cammas/Charles Caudrelier) encara en la recta final de esta Brest Atlantiques por el Golfo de Vizcaya. Sabedores de que la victoria está en sus propias manos, con permiso de la diosa Fortuna, están manteniendo un ritmo conservador para evitar riesgos que impidan su victoria. Su objetivo es evitar contratiempos durante las 220 millas restantes hasta la meta en Brest, donde se espera su llegada mañana con luz diurna, ralentizados por una disminución de viento a medida que se aproximen a la costa.