Gabriela Onofre y Yamanay vencen en sus clases en una mágnifica jornada para la vela en Santander
Según el parte la jornada de hoy debía transcurrir en blanco para el deporte de la Vela, al estar previsto viento del Sur que no llegaría a los dos nudos de intensidad. Afortunadamente la realidad fue completamente distinta.
Al menos en lo que se refiere a las horas vespertinas, ya que con la pleamar comenzó a entrar un nordeste que poco a poco llego a superar los 15 nudos de intensidad, a lo que además se añadía un magnifico sol que hacía que el deporte de la Vela pudiese disfrutar de una magnifica jornada, sobre todo en el abra del Sardinero, en donde la mar estaba bella y el viento se mantuvo bastante estable del 035.
Hoy a la jornada de regatas de la clase crucero solo podía ponérsela un pero, y es que no se sabía que la regata se celebraría en el abra del Sardinero, lo que estuvo a punto de producir que casi un 50% de la flota, las tripulaciones que tienen su base en Marina del Cantábrico, se quedase sin competir.
Afortunadamente a los mandos del Comité estaba Enrique, que en la tarde de hoy ha tenido dos actuaciones magnificas, la de quitar la funda azul que cubría a la baliza de barlovento de los cruceros, con lo que esta baliza era perfectamente visible desde sotavento, y la de dar la salida a los j80 en primer lugar, manteniendo izada la bandera de aplazamiento para la de cruceros al objeto de los que venían de Marina del Cantábrico pudiesen llegar sin problemas a la salida de su clase, lo que así ocurrió gracias a la sabia decisión del Presidente del Comité de regatas.
Pese a la magnífica jornada para la práctica de la Vela, solo 7 tripulaciones se hicieron a la mar para tomar parte en la competición, lo que deja patente la grave crisis por la que atraviese la flota Crucero santanderina.
La prueba se celebro sobre un recorrido barlovento-sotavento, el que tenía una distancia entre balizas de 1,5 millas, estando fondeada la de barlovento a una demora del 035, recorrido al que los participantes tenían que dar dos vueltas, contando además con una puerta en sotavento. ¿Qué más se puede pedir para la práctica de la Vela?, Navegación en un campo de regatas igual para todos los participantes, en el que la corriente les afecta a todos por igual, en el que la intensidad del viento es uniforme para todos, y no como ocurre con las costeras del programa de regatas en las que se regatea en la bahía y en el abra, en donde las condiciones para los participantes son distintas, diferencias que se acrecientan a medida que pasa la tarde.
Regatas ahora en donde las balizas son hinchables y visibles desde sotavento, con lo que la táctica se puede planificar con tiempo. Está claro desafortunadamente hay algo más que impide que la clase crucero santanderina se vuelque en las regatas, la realidad que a pesar de estas magnificas condiciones, los participantes en la jornada de hoy solamente han sido 7 tripulaciones las que han acudido al Sardinero.
La salida fue limpia a la primera, cortando la línea en primer lugar las tripulaciones del Yamanay y del Gabriel Onofre, seguidos muy de cerca del resto de la flota. De poco le sirvió a la tripulación del Gabriela Onofre su salida, pues a los escasos metros de la línea fue masacrado por los barcos de más eslora, los que con su mayor andar le pasaron por encima. Es llamativo que nadie se dé cuenta en la organización que las distintas clases de los cruceros que toman parte en las regatas nada tienen entre si, por lo que las salidas y las regatas deben hacerse por clases, en donde cada una puede competir con los de su misma clase, pues como se hacen en estos momentos las regatas, en un” totus revolutus”, la competición no tiene ningún sentido, y mucho menos para los de las clases pequeñas.
Esto no cabe la menor duda es uno de los grandes inconvenientes para que la clase crucero tenga mas participantes en sus regatas, ya que este tipo de acciones desaniman al más entusiasta de los navegantes. En la milla y media con que contaba del tramo de ceñida, los distancias se fueron acompasando con las esloras de las embarcaciones, estando el bordo, como ocurre casi siempre con viento del NE por la derecha del campo de regatas, destacándose el Yamamay sobre el resto de competidores, navegando mas juntas las del Murphy y la del Futura Sails y más retrasadas las del Gabriela Onofre, Tartufo, Kirios I y Único.
La segunda vuelta al recorrido fue más de lo mismo, bordo a la derecha hasta el lay Line y virada en este para montar baliza, la que tras montarla obligaba a trabuchar inmediatamente para llegar de un bordo a la entrada. En este tramo las distancias se fueron acrecentando entre los participantes como consecuencia de sus diferentes velocidades, por lo que todos luchaban contra su reloj para defender su Rating, que al final en este tipo de regatas es lo que cuenta, por mucho que algunos pretendan desde los medios de comunicación alabar a los que primero cortan la línea de entrada en detrimento de lo que verdaderamente vale en la clase Crucero.
Como desgraciadamente no se puede pedir siempre la perfección, y menos en este deporte, la clasificación de la jornada de hoy, a la hora de realiza esta reseña, aun no se ha expuesto, siendo este otro de los defectos enormes con los que cuenta este deporte, por el que nadie conoce su clasificación y menos aquellas en las de aquellas regatas en las que hay que aplicar un Rating para obtenerla, ya que la mayoría de las veces nada tiene que ver la posición en la que se corta la línea de entrada con la que verdaderamente se clasifican las tripulaciones que han tomado parte en la competición. J.F.M.J.