Gabriela Onofre y Yamamay se llevan la regata de cruceros de Santander
Después de una magnifica semana en lo que se refiere a las condiciones meteorológicas para la práctica de la vela, la jornada de hoy ha sido muy desagradable, con lluvia y fuertes rachas de viento que alcanzaron los 27 nudos de intensidad las que producían una sensación térmica de apenas 5 grados.
El viento estuvo muy inestable de dirección y al final de la tirada de intensidad rolando en principio del tercer al cuarto cuadrante, y la mar que había en el Sardinero superaba los dos metros de altura, haciendo muy complicada, sobre todo para las embarcaciones de menor eslora, el controlar estas en la cresta de las olas. También las olas complicaron mucho la navegación en portantes, si bien en estos tramos los participantes pudieron disfrutar de unas magnificas planeadas.
Nuevamente la clase crucero volvió a contar con balizas de caña para marcar el recorrido, lo que demuestra la falta de interés que soportan los que navegan en crucero para procurar que estos puedan competir en unas condiciones mejores. La localización de una caña, con una pequeña bandera y con olas de 2 metros es prácticamente imposible hasta no estar muy cerca de ella. Afortunadamente en el trofeo Autoridad Portuaria los cruceros contaron con balizas hinchables, esta forma de actuar recuerda a épocas pasadas, donde los ciudadanos de este país solo se ponían su mejor ropa los domingos y fiestas de guardar( y no todas).Eso pasa con los cruceros, para ellos solo se usan las hinchables en los “grandes acontecimientos”. Ya va siendo hora de que los cruceros tengan unas buenas balizas hinchables, a ser posible más grandes de las que actualmente existen en el Club, para que de esta forma los participantes de esta clase puedan competir sin tener que dejarse los ojos para localizar los puntos del recorrido. La salida de la tirada se dio a la hora señalada, en esta ocasión sobre un recorrido fijo del programa, con lo que se vuelve en esta clase a la rutina que nada aporta al desarrollo de la misma. No es de extrañar que no arranque la participación de más cruceristas, en una clase que es la cuenta con mas embarcaciones en el arco de la bahía, y la que podría aportar mas barcos a las regatas a Vela en Santander. Hoy han sido solo 8 las tripulaciones que han tomado parte en la tirada, la que se ha desarrollado sobre el recorrido nº 7 con salida y entrada en el Club para hacer un bastón en el Abra. La salida fue valida a la primera, siendo esta para los del Gabriela Onofre, el barco más pequeño de los que hoy tomaban parte en la prueba, un viejo First Class con más de 30 años a sus costillas. A pocos minutos de la salida, el viento paso de soplar del SW al NW, esto propicio que el Gabriela Onofre fuese el primero en trabuchar la inmensa rolado, cosa que el resto de la flota tardo en efectuar, con esa sencilla maniobra se coloco a la cabeza de la flota, la que mantuvo hasta la altura del Museo Oceanográfico. Una vez mas de poco le valió esta acertada decisión táctica, pues sin ningún tipo de posibilidad por su parte para impedirlo, fue arrollado por el Yamamay. Los demás participantes, se quedaron descolgados teniendo que soportar violentas rachas de viento atravesadas, las que reventaron un spy, no consiguieron alcanzarle hasta bien rebasada la “Casa del Medico” la que se encuentra en la bocana de la bahía, siendo el Pilar IV el que primero le alcanzo, si bien una mala maniobra de arriada de su Spy, dejo sin efecto la ventaja que habían obtenido por mantener esta vela más tiempo izada. A partir de rebasar las rocas del Palacio de la Magdalena, el viento se fue para la proa, lo que obligo a largar los Spy y a navegar en un descuartelar hasta la primera marca. En este tramo las esloras fueron determinantes y poco a poco los grandes se colocaron en la cabeza de la regata. Una vez rebasada la primera marca, la navegación hacia la segunda fue en ceñida a rabiar, la que se desarrolló en lucha constante con las grandes olas y la rachas cambiadas que entraban continuamente, lo que obligaba a las tripulaciones a esforzarse al máximo para evitar que sus embarcaciones se atravesasen cuando alcanzaba esta. La aproximación a la baliza de los “Molinucos” fue complicada, pues la proximidad de esta de tierra producía unas diferencias de presión y de dirección en las rachas enormes. La navegación de vuelta a la baliza 1 se desarrollo en popa cerrada, en la que las planeadas hacían disfrutar de lo lindo a las tripulaciones. Lo complicado en este tramo era encontrar la caña donde se tenía que virar para tornar a la bahía, digo caña, pues al estar la bandera almidonada por el fuerte viento y en línea con el viento, era prácticamente invisible, la localización de la baliza era algo así como encontrar una aguja en un pajar, al menos para los que carecemos de tableta y tenemos poco franco bordo. Solamente en las cercanías de la marca era cuando era posible el verla. Esto afecto a varias tripulaciones, que tuvieron que se separaron mucho de la derrota directa teniendo que trabuchar, tras haber ganado un barlovento inútil al no localizarla, para remontar la. Afortunadamente la marea estaba aun subiendo a la hora de encarar la entrada a la bahía, lo que ayudaba a conseguirlo con mas facilidad, pero en este tramo la entrada del Ferry por la zona de navegación de los cruceros, que coincidía con las marcas de enfilación de entrada para los mercantes, dejo desventados a varios de estos, lo que afecto a su rendimiento. Una vez dentro de la bahía, el viento tenia tendencia a rolar al Norte, lo que ayudaba aun mas para dirigieres a la línea de entrada. Una vez más ocurrió lo que acontece normalmente con este tipo de recorridos, y que no es otra cosa que la disminución en la intensidad del viento a medida que pasan las horas, lo que afecto enormemente a los barcos pequeños que venían más rezagados. J.F.M.J