1876 entra en los alisios
Rivero y Parlier empiezan a ganar velocidad tras quedarse frenados al Noreste de Puerto Rico y bajar tres puestos en la tabla provisional de posiciones.
Parlier: “Hemos pasado unas calmas abominables”.
Rivero: “Tuvimos mucho menos viento del que esperábamos, al contrario que días atrás”.
Pepe Ribes satisfecho con su posición. Pepe Ribes, contactado en directo a medio día, nos dice estar muy satisfecho con su quinta plaza. “Estamos estratégicamente muy bien posicionados y lo que se avecina va a ser muy interesante”.
El 1876 ha entrado por fin en los alisios tras pasar 48 horas casi parado con velocidades inferiores a los cinco nudos. Ayer a las 13 GMT, Pachi Rivero e Yves Parlier resistían y se aferraba aún a su quinta posición, esperando llegar a los vientos del este. Pero el pozo sin viento les ha impedido que contactaran con los alisios a tiempo para seguir defendiendo su posición frente a los rivales. Estos entraban al Caribe desde más al sur, por el arco de las Antillas, donde las condiciones les han sido mucho más favorables.
De este modo, en las últimas horas el barco de Parlier y Rivero se ha visto superado en la tabla de posiciones por el W Hotels de Álex Pella y Pepe Ribes, el Veolia Environnement de Roland Jourdain y Jean Luc Nélias y el Aviva de Dee Caffari y Brian Thompson. En el último parte de posiciones disponible (10:00 GMT) el 1876 figura en sexta posición. Sin embargo, en realidad era octavo debido a que los dos líderes de la flota IMOCA Open 60 (el Safran de Marc Guillemot y Charles Caudrelier Benac y el Groupe Bel de Kito de Pavant y François Gabar) han entrado en modo “furtivo” o “invisible”, por lo que durante 24 horas no se conoce su posición. Probablemente se sabrá una vez crucen la línea de meta en Puerto Limón (Costa Rica).
En el programa radiofónico de la Transat Jacques Vabre este mediodía, Parlier contaba: “Por fin hemos contactado con los alisios. Ahora tenemos una velocidad más decente. Hemos atravesado unas calmas abominables durante las últimas 24 horas. Empezamos a tener calor y hay mucha luz porque no hay ni una nube. Ayer estábamos a 35 grados dentro del barco y ahora a 32. No hay ni una sombra. Pero tenemos agua, no tenemos problemas para estar hidratados. En cambio, en cuanto a las conexiones y las pantallas, los pilotos están estropeados. Ahora mismo estoy en la mesa de cartas y a la vez intentando conducir con el único piloto que funciona todavía. Estoy tumbado en el fondo del barco, cabeza hacia arriba, y mirando el gennaker por una ventanilla, y me levanto cuando quiero corregir el piloto, ¡pero al menos estoy a la sombra! Pachi se acaba de tomar un pequeño descanso porque se pasa mucho tiempo desmontando los pilotos e intentando repararlos.
No estamos sorprendidos de haber sido adelantados ya que hasta hace pocas horas íbamos a dos nudos…Pero la ruta es todavía larga, y esperamos no perder más puestos, y por qué no, intentar ganar alguno!”
En conversación telefónica posterior, Rivero daba también su punto de vista de la situación:
“Estamos teniendo problemas con los pilotos, y con el motor. De este último no quiero hablar mucho porque es un milagro que funcione. Ahora doy gracias a Dios porque al menos funciona uno de los dos pilotos. La mayoría de problemas son debidos a la humedad en las conexiones, y ahora mismo no tenemos ninguna pantalla fuera. Voy a desmontar las otras pantallas para tener al menos una fuera y poder leer los datos mientras estamos conduciendo. De lo contrario, es bastante difícil”.
La fuerte tormenta que pasó la flota en la primera semana de la Transat Jacques Vabre y que causó daños a la mayoría de la flota, obligando a varias embarcaciones a abandonar, ha mantenido a Rivero y Parlier ocupados con problemas técnicos: “Estoy contento con cómo hemos ido resolviendo todos los problemas que hemos ido teniendo”, proseguía Rivero, “y esto nos refuerza mucho para la Barcelona World Race y me da buenas sensaciones por todo lo que estoy aprendiendo del barco. Las reparaciones suponen un importante desgaste físico. A mí las roturas me duelen tanto como al barco”, afirmaba el patrón español.
Respecto a la posición en la regata, Rivero decía: “Teniendo en cuenta que hemos perdido aproximadamente un día y medio sin poder navegar haciendo reparaciones, seguir en la regata y con opciones de terminar en buena posición no está nada mal. Ayer tuvimos mucho menos viento de lo que esperábamos, al contrario que anteayer. Por eso hemos perdido posiciones pero hace un par de horas por fin hemos entrado en los alisios y navegamos a unos 13 o 14 nudos. No está todo perdido. Esperamos poder alcanzar a los de delante. En teoría en línea recta nos sacan 100 millas. Nosotros ya bajamos rápido, aunque ellos también van a buena velocidad. Quién sabe lo que pasará, porque nosotros tenemos el viento más de través y vamos en un rumbo más directo”.
Partidarios del modo invisible
Este dispositivo que se pone a prueba en la 9ª edición de esta Transat, les da a los navegantes la oportunidad de ‘desaparecer’ de todos los radares y sistemas de seguimiento para emprender, sin conocimiento de sus rivales, una opción estratégica que, por su efecto sorpresa, les pueda beneficiar.
A día de hoy, un sólo barco, el 1876 de Pachi Ribero e Yves Parlier, habían hecho uso de esta posibilidad, el segundo día de la prueba, sin real efecto.
Esta mañana, a las 4 de la mañana, los dos barcos de cabeza comunican su intención de pasar en modo invisible durante las 24 horas previstas por el reglamento, y de ocultar por lo tanto su aproximación a Puerto Limón. Este suspense se ve acrecentado por la opción tomada hace 24 horas por Groupe Bel que se alejó de la ruta directa, subiendo al Norte, y que en le último seguimiento bajaba en picado, cortándole la ruta a Safrán.
Según las previsiones meteorolígicas y de progresión de los barcos, el vencedor de la 9ª edición de la Transat Jacques Vabre entrará a Puerto Limón sin haber abandonado “en el modo invisible”.