29 participantes, entre cruceros, IRC, clase Club y J90, tomaron parte en la regata a dos IV trofeo Engel & Völker
Los vencedores del IV trofeo a dos Engel & Vóker han sido el Gorilon en clase IRC, el Mushungu en clase Club con motor interior, el Gabriel Onofre en clase Club sin motor interior, y el Par en Clase J80Esta año, al evento le han salvado los j80, de los que han participado prácticamente toda la flota, y los cruceros de la clase Club, de los que ha tomado parte 15 tripulaciones, mientras de la clase IRC, que es la que en teoría se participa en el Marito, solo han salido tres embarcaciones, dos de la clase II y una de la clase III.
Esta escasa participación de los barcos que corren en el sistema IRC, que es el oficial del Marítimo, demuestra que la grave crisis por la que desde hace años está pasando el crucero santanderino sigue sin solucionarse, ya que los que están comenzando a participar, por decir algo, lo hacen con embarcaciones que se camufla en la clase Club, en la que se regatea con los paramentos de sistema Osiris habitable de la FFV, que nada tiene que ver con el sistema IRC. Esto quizás es debido a que con el sistema IRC establecido en el Marítimo, para realizar el corte de las clases II a la III se emplea el Rating de 0.980 con lo que las embarcaciones más pequeñas no tiene nada que hacer en las regatas, no existiendo ningún otro corte para las embarcaciones más pequeñas. Mientras el corte para las clase II y III no se establezca 0.959 o quizás algo menos, y no se establezca otra clase para las embarcaciones mas pequeñas, los escasos participantes de la clase crucero no navegaran en las regatas o si lo hacen lo harán camuflados en el rating que se saque del sistema Osiris habitable de la FFV, es decir, sin certificado alguno, lo que de cara a la igualdad en la competición deja todo que desear.
A las 10 de la mañana se abrió la oficina de regatas para las ratificar las inscripciones de los participantes , sirviéndose a continuación un pequeño desayuno a los mismos, tras el que se abrió , con casi treinta minutos de retraso, un briefing para explicar los recorridos y los cambios que estos sufrieron debido al escaso viento previsto; en él se mantuvo una interesante charla sobre la meteorología que se esperaba para la tirada, que se esperaba harto complicada; entregándose a continuación a los participantes una bolsa con vituallas para la jornada.
Una vez más, a los participantes se les usa para dar espectáculo, lo que con los cruceros es casi imposible el hacerlo, además, a prácticamente a ningún ciudadano le importa este deporte, de hecho los muelles de Santander estaban vacíos mientras los participantes deambulaban por la bahía
Afortunadamente sobre las 12 30 una ligera brisa del Norte comenzó a entrar por la boca de la bahía, con lo que la salida se pudo dar a la hora prevista, haciéndolo todos participantes a la vez; lo que en una salida que no tiene agua navegable por uno de sus extremos, se convierte en peligrosa al estar limitada por la tierra, con lo que los barcos que salen por la zona de tierra, se encuentran que al tener que virar por esta, le vienen los que ha salido más hacia la bandera, que traen estribor, con lo que los cruces son un verdadero problema, cuando además todos vienen con los cuchillos en la boca, como si se jugasen un mundial.
Para este evento la navegación para los barcos IRC era de 60 millas, mientras que para los de la clase Club sin motor central era de 20 y para los J89 de 25. El recorrido contaba con un bucle en el interior de la bahía, con una baliza en la horadada, a la que se llegó de un bordo, en la que se montó una verdadera melé en la toma de la misma. Desde ella se navegó de través en demanda de la segunda baliza del recorrido, fondeada en el interior de la bahía, en las inmediaciones el Centro Botín, en donde el socaire del mismo dejaba a los participantes sin viento y con ello sin apenas gobierno en sus embarcaciones para la toma de la baliza.
Una vez fuera de esta navegación pantanero en el interior de la Bahía, los participantes navegaron hacia aguas abiertas, montando los de clase Club sin motor central, y los J8o una baliza fondeada a la altura de Langre, la que dejaron por babor, desde donde navegaron, de través, hasta otra fondeada a la altura de la Maruca, la que en esta ocasión, y sin ningún sentido, había que dejarla por estribor.
Los J80 volvieron a la baliza de Sangre para desde ella navegar en demanda de la entrada, mientras que los de la Clase Club sin motor central navegaron directo a la entrada, estos últimos con vientos portantes.
Los barcos IRC, y los de clase Club con motor interior, desde la bahía navegaron en demanda de una baliza fondeada en las inmediaciones del Faro Pescador, para navegar desde ella a la fondeada en la Maruca, volver a la de Langre y terminar en el Club.
Una vez más la entrada en la bahía fue un caos, con roladas de más de 30ª que venían acompañadas de encalmadas, lo que convirtió este tramo en una quiniela, afortunadamente la corriente era entrante, lo que evito en parte el sufrimiento que supuso este tramo final del evento, en una bahía pantanera, como es la Santanderina.
Tras la finalización de todas las clases participantes la clasificación ha sido:
Clase Club sin motor centrar: 1º Gabriela Onofre de Chiqui García de Soto y Alejando Palomero, 2º Naroba de Ricardo Regilon y Pedro Fernández, 3º Peter Pan de Manuel Díaz y Pacal Sanguinet. Hasta 7 clasificadosClase Club con motor central: 1º Mushungu de Luis Herreros y Manuel Recio, 2º1 Izaga de Santiago Sagarminaga, se retiraro 7 tripulaciones Clase IRC: 1º Gorilon de Juan Bedia y Victor Perez, 2º Marieta de Pedro Guijarro y Facundo L Lapinto, 3º Airam V de Mario y Mario Ruiz de Villa Clase J80: 1º Par de Ignacio Camino y José L. Gómez, 2º Pañales de David Madrazo y Joaquín Prego, 3º Verigüeto de Álvaro Mazarrasa y Javier Sánchez. Hasta 11 clasificados. J,F.M.J.O.