D+52: Desde el SW de Cabo Leeuwin hasta 1300 millas del Cabo de Hornos

Las bajas temperaturas en los cincuenta rugientes y desde la tarde de ayer es combatida por el grupo en cabeza con el esfuerzo de las trasluchadas, afinar reglajes y llevar el barco lo más veloz posible tras el ataque de los 14 perseguidores al líder Yannick Bestaven. A 1300 millas del Cabo de Hornos la regata en 55º S está siendo intensa y las diferencias en millas están evolucionando a favor de los perseguidores, principalmente para el 2º Charlie Dalin que recorta 60 millas y Thomas Ruyant, que desbanca a Damien Seguin del tercer cajón del podio y que recortó 37 millas.

El patrón climático con el que deben lidiar los líderes para llegar al tercero de los tres grandes cabos es bastante complejo. Ahora están, atrapados entre una baja secundaria al norte que se ensanchará para dar duras condiciones a lo largo de la costa chilena, hasta la punta de Sudamérica, y un corredor de vientos más suaves e inestables. Para los primeros (Bestaven, Dalin y Ruyant) la idea es evitar meterse en lo que según la predicción es de 45 nudos de viento y 7 metros de ola en la aproximación al Cabo de Hornos. Para los siguientes, que multiplican las trasluchadas a lo largo de la ZEA, habrá que tener cuidado de no perder demasiada velocidad en una zona muy inestable.
Un paso por el mítico Cabo de Hornos, que será completamente nuevo para los 13 primeros excepto Boris Herrmann (3x antes), Jean Le Cam (7x antes) y Louis Burton (1x antes).

El estrés aumenta inevitablemente
“A medida que llegan estos puntos de referencia, hay una mayor sensación de anticipación y el Cabo de Hornos es el más grande de todos, y el hecho de que se haya pasado el punto medio aumenta el estrés. Casi todos los patrones están buscando ahora salir del Océano Austral. Sin duda esta zona de la regata es dura y para navegantes con nervios de acero al tener la barrera de hielo siempre a su derecha, es como navegar en una costera donde no hay costa real.
En este contexto, dependiendo de su posición, cada uno adapta su estrategia para evitar "roturas" o pérdidas de diferencias. En cabeza, Yannick Bestaven, Charlie Dalin y, en menor medida, Thomas Ruyant, aceleran para mantenerse por delante y beneficiarse el mayor tiempo posible de un flujo del noroeste y un oleaje que no impide navegar veloz. Amurado a babor aprovechando la potencia de su foil en buen estado, Apivia incluso aumentó francamente el ritmo: casi 20 nudos de media entre las dos clasificaciones.

La realidad venidera es que tendrán que ajustar su rumbo para no terminar en el peor lugar y en el peor momento cuando la baja secundaria les golpee en 36 horas.
En cualquier caso, se trata del equilibrio entre el deseo de ser competitivo y la autoconservación. Un arte que hay que saber practicar y que los solitarios de la Vendée Globe dominan (más o menos).
31 años en medio del Pacífico
Clarisse Crémer, que hoy celebró su 31 cumpleaños en medio de la nada, frente al Punto Nemo, midió las posibilidades de estar bien ubicada en este momento de regata. Sin embargo, admitió tener que negociar consigo misma una y otra vez: "Trato de ser rápida todo el tiempo, manteniéndome a salvo. Todo es una historia de compromiso entre actuación y emociones ”, admite. "Me estoy conociendo a mí mismo. Es una verdadera lección de vida ”.
No obstante, la patrona del Banque Populaire X (12º) se aferra para evitar ser superada por Armel Tripon, cuyo foiler negro y amarillo sigue ganando terreno.