Vendée Globe. Vincent Riou: “Miro hacia adelante, el resto no me interesa”

¿Cómo se siente cuando ya se acerca la salida?
Me siento bien. Estamos ajustando los últimos detalles para que todo esté perfecto. Nunca hemos estado tan preparados como hoy. Es normal, porque con los años progresas, el nivel sube y es normal que todo el mundo esté cada vez más preparado. Eso nos permite tener cierta serenidad. No tener que preocuparse demasiado del barco aporta cierto confort.

Con usted siempre pasan cosas en la Vendée, entre su triunfo hace cuatro años y el salvamento de Jean Le Cam en la última edición. ¿Qué nos prepara para este año?
No preparo nada, ya se verá. La Vendée Globe es eso. Si supiéramos de antemano lo que va a pasar, no vendríamos. Es un poco la característica de todas las grandes aventuras. Cuando sales, no sabes exactamente adónde vas, no sabes exactamente qué pasará. He venido para intentar vivir una experiencia como la que viví en 2004-2005, es decir, una partida deportivamente interesante. Pero sabemos perfectamente que la Vendée sigue siendo la Vendée y que pueden pasar infinidad de cosas.

Usted es el único participante de esta edición que ya ha ganado una Vendée Globe. ¿Cómo lo lleva?
No sé si hay que llevarlo. Lo que me interesa actualmente es la Vendée Globe 2012, el resto es pasado, es historia antigua. Son buenos momentos, pero no es lo esencial de lo que he venido a hacer aquí. Me concentro únicamente en lo que voy a hacer aquí. Seguro que eso comporta cierto estatus, cierta notoriedad. Desde hace ocho años me he acostumbrado a asumirlo, y ya no me molesta.

“No tendré muchos remordimientos sobre los medios que he puesto”

No esconde su ambición en esta Vendée Globe. ¿Con qué medios ha contado?
Siempre disponemos de los medios que nos parecen necesarios. El problema es que preparar una Vendée Globe es tan complejo que nunca se está a salvo de haber olvidado algo. Creo que no tendré remordimientos sobre los medios de que he dispuesto. He dedicado mucho tiempo, mucha energía. Con el equipo hemos trabajado mucho para llegar preparados a ese objetivo. La idea es salir sin remordimientos y confiando en el trabajo realizado.

¿Se ha preparado con especialistas?
He ido a buscar a gente con conocimientos en los campos en los que creía tener lagunas. En otros campos he seguido los pasos que ya se habían dado. Hay tantas cosas que hay que saber antes de estar preparado para la salida de la Vendée Globe, que hay que ser un buen generalista, pero no puedes conocer a fondo todos los campos. Nosotros tendremos que usar los cursores, y para saber si se han usado bien, habrá que esperar al final de la regata.

¿Puede hablarnos un poco de su barco?
El barco PRB ha sido concebido y pensado para hacer la Vendée Globe sin ninguna concesión. Tiene que exprimirse en los próximos meses. Estoy impaciente porque creo que he tomado opciones bastante radicales, pero que me facilitarán mucho la vida en esta competición.

¿Puede concretarlo un poco más?
Es un barco hecho para navegar con una sola persona a bordo. Está concebido para ser rápido, desde luego al 100% de su potencial, pero también para tener mejores prestaciones que sus rivales cuando se navega a porcentajes inferiores de los potenciales de velocidad. He querido hacer realmente un barco para un solitario, un barco hecho para navegar rápido a largo plazo y de forma fácil.

Algunos patrones llegan al punto de no pintar el interior de su cabina para ganar ligereza. ¿Ha llegado usted a ese nivel de detalles?
El interior del PRB no está pintado. Son opciones que toma cada uno. Hemos querido hacer un barco sobre todo sólido y todo lo que no era indispensable no se ha instalado.

¿Podría explicarnos alguna anécdota sobre la preparación del barco?
He sido un cliente muy exigente, en ocasiones insoportable. Ha habido gente que me ha debido de detestar hasta tal punto he sido puntilloso.

