Victoria con acento españos en la ROLEX GIRAGLIA
El Momo de Dieter Schön se ha proclamado vencedor absoluto de la Rolex Giraglia, la prueba de 241 millas entre Saint-Tropez y Génova que este año ha celebrado su 66ª edición consecutiva y 20 años de asociación con Rolex.
El potente Maxi 72 alemán, que cuenta entre sus filas con el vigués Víctor Mariño, suma este triunfo a la victoria en tiempo real conseguida en 2017. El más rápido en completar la prueba fue el WallyCento francés Tango.
Control del más mínimo detalle, acierto en las decisiones tácticas y en los tiempos, planificación, elección y aplicación de recursos, confianza y la siempre necesaria dosis de suerte son los ingredientes necesarios para imponerse en una prueba oceánica como la Rolex Giraglia, cuyo recorrido une el puerto francés de Saint-Tropez con el italiano de Génova vía la mítica roca Giraglia, en el extremo norte de Córcega.
La Rolex Giraglia 2018 marca 20 años de patrocinio de Rolex, un período durante el que la histórica competición no sólo ha evolucionado hasta convertirse en una de las referencias del calendario anual del Mediterráneo, sino que ha sabido conservar el espíritu de camaradería, sana rivalidad y marinería con el que nació en 1953. En su 66ª edición, la prueba reunió a 241 barcos, de los que 212 tomaron la salida en la prueba oceánica, tercer acto de un intenso programa de competición que incluyó una regata desde Sanremo y la popular serie de pruebas costeras en la bahía de Saint-Tropez.
GANA EL CAMPEÓN DEL MUNDO
En los últimos años, los Maxi 72 han demostrado su altísima competitividad en la Rolex Giraglia, tanto en la lucha por la victoria en tiempo real como en la carrera por el título absoluto en compensado. Seis unidades formaban este año frente a la línea de salida, levantando gran expectación en las apuestas por ambos premios. Entre los aspirantes, Momo llegaba como actual campeón del mundo de la clase (tras imponerse en el Rolex Maxi 72 World Championship 2017), Cannonball como ganador de las series costeras y Caol Ila R como segundo clasificado de 2017. Finalmente sería Momo el que se llevaba la gloria después de finalizar cuarto en tiempo real y endosar siete minutos de ventaja a Cannonball.
Una de las claves de la victoria del Momo fue su meticulosa preparación para afrontar la prueba de altura. “En base a la previsión meteorológica, sabíamos que iba a ser una prueba de viento suave, rolón y complicado. Para mantenernos ligeros, redujimos nuestra tripulación de 21 a 15 miembros”, explica el táctico Markus Wieser. Pese a un buen comienzo, Momo pronto se encontró con terreno por recuperar. “Tras una buena salida, quedamos atrapados en una zona de encalmada antes de la roca Giraglia, y pasamos de primeros de nuestro grupo a cuartos. Después, en la aproximación a Génova, acertamos en las decisiones tácticas, aprovechando muy bien el térmico y los roles. Ganar esta regata tras la victoria del año pasado en tiempo real es un enorme honor”.
Pese a competir con tripulación reducida, Momo no prescindió del vigués Víctor Mariño. En su cuarta participación en la Rolex Giraglia, reconoce que “me encanta por su combinación de inshores, costeras pequeñas y el recorrido de la Giraglia, que es una regata muy bonita por las condiciones y la época del año que es”. Mariño es un habitual del circuito internacional de regatas, y cuenta con un palmarés excepcional: “Gané el mundial de Maxi 72 el año pasado, un mundial de Farr 40, he participado en la Middle Sea Race, en la Fastnet,... Siempre es un placer poder participar en regatas con un sponsor tan importante como Rolex, que apoya la vela desde hace tantos años, y es algo que tenemos que agradecer como regatistas”.
