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Vendée Globe. Zbigniew Gutkowski: “Estoy listo para enfrentarme a cosas espantosas”

Vendée Globe. Zbigniew Gutkowski: “Estoy listo para enfrentarme a cosas espantosas”

El polaco Zbigniew ‘Gutek’ Gutkowski es el vigésimo y último patrón en haberse sumado a la flota de la Vendée Globe 2012-2013. Cuando ya se acerca el momento de la salida, comparte su visión de las regatas oceánicas, su preparación, su estado de ánimo y da los detalles de su proyecto con ENERGA Sailing Team.

¿De dónde le viene esa pasión por la vela?
Me viene de mi infancia. Le puede parecer un poco extraño, pero nunca he navegado por placer, por divertirme o relajarme con los míos. Jamás de mi vida. Siempre he hecho vela por la regata, la competición. Todas las otras formas de navegación me aburren.

Si le gusta tanto la competición, ¿ha competido en otros deportes?
Sí, he hecho tenis de mesa. ¡Cuando tenía 14 años, era el campeón de mi ciudad! Y ya en aquella época me interesaba más la competición que el ping-pong por placer.

¿Cuándo decidió participar en la Vendée Globe?


Hay dos etapas. Primero, decidí que quería hacer la Vendée Globe, justo después de la Velux 5 Oceans Race (N. de la R.: quedó segundo en la edición 2010-2011). Claro que tuve que reflexionar en muchísimas cosas para el futuro proyecto. Después, la decisión concreta llegó el pasado verano, cuando intentamos encontrar las personas adecuadas a quienes hablar, las que tenían entrada en las grandes empresas. Queríamos tener un buen barco, un barco rápido. Era difícil y eso requirió tiempo (N. de la R.: correrá la Vendée Globe a bordo del antiguo Hugo Boss de Alex Thomson).


¿Por qué la Vendée Globe, qué es lo que le atrae en esa regata?
Me gusta la competición y mirando mi agenda, era la primera regata en la que podía participar. Después de la Velux, hubiera podido intentar la Volvo (N. de la R.: Volvo Ocean Race, regata de vuelta al mundo con tripulación con escalas), pero hubiera sido un proyecto completamente distinto, y decidí que prefería venir aquí. Estoy muy contento de haberlo conseguido, sobre todo porque el camino recorrido ha estado plagado de trampas. La parte grande del trabajo –conseguir el dinero y un barco- ya queda atrás. Ahora ya puedo aprovecharlo.

“Estoy más cómodo mirando hacia adelante”

¿Entre todo lo que ha hecho en su carrera de navegante, qué es lo que lo enorgullece más?
Tengo una línea directriz en la vida. Sé que aún me quedan muchas cosas excitantes por vivir después de franquear la línea de llegada de la Vendée Globe. La Vendée Globe es increíble, pero no es un fin en sí misma. Pienso en la Volvo, la Barcelona World Race y también quizás la Transat Jacques Vabre… Cuando se habla de vela, me siento más cómodo mirando hacia adelante que hacia atrás.

¿A menos de dos semanas de la salida, cómo se siente?
Ahora que estoy en Les Sables d’Olonne, todo va bien. Tengo un buen barco, hay gente en los pontones que nos vienen a saludar, es emocionante. Pero también sé que unas horas después de la salida tendremos que enfrentarnos a cosas espantosas. Así pues, justo después de la señal de salida cambiaré de actitud.

¿Hay algunas zonas geográficas que tema?
El océano es un lugar peligroso. Estés donde estés, tienes que jugar de acuerdo con las normas de los océanos, no tienes otra opción, no hay forma de evitarlo. Es una regata larga, con condiciones muy difíciles, todos somos conscientes de ello. Ya he dado la vuelta al mundo y conozco los lugares complicados de atravesar, sé cómo hacerlo. Pero lo que me pone más nervioso es que siempre existe la posibilidad de romper algo, algo que no pueda reparar. Hay tanta gente que ha trabajado mucho por este proyecto, que cruzan los dedos para que yo acabe la regata…

¿Y sus lugares preferidos?
El puerto (risas).

