Despliegan sus velas los clásicos de la VII Copa del Rey - Trofeo Panerai
Unos cuatrocientos regatistas, a bordo de medio centenar de veleros clásicos, en algunos casos botados hace más de cien años, medirán sus fuerzas en esta VII Copa del Rey.
La flota zarpará a las 12 horas según las instrucciones de regata, con sol y vientos del sur de entre 10 y 14 nudos. Los recorridos, siempre cercanos a la bocana del puerto de Maó, se decidirán cada día justo antes de comenzar la competición, en función del viento y el estado de la mar. La organización ha previsto diferentes rutas, algunas de las cuales bordean la costa mientras que las otras las han alejado más para utilizarlos en caso de que el viento sea inestable.En cualquier caso, se intentará emplear aquellos recorridos que discurren más cerca del litoral porque “es magnífico e irrepetible”, en palabras de Damián Ribas, vicepresidente del Comité Internacional del Mediterráneo, el organismo que establece las reglas de las competiciones de barcos clásicos. Ribas añadió que “siempre se intentará acabar la carrera en el puerto”.
La vida de la regata se deja notar ya en el puerto, en cuyos pantalanes las tripulaciones se preparan y ponen sus embarcaciones a punto para la competición que les espera durante los próximos días.
Retorno
El trofeo volverá a disputarse en aguas menorquinas después del parón del año pasado, cuando la crisis dificultó que se organizara en la Isla. Precisamente su consolidación fue el principal argumento de la rueda de prensa de presentación de la prueba que ofrecieron ayer la organización y diversas autoridades.
Se escucharon muchos parabienes por el retorno de la prueba a la Isla. El más gráfico fue el del presidente de la Federación de Vela, Gerardo Pombo, que declaró que la vuelta del certamen a Menorca es “como aprobar una asignatura que el año pasado habíamos suspendido”. Pombo reclamó más facilidades para el Club Marítimo, que no posee amarres, a la hora de organizar pruebas como ésta.