Emoción hasta el último bordo en la XVIII Copa del Rey Repsol de Barcos de Epoca
Viveka (Big Boats), Spartan (Época Cangreja), Varuna (Época Bermudiana), Argos (Clásicos) y Calima (Espíritu de Tradición) se adjudican la gran regata española de vela clásica tras una última jornada marcada por la poca intensidad del viento.
Poco viento, pero máxima emoción en la jornada final de la XVIII Copa del Rey de Barcos de Época disputada desde el pasado viernes hasta hoy bajo la organización del Club Marítimo de Mahón. Un viento de Xaloc (SE) de entre seis y ocho nudos acompañó a la flota formada por 49 embarcaciones en un último recorrido de 11 millas náuticas donde todas las tripulaciones con opciones tuvieron que emplearse a fondo. El Comité optó por un recorrido modificado en el que hubo que doblar la Isla del Aire por estribor y cuya línea de llegada se situó en el interior del puerto natural de Mahón. La victoria, muy disputada en cuatro de las cinco categorías, fue para las embarcaciones Viveka (Big Boats), Spartan (Época Cangreja), Varuna (Época Bermudiana), Argos (Clásicos) y Calima (Espíritu de Tradición).
ÉPOCA CANGREJA
Los veleros más antiguos de la Copa del Rey Repsol, botados antes de 1950 y aparejados con velas trapezoidales, vivieron una regata muy intensa. El americano Spartan (1913, Herreshoff), segundo en la manga del día por detrás del Chinook (1916, Herreshoff), logró imponerse al Scud (1903, Herreshoff) por apenas un minuto. “Hemos estado cerca”, se lamentaba el pentamedallista olímpico Torben Grael, patrón de esta última embarcación armada por el empresario Patrizio Bertelli. “Tenemos el mástil más bajo de nuestra categoría y eso nos perjudica con vientos débiles”.
Courtney Koos, táctica del Spartan, reconoció que la victoria había requerido un gran esfuerzo de la tripulación: “Ha sido un gran día, muy complicado debido a que hemos tenido vientos flojos que son difíciles para nosotros, porque llevamos el barco más pesado de la categoría. Hemos trabajado como un gran equipo y creo que lo hemos hecho realmente bien”.
Si algo quedó claro en la clase Época Cangreja fue el dominio de los diseños de Nathael Greene Hereshoff, que coparon el podio. El Spartan formó parte de una serie de nueve veleros que salieron del astillero del Mago de Bristol entre 1913 y 1915. No tenía bauprés, algo inusual en su época. Convertido en un yawl en 1945 y reformado en los años 60 y 70, el Spartan se utilizó como barco de charter en el Caribe. En 1989 se inició una primera fase de reconstrucción, pero los trabajos se vieron interrumpidos debido a diversas vicisitudes. Tras un tiempo de abandono, fue trasladado al Museo Herreshoff en 1993, donde permaneció hasta su última restauración, en 2009.
ÉPOCA BERMUDIANA
Nadie hubiera apostado por el Varuna (1939, Sparkman & Stephens), armado por Jenss Kellinghusen, al término de la primera jornada, cuando ocupaba la séptima posición de la general. Pero los dos triunfos en las regatas restantes lo situaron al frente de general definitiva, con un solo punto de ventaja sobre el Rowdy (1916, Herreshoff), de Donna Dyer, que fue de menos a más y términó segundo, seguido del Comet (1946, Sparkman & Stephens), propiedad de William Woodward-Fischer.
Joe Knowles, patrón del Varuna, admitió que los vientos flojos de hoy le habían favorecido. “Ha sido una regata emocionante; hemos tenido que trabajar bien la estrategia pero a medida que hemos ido avanzando, solo hemos tenido que defender nuestra posición. Ha sido muy interesante participar en la Copa del Rey por las condiciones de viento, los barcos y el ambiente. Seguro que volveremos el año que viene”, declaró.
