Hoy parten hacia el Atlántico los 234 participantes de la ARC
Este mediodía parten de la bahía de Las Palmas de Gran Canaria rumbo al Caribe los 234 barcos que finalmente participan en la Atlantic Rally for Cruisers (ARC) de 2010, año en el que se cumple su 25º aniversario.
Algo más de 1.300 personas navegan como tripulantes en yates que van de los 9,5 a los 22 metros de eslora. Se estima que el primer regatista llegue a la caribeña isla de Santa Lucía en 11 ó 12 días, aunque la gran mayoría tardará de 18 a 21 días.
La primera salida se dará a las 12.40 para los 30 barcos de la modalidad Regata, que son los que compiten por premio. El resto, modalidad Crucero, saldrá a las 13.00 horas. La patrullera de la Armada Vencedora será la encargada de dar el cañonazo de salida a los yates que serán despedidos por los remolcadores y sus chorros de agua.
La organización de la ARC dio finalmente ayer el visto bueno a la treintena de yates que el viernes aún estaban pendientes de cumplir con todos los requisitos de seguridad que se exige a los navegantes para que puedan partir hoy sin problemas. Ayer fue día de check out, es decir, de la comprobación final de todos los detalles antes de la partida a mar abierto. El principal control fue el de tripulaciones, ya que los patrones inscritos debían presentar ayer los pasaportes de todas las personas que viajan a bordo -incluidos los tripulantes de última hora conocidos como mochileros del mar- con datos actualizados de dirección y teléfonos para, en caso de accidente, avisar a las familias.
También se comprobaron ayer los números de identificación de las radiobalizas que la ARC ha repartido a cada yate para saber en todo momento su posición y coordenadas exactas.
Por otra parte, ayer por la tarde fue un día de mucho trajín en los pantalanes del Muelle Deportivo con el embarque de las provisiones de última hora. Camiones de conocidas grandes superficies descargaban sus vituallas a los navegantes y muchos de los barcos aparecían llenos de cajas y comida. Las cebollas, mangos o hasta manillas de plátanos afloraban colgadas de los palos de yates.