La unión de los clubes, clave del éxito del Trofeo Princesa Sofía Mallorca by Iberostar

El gerente del CNA, Ferran Muniesa, considera que la colaboración entre los clubes es el mejor ejemplo que se puede dar de que la unión hace la fuerza. “No hay duda de que lo que podemos hacer los tres juntos, con el apoyo del resto de clubes de Mallorca que nos dejan su material y personal, no tiene límites en el mundo de la vela, pues no sucede en otro lugar del mundo que se organicen hasta ocho áreas de regata a la vez”, explica.

Según apunta el gerente del RCNP, Manu Fraga, los clubes ceden espacios, recursos y personal de manera altruista. “Hay que sacar pecho de ese altruismo y de esa forma de trabajar en equipo, ya que de lo contrario sería imposible sacar adelante uno de los eventos más complicados en vela ligera. Ahora estaríamos perfectamente capacitados de organizar unos Juegos Olímpicos o un campeonato del mundo con la experiencia que tenemos del Princesa Sofía”.

En opinión del gerente del CMSAP, Javier Zaynoun, la clave de esta buena sintonía es trabajar a lo largo de todo el año: “Trabajamos juntos en otras regatas, colaboramos en los desplazamientos de regatistas a competiciones nacionales e internacionales... por lo que tenemos un rodaje en coordinarnos, organizarnos y repartir tareas”.

Orgullo y responsabilidad
Los tres clubes se sienten orgullosos de portar bien alto el estandarte del Trofeo Princesa Sofía Mallorca by Iberostar. Además de ser un orgullo, son conscientes de que es una responsabilidad organizar un evento deportivo que en su 53 edición reúne a más de mil regatistas procedentes de 75 países.

“Sin lugar a dudas, es un reto, porque ningún Sofía es igual”, sentencia Zaynoun.

La parte más complicada del evento es, según comenta Muniesa, coordinar la separación de las sedes, que dificulta y encarece todo el evento. Y, en este punto, Fraga añade la complejidad de coordinar ocho campos de regata con un programa tan extenso de pruebas.

En opinión del portavoz del CMSAP, lo más difícil “es decirles a los trabajadores que no sólo tienen que trabajar en días festivos, sino que, además, tienen que dar un plus de esfuerzo”.

Seis meses es el periodo de trabajo necesario para organizar una regata de las características del Trofeo Princesa Sofía. Los preparativos, de hecho, comienzan el mes de octubre del año previo, con tareas como el diseño de la cartelería, la organización del personal y las inscripciones, entre otros detalles.

Los socios, cómplices
El orgullo del Trofeo Princesa Sofía también lo sienten los socios, como destaca Muniesa: “El ambiente en el CNA es magnífico durante estas semanas, aunque el club está invadido y a veces es incómodo para los socios. Disponemos una zona de aparcamiento exclusivo para ellos. El retorno de este evento es tan grande, que merece la pena el esfuerzo que se realiza”.

Javier Zaynoun valora la “inestimable” colaboración de los socios: “Creo que son conscientes de lo necesaria e importante que es esta competición. Al fin y al cabo, nuestra labor como club es promocionar el deporte de la vela”.

Los tres gerentes coinciden en señalar que el Trofeo Princesa Sofía Mallorca by Iberostar es un evento único. “El Sofia es la regata de los regatistas, y el ambiente que fluye es ese. La gente se siente muy cómoda en Mallorca, las conexiones son fáciles, la comida en España es siempre buena, hay muchas opciones de alojamiento y, además, los clubes intentamos siempre ponernos en el lugar del regatista y del entrenador para poder mejorar”, confiesa Ferran Muniesa.

Para Manu Fraga, las inmejorables condiciones de viento para la práctica de la vela y las modernas instalaciones de los clubes náuticos son factores fundamentales del éxito de la competición mallorquina. “Reunir a diez clases olímpicas en una bahía es algo único: cada año me sigo impresionando de lo grande que es este evento”, asegura Javier Zaynoun.

Cada año hay muchas anécdotas que configuran el día a día del Trofeo Princesa Sofía Mallorca by Iberostar. “Una vez -recuerda Muniesa- un regatista me dijo que había calculado haber estado más de dos años de su vida en Mallorca gracias al Sofia. A una media de dos meses al año durante quince años, daban como resultado unos 30 meses. La verdad es que, si lo ves así, es increíble”.