Pachi Rivero e Yves Parlier analizan la dura transatlántica recién concluida.
Rivero: “Después de esta durísima regata me siento mucho más preparado y conozco aún mejor el barco”.
Parlier:”Ha sido una experiencia muy positiva”.
Un par de días de enfriamiento y reflexión han permitido a los patrones del 1876 en la Transat Jacques Vabre tomar distancia y realizar un análisis y valoración más concluyentes sobre la regata. Para Pachi Rivero e Yves Parlier la transatlántica ha sido una experiencia muy positiva, aunque, como buenos competidores, hubiesen preferido terminar en un puesto más alto en la clasificación.
El 1876 ha disputado la Transat Jacques Vabre junto a otros 13 de los IMOCA Open 60 más competitivos del mundo, tanto en la calidad de las embarcaciones como de las tripulaciones, y ha terminado en novena posición. La pareja formada por Parlier y Rivero completó el recorrido entre Le Havre (Francia) y Puerto Limón (Costa Rica) en 19 días, 4 horas, 37 minutos y 45 segundos. La velocidad media fue de 10,26 nudos para el recorrido teórico de 4.730 millas.
Ha sido un recorrido plagado de emociones en que Rivero y Parlier han sabido sobreponerse a múltiples dificultades meteorológicas y técnicas para llevar la regata a buen término. Ambos patrones se han entendido a la perfección a pesar del poco tiempo que habían podido navegar juntos antes de la regata: “Ha sido fantástico navegar con Yves, que es un mito y lo demuestra cuando navegas con él. Es un tipo que sabe mucho, que sabe vivir en un barco, trabajar…le echa coraje, no se retrae. Le agradezco que hiciera esta regata”, comenta Rivero.
Por su parte, Parlier habla así de su compañero: “Ha sido una experiencia muy positiva. Primero porque la experiencia de Pachi es diferente: viene de Volvo, Copa América… y tiene muy buen conocimiento del barco. He aprendido mucho de eso. Además Pachi es un tipo muy agradable y siempre tiene una sonrisa. Fue un gran placer navegar con él a pesar de las dificultades que tuvimos”.
Unas dificultades de las que salieron airosos. Una gran tormenta con vientos sostenidos de más de 40 nudos y picos de casi 60 hizo estragos en la flota, y varios barcos tuvieron que abandonar. El 1876, sin embargo, pudo aguantar en la zona más complicada, aunque las pequeñas roturas que sobrevinieron afectaron a las decisiones posteriores del dúo hispano-francés.
“Las averías que hemos tenido han sido a causa del fuerte viento. Si no llega a haber sido por una trasluchada en que el piloto (automático) se fue, la regata hubiera cambiado mucho para nosotros, ya que no hubiésemos perdido tanto tiempo en reparaciones, que nos han costado más o menos un día y medio o dos días. No hubiésemos perdido el sistema (de viento)”, explica Rivero.
Rivero se refiere a la noche en que se rompió el lock de la trinqueta y se cayó al agua: “Cuando estábamos los dos en proa poniendo el tormentín en proa para poner otra vela, con 35 a 40 nudos, el piloto se fue de rumbo y trasluchó solo y partimos los cuatro sables de la mayor. Fue en el peor momento porque los dos estábamos en proa.”
Parlier coincide en que ese momento fue clave para su regata: “Creo que si no hubiéramos roto el lock de la trinqueta todo hubiera sido diferente. Para nosotros el Norte era la mejor ruta, pero no lo podemos saber a día de hoy. Hay que analizar muchos datos.”
En la misma línea, Rivero opina: “No cambiaría ninguna decisión. Sí piensas que te vas a meter en algo gordo, sobre todo cuando ves los partes y lo ves todo con mucho viento, pero no piensas en que se te va a romper nada. La decisión fue buena. Era la ruta más corta, cuando viramos el corredor del anticiclón estaba bien montado, no muy fuerte. Luego estuvieron las circunstancias”.
El 1876 nunca le perdió la cara a la regata y siguió navegando y a pesar de perder los sistemas de viento deseados debido a las reparaciones tras la tormenta, permanecían optimistas y plantando cara a los rivales que tenían un viento más favorable navegando más al sur. Estos no dejaban de estar pendientes de las evoluciones del 1876 por el norte: “Nos quedamos atrás de donde realmente queríamos ir, y tuvimos que ir pasando muy cerca de dos anticiclones y nos pilló uno”, explica Rivero. “Lo pasamos, pero luego antes de llegar a la Mona nos pilló la encalmada y fue donde perdimos opciones. Estábamos rezando creyendo que pasábamos. Si hubiésemos pasado hubiésemos podido luchar más adelante. Le dimos vidilla a la regata”, afirma el patrón cántabro.
Para ambos patrones este cruce del Atlántico ha sido una experiencia única: “Ha sido especial porque era la primera vez que cruzaba el Atlántico con este barco, con el que tengo ganas de hacerlo muy bien. Especial también porque tanto Yves como yo salíamos con muchas ganas. Y especial porque hemos llegado, porque hemos estado metidos en un sitio complicado, en la que se dice que ha sido la TJV más dura.”
Parlier por su parte opina: “Creo que Pachi y yo hicimos muy buen trabajo, aunque no termináramos en el puesto que hubiéramos querido, pero de hecho terminamos detrás de otros barcos pero sin perder la cara a la regata. Fuimos progresando en el barco. Tenemos la sensación de que podríamos haber estado en una posición mejor”.
Para Rivero esta regata ha sido muy importante en la preparación del barco de cara a la Barcelona World Race 2010: “Es un barcazo. Creo que es uno de los mejores del momento, aunque ahora salen otros nuevos. Pero nosotros también vamos a optimizarlo en enero, con un gran refit con cuatro cambios importantes”.
Parlier es también optimista respecto al potencial del 1876: “El barco me ha sorprendido gratamente. Me he impresionado de cómo podía ir a tope. Creo que hay margen para mejorar pero la mayoría de componentes están muy bien y el conocimiento de Pachi con del barco es muy bueno”.
“Después de esta durísima Transat Jacques Vabre me siento más preparado”, afirma Rivero. “Conozco mucho mejor el barco y sobre todo me he dado cuenta de que voy bien. Ya hay ganas de hacer el refit y de volver a navegar. El barco no va a parar y va a seguir progresando y esperemos que para la Barcelona World Race sea uno de los más rápidos”, concluye.