Entrevista al gallego Antón Paz sobre la evolución del Nacra 17

Antón Paz atesora un impresionante palmarés en diferentes embarcaciones, pero especialmente en clase Tornado, el catamarán olímpico desde 1976 hasta 2012. Junto a Fernando Echávarri consiguió medalla de oro en Pekín 2008, dos mundiales (2005 y 2007) y un europeo (2005). Mejor regatista del mundo 2005 por la Federación Internacional de Vela (hoy World Sailing), participa en el 51 Princesa Sofía Mallorca como entrenador de la escuadra neozelandesa en clase Nacra 17 formada por Micah Wilkinson y Erica Dawson.

¿Cuál es el nivel de la clase Nacra 17 en esta edición del Princesa Sofía Mallorca?
“A nivel de participación se están viendo muchas tripulaciones nuevas. Este parón ha generado bastantes cambios en las tripulaciones, con regatistas ya consagrados que lo han ido dejando, nuevas incorporaciones,… Se abre un período bastante incierto sobre todo por el cambio de los rake de los timones, que hará que el barco pueda volar en ceñida. Estamos en proceso de desarrollo y optimización de los nuevos sistemas, abriendo bastante lo que puede pasar en la regata, especialmente siendo aquí la primera regata en que la gente lo va a probar”.

¿Eso supone que los equipos que brillaron en Tokio ya no cuentan con ventaja?
“Los favoritos seguirán teniendo muy buena mano para llevar el barco bien y volar en ceñida, siempre hay que contar con ellos. Veremos cómo se van adaptando los equipos fuertes, como Santi Lange, Ruggero Tita,… Pero hay varios equipos como Alemania, Finlandia que llevan más tiempo probándolo, probablemente tengan más cogida la mano en ceñida a volar, y eso puede jugar mucho en su favor. A partir de hoy, en regata, a ver qué pasa, porque apenas hemos navegado juntos. Es difícil sacar conclusiones en las regatas cortas de entrenamiento que hemos hecho”.

¿Cuáles son las condiciones ideales para el Nacra 17?
“Las condiciones para que el Nacra pueda arrancar con estos foils es entre 12 y 14 nudos. Veremos con los térmicos si también pueden volar bien en ceñida. Hoy (con previsión de 20 nudos) será un poco radical, especialmente las arribadas en boya y la gente que intente volar en ceñida. Seguramente sean pocos los que se atrevan”.

¿Qué tiene de especial el Sofía Mallorca para atraer semejante flota?
“Algo que ha faltado de momento, pero llegará a lo largo de la semana, es escapar del invierno duro del norte de Europa. Las facilidades que pone el club, las espectaculares condiciones de la bahía para navegar con todo tipo de condiciones,… Es una muy buena base de inicio de entrenos para equipos expertos y otros juveniles que encuentran alojamientos asequibles, el coste del evento para pasar un mes aquí no es muy grande respecto a otros eventos. Impecable organización, comités de regata como Luky, con muchísima experiencia, que sacan la regata con las condiciones que tengan, y eso hace que la regata tenga mucho nivel y la gente venga a Palma”.

¿Cuál es tu experiencia en el evento?
“Llevo 20 años viniendo aquí. Mi último Sofía fue en 2015, con mi hermano en 49er. No guardo muy buen recuerdo, porque no pude completarla por una neumonía: me fui al hospital con 40º de fiebre terminando el segundo día de clasificatorias. Conseguimos entrar en la final y la plaza para la preolímpica de Río, pero tuvo que relevarme otro tripulante. Ahí tuve una avería grande y estuve un mes parado hasta que pude retomar la preparación de cara a Río. Pero siempre me gusta el Sofía. Si no he venido como regatista, lo he hecho con entrenador”.

¿Es muy diferente el Nacra 17 actual del Tornado de tu oro olímpico?
“Estos barcos requieren mucha atención, mucha técnica, van a mucha más velocidad, todo el mundo se prepara cada vez mejor, y la rivalidad es mayor. Hay más recursos, se trabaja mucho I+D, la parte física, la parte mental,… Hay más competitividad en los top. Es la evolución del deporte”.