“No hay recetas milagrosas, simplemente trabajamos”

Su colaboración con PRB ya hace 10 años que dura. ¿Qué relación mantiene con su patrocinador?
Tenemos una verdadera relación de confianza, trabajamos en equipo. Ellos intentan facilitarme la vida en todos los aspectos técnicos y deportivos. Incluso si no hemos tenido tantos medios como determinadas escuderías, llegamos a estar al mismo nivel porque hay un verdadero trabajo de equipo entre el patrocinador y el navegante. Intento hacer todo lo posible para que ellos rentabilicen su proyecto, de manera que el proyecto contribuya a engrandecer a la empresa y su crecimiento. No hay recetas milagrosas, simplemente trabajamos, intentando ser lo más eficaces posible. Todo el mundo está satisfecho, y es por eso que esta vieja historia continúa. Y además es una historia bonita.

¿Estaba claro a su regreso hace cuatro años que saldría en una tercera Vendée Globe con PRB?
No forzosamente. En cambio, parecía claro que si salía en una tercera Vendée, sería con PRB.

¿Puede describirnos la regata con sus propias palabras?
La Vendée Globe ante todo es una regata, y es por eso que voy. También es una aventura, no hay que olvidarlo nunca. Siempre hay una parte de no saber qué pasará allí donde vamos. Y eso es el ADN de la regata. Eso es lo que nos intriga, lo que nos empuja a ir, lo que nos empuja a volver. Se pueden hacer varias Vendée Globe, pero no vivir nunca lo mismo, ni vivir las mismas aventuras, las mismas experiencias.

¿A qué rivales teme especialmente?
Hay muchos rivales a los que temo. ¡Ay del que se crea el mejor! En el éxito de un proyecto como la Vendée Globe entran en juego muchos parámetros. La historia ha demostrado que no es forzosamente el barco más rápido, el patrón más a preparado el que gana. Hay que ser muy humilde respecto del resultado. Desde luego hay algunos participantes mejor armados que otros para conseguirlo, pero eso no basta.

“Los navegantes tienen una vida como la de cualquier hijo de vecino”

¿De dónde le viene esa pasión por la vela?
Siempre me ha gustado navegar, desde bastante temprano vi mi vida alrededor del mar, alrededor de la vela. Opté por eso a fondo y eso me permitió convertirlo en mi profesión. Soy un privilegiado porque he convertido mi pasión en mi profesión. Es algo bastante extraordinario. Nunca me planteé hacer algo distinto.

¿Su familia lo apoyó en esa opción?
Eso llega poco a poco. Mis padres no son gente que se apunte a ese tipo de cosas, sobre todo cuando, en el liceo, se les dice que se deja de estudiar y uno se va a navegar. Eso no les gusta forzosamente. Pero no se lo puedes echar en cara. Actualmente están contentos de que viva mi vida, que viva mi pasión, que haga lo que me gusta.

¿Cómo gestiona su vida de familia?
Como cualquier otro cuyo trabajo le exija tiempo. No es muy complicado, creo que los navegantes son gente sencilla, que tienen una vida más cercana a la de cualquier hijo de vecino que muchos otros deportistas. Una familia es un trabajo de equipo, hay que gestionarla en pareja. Hay que organizarse bien, no hay nada muy complicado.

Pasará la Navidad y el Año Nuevo solo. ¿En un barco son días como los otros?
Son días como los otros, eso seguro. Pero el corazón también te hace un poco tilín porque es molesto estar lejos de los tuyos. Pero quien no la sigue, no la consigue. Para hacer cosas como la Vendée Globe sabes que tienes que sacrificarte, antes, durante y después.

¿Nota mucho la soledad?
La notas pocas veces.

¿Cómo navegante, se siente implicado por el respeto por el medio ambiente y el desarrollo sostenible?
No sé si eso tiene mucho que ver con la vida de navegante, sino más bien con la vida de ciudadano. Claro que uno se siente implicado en eso, todos somos conscientes de que habrá que encontrar soluciones para conseguir un modelo de desarrollo más sostenible que el actual. Se empieza a pensar y trabajar en ello. Hoy se le presta el máximo de atención. Pero es como en todas partes, el cambio no llega de un día para otro. Será necesario un periodo de adaptación.

¿Cuáles son sus mejores recuerdos en el mar?
Hay muchos. Vivo mirando hacia adelante, el resto no me interesa.

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