Vendée Globe. SUBVENCION DEL ESTADO AL ACCIONA SAILING

Como pagar menos a cuenta del contribuyente. Según los datos que ofrece la Organización de la Vendée Globe, regata vuelta al mundo a vela en solitario, sin escalas, ni ayuda externa, la construcción de un velero IMOCA OPEN 60 puede costar unos cuatro millones de euros. Cantidad desorbitada, aunque más razonable si uno piensa que un velero OPEN 60 tiene una vida más larga frente los veleros que participan en la Volvo Ocean Race que cuestan más y encima se utilizan una sola vez.

La iniciativa siempre parte de un patrón, pocas veces una empresa o administración pública toma la decisión de patrocinar un proyecto oceánico u otra competición o evento. Pues el patrón en cuestión se arma de valor, se pone manos a la obra y elabora un documento con la idea que desea se patrocine. Si su objetivo es participar en la Vendée Globe ya sabe que los números van desde el millón de euros hasta los cinco millones o más.

Muchas veces se ha utilizado la vía del patrocinio en especies, lo que se necesita alguien lo paga o lo aporta. Y otra vía es el I+D+i, una agujero negro en España utilizado por muchas empresas, y también en proyectos deportivos, con ascendentes políticos. Y no menos ha sido Acciona con el proyecto OPEN 60 Acciona Sailing.

Subvención concedida en 2010. Acciona solicita una subvención para “desarrollo de nuevas soluciones para la generación de energía a través de renovables,…”; lo cual pretende demostrar con el OPEN 60 y después trasladarlo a otros sectores, ellos lo definen como una acción “spillover”; y uno de los Ministerios del Estado se la otorga. Según me informó un funcionario del ente correspondiente ya esta pagada desde hace tiempo 512.000 euros.

Por lo que yo sé, el proyecto Acciona Sailing es un velero OPEN 60 que tiene por objetivo participar en la Vendée Globe 2012-2013 pero que no está lo suficientemente probados todos los cacharros que lleva a bordo (las baterías atadas con cabos, al más puro I+D+i) para afrontar una vuelta al mundo a vela en solitario. Es más, nunca ha realizado una travesía trasatlántica, de costa a costa, ni en solitario ni con tripulación; en su momento se le pregunto al equipo y ha dado la callada por respuesta, muy respetable, puede que sea debido al valor estratégico para sectores como “defensa”, no lo sé. Lo que sí es habitual en otros proyectos oceánicos con una fuerte inversión económica, o en este caso tecnológica, es probar bien las cosas antes de irse a los mares australes donde la ayuda externa es difícil y compleja para salir con vida. El mejor ejemplo ha sido Yves Parlier con el Aquitaine Innovations en 1996, que si volvió de las antípodas.

Una lastre emocional alrededor el mundo. Me alegro porque un patrón español vuelva a estar en la Vendée Globe, pero no me gustaría estar en su lugar a sabiendas que una cantidad importante de dinero para su vuelta al mundo, medio millón de euros, saliese del erario público el cual se alimenta a través de los impuestos que paga el contribuyente. Sobre todo con la actual situación económica que se vive en España. Y su patrocinador, y promotor, tampoco ha sabido comunicar correctamente lo que está haciendo, tremendo error estratégico. A ver como casa que una subvención pública para su proyecto no probado digan que si lo han probado. Que curiosamente no es más que un puzle de equipos comerciales dentro de un casco de carbono, vamos que los compras y los instalas, no recomiendo Mastervolt.

Tampoco no creo que ayude emocionalmente el participar en la Vendée Globe cuando se va muy justo de tiempo a pesar de tener un montón de medios y equipo humano. Aunque sí puede haber alguna respuesta cuando el patrón dice que tiene “mala hostia”, “miedo al fracaso” o: “No tengo amigos con los mismos gustos musicales, así que no creo que nadie me dé ninguna recopilación.”

¿Será humildad o será soberbia? Lo que sí sé es que la mar es implacable.