Vendée Globe. El pelotón de cabeza con la ruta decidida. Solo resta uno para cruzar el ecuador

Acelerón de los navegantes en cabeza a medida que se acercan al pasillo que forman el anticiclón de Santa Helena y la borrasca a poniente de el (apenas tiene desplazamiento en las próximas 30 horas) y que para alegría de ellos cada vez más coincide con la ruta directa. Los de cola luchan aún para deshacerse de los últimos tentáculos de las calmas ecuatoriales. Pronto todos los participantes en esta Vendée Globe navegarán en el hemisferio Sur.

Cazado a casi 16 nudos en la última hora, Armel Le Cléac'h (Banque Populaire) acelera aprovechando el ligero role del viento, que del Sudeste ha girado al Este, ha podido amollar escotas y ha dado rienda suelta a la potencia de su velero. Incluso si no hace mucho viento (entre 10 y 15 nudos), la velocidad de los barcos más recientes, más ligeros, se pone ahora de manifiesto. Lo prueba el hecho de que el segundo clasificado François Gabart (MACIF), a bordo de un velero prácticamente gemelo, navega a 14 nudos y durante la noche ha conseguido recortarle la diferencia. Son solo 5 millas menos, pero suficientes para que el líder note en su nuca el aliento de su perseguidor. Ojo al loro, un aviso de que no puede relajarse si quiere mantener su privilegiada posición.

Prueba de velocidad
En el grupo de cabeza se mantienen las posiciones (Vincent Riou, PRB, es el tercero en discordia, seguido por Jean-Pierre Dick, Virbac Paprec 3, Bernard Stamm, Cheminées Poujoulat y Alex Thomson, en el Hugo Boss), mientras algo más al Norte y al Oeste, el pelotón de los "diesel" (Mike Golding, Gamesa; Jean Le Cam, Synerciel, y Dominique Wavre, Mirabaud) que pierden entre 20 y 30 millas respecto del líder.
Las opciones estratégicas ya están claras. Amurados a babor desde que dejaron atrás las calmas ecuatoriales –Bertrand de Broc (Votre Nom Autour du Monde avec EDM Projets) ha hecho un pequeño repiquete a estribor esta madrugada, pero pronto ha vuelto a virar- saben que tienen que aprovechar esta relativa tranquilidad para cargar pilas ante lo que les espera en cuanto cojan los vientos de poniente que los impulsarán hacia el Este. Es el momento de cuidarse a sí mismos y también a sus monturas, sin olvidar que ahora mismo están inmersos en una prueba de velocidad que no pueden menospreciar si no quieren que sus rivales más cercanos les saquen algunas millas de ventaja.

El buen humor de Arnaud
Cuanto más al Sur, más rápidos y mejor rumbo. Ese es el resumen, para desesperación de los perseguidores que ven escaparse a quienes los preceden; pero también es su esperanza de que las cosas mejorarán progresivamente en las próximas horas, a medida que sigan ganando latitud hacia el Sur.
Esta madrugada otros dos navegantes han cruzado el Ecuador: Javier Sansó a las 22.25 (hora española) y Arnaud Boissières (Akena Vérandas) a las 02.45, aunque con más de 90 millas de diferencia de longitud a favor del español, situado en 10ª posición. Tanguy de Lamotte (Initiatives-coeur) ha atravesado la divisoria entre los dos hemisferios a las 05.45.
Tanto Sansó como De Lamotte han consolidado los dos puestos ganados durante la travesía de las calmas ecuatoriales. Pero a Arnaud Boissières no pierde su buen humor. Situado a 682 millas del líder, explica: “Siento despertaros, pero esta noche he notado un flash a las 1 h 44 TU. No he visto a nadie, y he decidido tomar una foto para inmortalizar el momento. Me he comido un salchichón de Auvergne (he dejado un poco para el aperitivo del sábado). Le había dado un poco a Neptuno esta tarde para pedirle el billete (¡¡un cachito!!!). Se diría que en el Sur hace calor, pero FRANCAMENTE es agradable. Un poco escorado, lo que a veces ocasiona pequeños resbalones (ambiente tobogán). Buenos, volved a la cama, que el sábado hay tenis, o petanca o simplemente descanso para vosotros, amigos terrícolas”.
A 80 millas del Ecuador, Alessandro Di Benedetto (Team Plastique) lucha contra las calmas ecuatoriales y solo ha podido recorrer 102 millas en las últimas 24 horas. Pero no será eso lo que acabe con la moral del patrón franco-italiano. Ni de coña, dar la vuelta al laneta con un barco de 6,50 de eslora no se parece en nada a hacerlo en un Open 60, aunque sea muy viejo.