Vendée Globe. El océano Atlántico decide
Por Dury Alónso
No solo es importante la navegación en los mares australes, la Vendee Globe se gana o se pierde en el océano Atlántico. A tener en cuenta Golfo de Vizcaya, calmas ecuatoriales y las bajas presiones al Oeste de Brasil.
Se gana o se pierde en el océano Atlántico. Representa la mitad del recorrido de la Vendée Globe, del total de 24.048 millas náuticas teóricas que tiene la vuelta al mundo en solitario, sin escalas y sin ayuda externa. La flota recorre el Atlántico desde el paralelo 46° 30´Norte hasta el 56° Sur (en Cabo Hornos), navegando unas 14.000 millas en las dos direcciones, primero hacia el sur desde Le Sables dirección Cabo de Buena Esperanza, y segundo desde Cabo Hornos hasta la llegada en Les Sables d´Olonne. Una ruta que tiene zonas concretas de navegación donde las situaciones meteorológicas son determinantes para ganar o perder.
En los mares australes. Desde el meridiano de Cabo Buenas Esperanza, en Sudáfrica, hasta Cabo Hornos, en Chile, la flota recorre la otra mitad de la Vendée Globe pero en una sola dirección. La ruta se inicia al paso por la puerta de seguridad Atlantic Gate (42°00 S - 005°00 E) y finaliza en la isla de los Estados después de Cabo Hornos.
Navegar en el océano Indico y el Pacifico ahora tiene límites al Sur, la Organización no quiere que los participantes se empotren contra un Iceberg. La seguridad prima sobre la ruta más corta, la ortodrómica frente la loxodrómica (ortodrómica: camino más corto entre dos puntos; loxodrómica: ruta sobe la superficie terrestre). En la segunda edición de la Vendée Globe Alain Gautier busco la ruta más corta llegando al 60° Sur, pero ahí los vientos de las bajas presiones se vuelven en contra en la ruta hacia Cabo Hornos.
Para esta edición esta previsto ocho puntos de paso obligatorios para los participantes, que en algún momento podrán modificarse en función de la derivas de los icebergs desprendidos de la Antártida.
En los mares australes los patrones medirán más el acelerador de sus OPEN 60, ya lo comento Desjoyeaux cuando gano la anterior edición de la Vendée al decir que nunca llevo el barco al 100% de su potencial, más bien nunca lo paso del 80% porque no sería capar de dominarlo y por seguridad.
Decisiones rápidas en el Atlántico. Es lo que cuenta para poder estar en el grupo de cabeza, primero hay que salir bien del golfo de Vizcaya para después afrontar el descenso atlántico, cuando las fuerzas y el material acompaña, y más delicado el ascenso cuando la fuerzas y el material va mermado.
Según Jean-Yves Bernot, uno de los mejores navegantes y preparador de muchos patrones vueltamundistas, lo importante es el razonamiento del patrón según las zonas meteorológicas: “no razonaran de la misma manera. Hay zonas en las que la meteorología es muy complicada y las opciones estratégicas son determinantes, como en el Atlántico Norte o Sur… los patrones pueden logran grandes diferencias en el Atlántico. Un sistema meteorológico bien gestionado puede permitir sacar 300 millas a los otros participantes.”
Un buen ejemplo se pudo ver en la Vendée Globe 2008-2009 cuando Michel Desjoyeau tuvo que volver a puerto tras la salida al tener problemas técnicos a bordo de su OPEN 60 Foncia, quedándose en la cola de la flota al retornar a la regata. Su mejor comprensión de los sistemas meteorológicos le permitió realizar una remontada magistral por la costa de Brasil y colocarse en primera posición a los pocos días de navegar en el Índico.
Tres puntos importantes. Las primeras trescientas millas en el Golfo de Vizcaya, el paso de la zona de calmas ecuatoriales y la costa este de Brasil. Si la meteorología acompaña el tramo de Le Sables hasta Cabo Finisterre puede ser placentera o infernal, con vientos del primer cuadrante todo es fácil, con vientos fuertes del Oeste se puede complicar muy mucho porque los cambios del fondo marino generan olas altas y poderosas que pueden provocar graves averías nada más empezar, o provocar la retirada.
Salvados del Golfo de Vizcaya llegar cuanto antes al paso de las calmas ecuatoriales, antes negociaran el paso de las islas de Cabo Verde. Los famosos “doldruns” son un suplicio, hacia el Sur el barco va más cargado y de vuelta al Norte puede que las velas de poco viento ya no existan a bordo. Los patrones tienen que buscar el paso más estrecho de las calmas, la llamada zona de “convergencia intertropical” para estar el menor tiempo posible en la zona, un lugar donde llueve unos doscientos días al año.
La costa de Brasil también juega mucho, la influencia del anticiclón de Santa helena afectara a las bajas presiones que ascienden desde Argentina en busca de masas de aire cálido. Su posición más alta, más baja, más hacia el Oeste, más hacia el Este; será la puerta para que los vientos de las bajas presiones favorezcan el paso de la flota. Además la planicie de Brasil es alta y llega cerca de la costa, lo que permite un mejor desplazamiento hacia el norte de las bajas presiones que viene sobre el mar desde el sur.
El estado mental de los patrones, su lucidez, es vital, Bernot lo entiende así: “Un buen navegante es alguien que comete pequeños errores y grandes ganancias. No equivocarse no significa no cometer errores; ¡solo los muertos no cometen errores! Pero sí hay que prestar atención a que los errores no se propaguen. Es necesario que un error no lleve a otro error. En cambio, cuando se consigue una ganancia tiene que ser grande.”
Ya sé que también hay que esquivar las ballenas, otros mamíferos, contenedores, troncos flotando y demás basura terrícola.
c) Dury Alonso