El Varuna es uno de los ocho diseños de Sparkman & Stephens que han participado este año en Mahón. Fue botado en los astilleros Philip & Sons, en Darthmouth (Inglaterra) en 1939 con el nombre original de White Heather. Su primer dueño era un comerciante de madera de Liverpool, Edward Glazebrook. En su época dorada fue conocido como Little Britannia.
CLÁSICOS
Otro barco que se comporta bien con vientos flojos es el Argos (1964, Holman & Pye), que revalidó el título conseguido el año pasado. La embarcación de la armadora Bárbara Trilling sumó su séptima victoria en la Copa del Rey Repsol dentro de la categoría de Clásicos (barcos botados entre 1950 y 1976). Aunque Trilling aseguró que la presencia del Encounter (1976, German Frers), vencedor de la segunda manga, les produjo cierta inquietud, la verdad es que el Argos, con dos primeros y un segundo, no vio peligrar especialmente su supremacía. El Giraldilla (1963, Sparkman & Stephens), tercero en la general, demostró, como ya había hecho en las regatas de Palma, que tiene las condiciones para navegar en la vanguardia de la flota.
“Hoy hemos puesto todo de nuestra parte para poder ganar. Hemos empleado casi todas las velas y, gracias también al buen trabajo de la tripulación, finalmente hemos ganado. Estamos muy contentos”, manifestó Trilling, quien confesó no ser consciente del número de triunfos acumulados por su tripulación, que también se adjudicó la victoria absoluta (premio especial Quinto Centenario de la Primera Vuelta al Mundo) en virtud de ser el barco con más primeros en la clase con mayor participación.
BIG BOATS
Los dos Big Boats inéditos hasta la presente edición de la Copa del Rey Repsol mantuvieron una dura pugna por la victoria. Viveka (1929, Frank Paine) se impuso finalmente al Sumurun (1914, William Fife III) merced a su victoria en la manga de hoy domingo. La impresionante goleta Mariette (1915, Herreshoff), de 39 metros de eslora, se vio superada por el Hallowe’en (1926, William Fife III), que ocupó la tercera posición.
Keith Mills, armador del Viveka, no podía ocultar su alegría. “Los tres días de competición han sido increíbles: la organización, el puerto, las condiciones de viento… La regata de hoy ha sido muy reñida. Hemos hecho una muy mala salida, pero rápidamente nos hemos situado en cabeza. La llegada ha sido muy competida entre todos los barcos. Es un placer ver al Viveka navegar así después de siete años de restauración”.
El Viveka, botado en 1929 y con 22,4 metros de eslora, es un diseño de Frank C. Paine construido por Fred Lawley en Quincy, Massachusetts. Fue un encargo del banquero J.P. Morgan, que quería sobre todo un barco rápido para ganar regatas. Durante la Segunda Guerra Mundial fue ‘reclutado’ por la Armada estadounidense para la ‘Hooligan’s Navy’, la flota de barcos de recreo que vigilaba las costas estadounidenses frente a posibles ataques de alemanes o japoneses. En 2015 se inició una completa restauración en los astilleros Rutherford’s Boatshop, en Richmond, Estados Unidos, que se ha visto recompensada con el triunfo en la Copa del Rey de Barcos de Época.
ESPÍRITU DE TRADICIÓN
Ningún barco ha conseguido la victoria más veces en la Copa del Rey Repsol que el Calima (1970, Sparkman & Stephens), del armador Javier Pujol. El triunfo del Legolas (1996, Spirit), el primer día de competición parecía indicar que la racha podía llegar a su fin, pero fue un espejismo. El Calima se impuso en las dos regatas finales y dejó claro un año más quién es el “rey de copas”. El barco argentino Matrero (1970, German Frers), que se estrenaba en la regata mahonesa, obtuvo la tercera plaza en la clase Espíritu de Tradición, categoría donde se citan los Clásicos que han sido modificados o aquellos que, aun siendo de madera o aluminio, fueron construidos después de 1976.
La entrega de premios, programada a las 19.00 horas, pondrá punto final a la XVIII Copa del Rey Repsol de Barcos de Época.