La entrada de un banco de niebla determino la suspensión de la segunda tirada de la regata para los cruceros santanderinos
Hoy tenía lugar la segunda tirada del memorial J.A. Tome. El pasado día 6, la oficina de regatas del Club envío un correo en el que decia que como consecuencia de que la regata coincidia con la bajamar, si las condiciones lo permitian, la regata será en el Sardinero.
Una de las peores cosas que te podía pasar en una regata, era el tocar una baliza. Ello antes suponía la descalificación automática de la embarcación que tuviese ese fatal contacto.
Otra de las cosas que suponía la descalificaron inmediata, era el usar el motor durante la competición. Esto solo se permitía para realizar un salvamento a personas o embarcaciones en peligro.
Hoy las reglas de la vela se han vuelto más permisivas. El tocar baliza hace ya tiempo que no descalifica sin remisión. Con penalizarse con un giro de 360 grados se subsana el contacto. Esto da lugar muchas veces que sea más efectivo el tocarla que el evitar el hacerlo. Es más, hoy en alguna clase, esta hasta permitido el tocarla, lo único que no se la permite a los que navegan en ella, es el agarrarse a la baliza. Llegara un día que seguramente también esto se permitirá.
Sobre lo del poner el motor, salvo para realizar un salvamento, hasta el 31 del 12 de 2008 en el RRV estaba, por la regla 42,3 (d), completamente prohibido el hacerlo durante la regata, pero la ISAF, a partir del enero de 2009 derogo esto, y a la regla 42,3 (d) se la convirtió en la 42,3 (g) y en la 42,3 (h), la que esta última , en condiciones determinadas, las que deben contemplar las Instrucciones de regata, permite el usar el empuje producido por el motor para salir de un entuerto, tuvieses o no, el que lo usa, la culpa del mismo.
En nuestro país el uso del motor en una regata no quedo limitada única y exclusivamente al RRV, sino que con un par, la RFEV redacto para este periodo 2009-2012 el Reglamento Técnico de Cruceros (RTC) el que contempla su propia norma para el uso del motor durante la competición. El RTC, el que en caso de que sus normas entren en conflicto con las del RRA, prevalecen las de la RFEV, por lo que, cuando las prescripciones de la RFEV se contemplan en las Instrucciones de regata, se permite el uso del motor, de acuerdo con las normas que este reglamento determinan sobre el particular. Estas están contempladas en el artículo 115,2 del RTC, el que obliga, en el caso de usarse el motor, a cumplir con los dos puntos que acompañan al citado artículo, y que son el (a) y el (b).
Eso sí, el artículo 115,2, obliga a que se cumplan los dos puntos. Lo que tendrá que aportarse, en el caso de usarse el motor para salir de un desaguisado, al Comité correspondiente demostrando el que se han realizado ambas obligaciones.
Estas acciones a las que obligan los apartados (a) y (b) del artículo 115,2 del RTC, en este caso, son claras y concisas, cosa rara en los reglamentos que regulan la vela, y obligan al que hace uso de su motor a que se penalice inmediatamente, y que además presente un informe al Comité antes de que finalice el tiempo límite para presentar las protestas.
Esto parece ser que pocos de los participantes conocen. Desde luego los Comités lo ignoran, de eso quedo constancia en el pasado memorial, en el que se empleo el motor y no se cumplieron estas premisas que indica el RTC. Desde luego no es extraño que no se conozcan, dado la gran interferencia entre la normativa que rige la Vela.
Por ello es importante que esta compleja normativa se conozca y se aclare, y que los regatista no vuelvan a caer en el mismo problema. El uso del motor está permitido cuando se apliquen en las regatas de crucero las normas del RTC (mientras sigan con el texto actual). Si estas no se aplican, su uso se permitirá cuando se siga la norma indicada en el RRV, la que debe estar implícita en las Instrucciones de regatas, pero en ambos casos siempre hay que seguir lo que sobre el uso del motor esta normativa indica. Lo que está claro es que no se puede actuar de oídas, en base a suposiciones. Las reglas sobre el uso del motor son, dentro de lo enmarañado del reglamento, claras.
En la actualidad, si se usa el motor para algo distinto de prestar auxilio, el que lo haga, debe. si no cumple con las normas del RTC. retirarse de la prueba, y en caso de no hacerlo, debe ser descalificado .
Hoy tenía lugar la segunda tirada del memorial J.A. Tome. El pasado día 6, la oficina de regatas del Club envío un correo en el que decia que como consecuencia de que la regata coincidia con la bajamar, si las condiciones lo permitian, la regata será en el Sardinero.
Esto ha sucedido muchas veces durante esta temporada, es mas habia un acuerdo de flota que cuando los J80 navegasen en el Abra, se navegaria con ellos. Hoylos J80 no tenian agua para navegar sobre los páramos del sur de la Bahía. Siendo por ello normal que se navegase en el Abra, y que los cruceros puedan disfrutar por ello, de un recorrido barlovento -sotavento.
Pero esto conlleva el tener que hacerse a la mar con mucha mas antelación que cuando los recorridos son con salida en el Club. Entre tres cuartos de hora y una hora, según donde estén atracados las embarcaciones que participan en las regatas. De otra manera no se llega a la salida.
Hoy cuando el Gabriela Onofre llego a las inmediaciones de la Josefa, que se encontraba fondeada al norte de la isla de Santa Marina, le comunican desde el Comité, que ellos solo dan la regata a los J80, que los cruceros tienen la salida desde el Club.
En la bahía, las condiciones reinantes, era las de una trampa mortal, con grandes pozos de viento que cubrían toda la zona de navegación, a la que acompañaban roladas incontroladas que coincidían con las bocacalles santanderinas.
En estas condiciones tuvo lugar la salida para la clase crucero, cuando en el Abra, al menos el viento era estable. Tomaron parte en la jornada los tripulaciones del Mushungu, Soledad, Salen III, Murphy, Gabriel Onofre y la del Unico.
La navegación en la bahía estuvo llena de cambios en los puestos de la flota, siendo el Salen el que tomo la cabeza de la prueba.
Cuando la flota se encontraba fuera de puntas, comenzaron a entrar bancos de niebla, que reducían la visibilidad a una media milla. Cuando las embarcaciones navegaban a todo trapo, el comité decidió suspender la prueba para los cruceros, mientras que los J80 se mantuvieron a la espera de que los bancos de niebla desapareciesen, lo que les permitió realizar su programa.
Es incomprensible la desigual forma de tratar a las distintas clases que navegan los sábados en Santander, mientras que unos navegan siempre en campos de regata donde el recorrido es barlovento-sotavento, los cruceros lo hacen en unos recorridos costeros, donde la mayoría de las veces se convierten en desfiles procesionales, en los que siempre se está a expensas de la crítica entrada a la bahía, en la que las condiciones de navegcion para afrontar esta parte, la mas delicada del recorrido, son completamente desiguales para los distintos tipos de embarcaciones que participan, lo que desvirtúa completamente la competición.
J.F.M.J.