TANGO, PRIMERO EN GÉNOVA
La naturaleza intensa y relativamente corta del recorrido de la Rolex Giraglia deriva habitualmente en finales muy ajustados. Los márgenes de victoria suelen ser especialmente reducidos, de minutos y hasta de segundos. A lo largo de sus casi siete décadas de historia, muchos han sido los equipos que han visto cómo se desvanecía en los últimos metros un triunfo que parecía seguro, merced a un viento que en la aproximación a Génova suele mostrarse caprichoso y hasta cruel.
Desde la salida de Saint-Tropez, los tres WallyCentos controlaron la cabeza de la flota rumbo a destino. Lideraban Galateia y Tango, los dos más modernos, junto a Magic Carpet Cubed, uno de los más veteranos y ganador en tiempo real de 2016. Los tres navegaban con idénticas posibilidades y armados con tripulaciones impresionantes. Tango lograba la hazaña tras sacar el mejor partido en el último cuarto del recorrido. Galateia cruzaba la meta nueve minutos más tarde, seguido por Magic Carpet Cubed, que había liderado en el paso por la Giraglia pero pagaba por un lento tramo final.
Tango supo aprovechar la magia desplegada por Thierry Peponnet, Marc Pajot y el navegante Jean-Francois Cuzon. Poco antes de salir de Saint-Tropez, Peponnet había previsto un tiempo total de 24 horas, y se quedó a escasos 11 minutos de clavar su previsión. “Ha sido muy intensa e interesante, con un montón de cambios de liderato”, explicaba ya en suelo italiano. “No podías aventurar quién ganaría hasta que cruzamos la línea de llegada. Rodeamos la Giraglia en tercera posición y nos pusimos líderes en el último cuarto. Las dos últimas horas resultaron las más importantes”.
Pese a ceder la victoria por tan reducido margen, David Leuschen y Sir Lindsay Owen-Jones, armadores de Galateia y Magic Carpet Cubed, hicieron gala de la caballerosidad que caracteriza a los participantes de esta regata. “Fue una de mis primeras regatas oceánicas y la he disfrutado mucho”, comentaría Leuschen. “Felicidades a Tango, han realizado una navegación realmente buena, situándose cada vez en el lugar acertado”, explicaría Owen-Jones, que este año completaba su décima participación.
CORAJE AMATEUR
Aunque la Rolex Giraglia atrae cada vez a un número mayor de barcos de última generación navegados por profesionales, el grueso de la flota continúa formado por pequeños veleros de tripulaciones amateur para las que la regata supone una referencia de su calendario. De los 241 barcos que participaron este año, más de un centenar presentaban esloras por debajo de los 40 pies (12 metros). Aunque sus esperanzas de alzarse con el título en la regata larga se desvanecían con el último parte meteorológico, mantenían su concentración con el objetivo de completar el recorrido, aspirar a una victoria de clase o conseguir sus retos personales.
Giancarlo Ghislanzoni, armador del J/122 Chestress 3, encadenaba su decimoquinta participación con un espíritu que resume bien el de otros tantos: “Somos amateur, un grupo de amigos de edades similares que entrena compitiendo. Siendo más jóvenes, éramos buenos regatistas, pero luego llegaron el trabajo y la familia antes de que volviéramos a juntarnos para navegar juntos de nuevo. Para nosotros, este evento es una combinación de la magia de su atmósfera, las tripulaciones, los lugares como Saint-Tropez y la roca Giraglia, los barcos y la intensa competición”.
Rodear la roca Giraglia sigue siendo un punto mítico de la regata, un momento para recordar, incluso para los que lo han hecho en muchas ocasiones, como Ghislanzoni: “Es siempre una nueva experiencia. El tiempo, tanto si es con viento ligero como duro, es un desafío, y la roca siempre ofrece algo mágico. Este año, la buena visibilidad nos permitió ver tierra por todos lados: Montecarlo, Tuscany, la isla de Elba, todos a gran distancia”.