Ducharse, Comer y Descansar
Gerard Marín, por este orden, experimentará algo tan cotidiano en la inminente para técnica del FMC en Wellington, pero que es todo un lujo a bordo durante la regata vuelta al mundo BWR.
Navegando con poco viento y mar llana, el FMC avanzaba esta mañana a 6 nudos de velocidad, navegando a un rumbo de ceñida abierta. Situado a unas 60 millas de la punta Farewell, les restarán otras 120 millas por el canal entre las dos islas mayores de Nueva Zelanda para llegar a Wellington, en cuyo puerto realizarán una parada técnica para reparar la potabilizadora de agua.
“Creemos que el viento aumentará de intensidad dentro de unas horas, y podremos acelerar un poco el ritmo actual” comentaban Marín y Aglaor por videoconferencia esta mañana. Será una parada técnicamente sencilla, pues el problema de la potabilizadora de agua se remite a la bomba eléctrica que aspira el agua de mar, y de la que han su recambio. La falta de la imprescindible agua potable es el motivo de esta parada, pero lógicamente se aprovechará la estancia obligada de 48 horas para revisar otras averías menores.
El hidrogenerador precisa sustituir la pieza que regula automáticamente el paso (inclinación) de las palas de la hélice, ajustándolo a la velocidad del barco para optimizar la carga de energía ahora limitada, pero que no les impedía completar el recorrido con la aportación suplementaria del aerogenerador y del generador del motor, que cuenta con suficiente combustible. El paso de las millas también ha hecho mella en la driza de mayor, que presenta unos puntos de desgaste por el roce de alguna pieza interior del palo, que intentarán localizar y subsanar.
Y cómo no, la despensa del FMC recibirá de buen agrado alimentos frescos, otros básicos como arroz y pasta, así como auténticas “delicatessen” cuando hablamos de una regata vuelta al mundo: chocolate, alguna golosina, café, etc. “Tenemos suficiente comida a bordo para completar el recorrido hasta Barcelona, tal vez hubiéramos tenido que racionar un poco, muy poco, las cantidades a partir de cabo de Hornos, pero ya que paramos sería una tontería no cargar comida”, comentaban desde el barco.
Ante las comodidades de tierra firme que ambos extrañan a bordo del FMC, y que podrán disfrutar en su estancia obligada de 48 horas para reparar la potabilizadora de agua, Marín comentaba: “Creo que el orden será ducha, comer y dormir. Pero lo que más deseamos es perder las mínimas millas respecto a nuestros perseguidores. Vamos a pasar bastante nervios viendo como avanzan, se acercan y, muy probablemente, nos adelante el central lechera Asturiana”.
En el parte de posiciones de las 10 horas, el FMC, décimo clasificado, navegaba con un margen de 442 millas sobre el Central Lechera Asturiana y 993 sobre el We Are Water que viene empujando con vientos favorables. Unas condiciones que está previsto avancen de oeste a este y lleguen hasta el Estrecho de Cook, mientras Marín y Aglaor están amarrados en Wellington.