El Tamborilero, con Alfredo Flórez a la caña revalida el título en el XXIII Trofeo Villa de Gijón
Organizado por el Real Club Astur de Regatas de Gijón, este fin de semana se ha disputado en la bahía de San Lorenzo, el XXIII Trofeo Villa de Gijón, prueba decana del club anfitrión.
En la jornada del sábado las previsiones meteorológicas se cumplieron; día lluvioso con pequeños aguaceros, a lo que hubo que añadir un viento flojo y muy variable, tanto en dirección como en intensidad. No obstante, el Comité de Regatas intentó por todos los medios realizar la prueba. Se dio la primera salida con viento del Norte de aproximadamente 8 nudos , pero antes de llegar la flota a la baliza de barlovento, un fuerte role de más de 60 grados obligó al juez a suspender la prueba. Hasta aquí la primera jornada, pues aunque se permaneció en el agua una hora más, a la espera de que las condiciones cambiasen, no hubo forma de hacer nada.
El domingo si se pudo disputar la manga programada, un barlovento-sotavento con la línea de llegada en las inmediaciones del Club de Regatas. Viento flojo del Norte y mar llana acompañaron a la flota durante toda la jornada.
Uno de los favoritos al triunfo final el Tamborilero, de Alfredo Flórez no defraudó, realizando una buena manga y llevándose por segundo año consecutivo el Trofeo. Ganó en la clase I y la general conjunta, después de 1 hora, 51 minutos y 34 segundos de regata. La segunda plaza fue para el Totalmar, de Alberto Fernández con muchas ganas y con una tripulación muy concentrada, pero con algún problema técnico, se tuvo que conformar con la segunda posición, tanto en su clase como en la general, a continuación y cerrando los puestos de honor se situó el Universidad de Oviedo-Isatur, de Roberto Álvarez Bucetas.
En la clase II, triunfo fue para el Ita II, de Pedro Guerra que cruzó la línea de meta tras 2 horas , 32 minutos y 5 segundos. Pedro Guerra, perteneciente al Real Club de Regatas es un habitual en las pruebas que organiza el Club, y ha ganado en varias ocasiones el Trofeo a la Regularidad. La segunda plaza fue para el Pria, con un Hernán de Frade siempre dispuesto a dar batalla. La tercera plaza en esta ocasión fue para el Xana IV, de José Enrique Rivero.