¿La vela es un deporte popular en Polonia?
Polonia es un gran país de Europa, con casi 40 millones de habitantes. Algunas personas navegan, pero las regatas oceánicas no son muy populares, incluso es uno de los deportes menos practicados. Sobre todo porque requiere mucho dinero. Pero hemos conseguido buenos resultados en vela con el RS:X en los Juegos Olímpicos de Londres al obtener dos medallas de bronce. Nuestro equipo ENERGA Sailing Team trabaja duro para hacer de las regatas de altura un deporte importante en mi país y popularizarlo entre los jóvenes. Con la ayuda de nuestro patrocinador, intentamos llevar a los jóvenes a navegar antes que dejarlos delante de sus ordenadores o sus videojuegos.

“Tenemos dos barcos preparados para la regata”

Hablando de ENERGA, ¿cómo empezó su patrocinio?
En mi ciudad (Gdansk), sólo hay dos grandes empresas, y patrocinadores potenciales. Fuimos pues a verlas. Pero antes dedicamos mucho tiempo a encontrar buenos interlocutores, personas influyentes y con poder que pudieran tomar las decisiones importantes y firmar un contrato de patrocinio oficial. Finalmente firmamos el contrato hace solo un mes y medio. Es por eso que aún nos quedan muchas cosas por hacer, sobre todo en la parte electrónica.

¿Se ha fijado un objetivo para esta regata?
Diría que uno de mis objetivos es no aburrirme durante la regata. Porque cada vez que tengo un día aburrido en el mar, puede estar segura de que en las siguientes 24 horas pasará algo malo (risas). No, en serio, creo que mi principal objetivo es acabar, y yo diría que el segundo es acabar en menos de 100 días. ¡No hay que olvidar que de los 20 barcos que salen, solo habrá siete u ocho que cruzarán la línea de llegada!

¿Cuál es su mejor recuerdo en el mar?
El temporal que atravesé durante The Race, en 2000. Temporal que tenía un nombre: ciclón. Había vientos que soplaban a más de 130 nudos, el cielo estaba despejado, pero había olas que parecían montañas. Era inimaginable y también magnífico. Claro que era espantoso, pero sobre todo era muy, muy bonito.

Entonces, su peor recuerdo debe de ser terrible…
De hecho, mi peor recuerdo pasó en el mismo lugar, al mismo tiempo (risas).

“Navidad no es más que una fecha del calendario”

¿Seguirá en contacto con los suyos durante la regata?
Solo tendré tres números de teléfono conmigo: el de mi mujer, el del boat captain y el del especialista en electrónica. Mantendré al mínimo los contactos con tierra, ¡pero algunas veces el mínimo puede ser mucho! Algunos días quizás llegaré a llamar a mi mujer cinco veces, porque necesitaré oír su voz. También habrá mails, claro. Al final, en lo que se refiere a la comunicación, tendré una actitud normal a bordo, la misma que si estuviera en tierra.

Habla de vida normal. ¿Escuchará música o mirará películas a bordo?
Escucharé música 24 horas al día. Mirar películas, no estoy seguro. Quizás me llegaré algunos libros que me darán los míos. ¡Pero a bordo el libro más importante será sin duda el manual técnico!
Usted es fumador. ¿Se lleva cigarrillos?
Sí, muchos. Gracias a Dios, no pesan mucho. He previsto un paquete al día para 100 días de regata. Calcule usted misma. Los guardo en un sitio especial, donde pongo las cosas importantes (risas). La última vez que di la vuelta al mundo, me fumé mi último cigarrillo al lado de las islas Kerguelen, es decir, a mitad de recorrido. Llegué al extremo de hacer cigarrillos con el té. Déjeme decirle una cosa: ¡no funcionó!

¿Ha previsto algo para las grandes ocasiones, como Navidad, por ejemplo?
¿Navidad? No vale ni la pena pensarlo. No es más que una fecha en el calendario, nada más. En cambio, sí que me llevo un puro para el cabo de Hornos. Hay que rendirse a la evidencia, a bordo no hay ninguna posibilidad de vivir el espíritu de la Navidad, a menos que se ponga un abeto en cubierta y cosas de este estilo. Pero me haría llorar…

¿Es supersticioso?
No tengo necesidad de serlo, el gato negro ya está allí (ríe apuntando al Cheminées Poujoulat, el barco de Bernard Stamm, con su gran gato).