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Con una tirada para no recordar comenzó el trofeo Real club de Regatas para la clase crucero.

Con una tirada para no recordar comenzó el trofeo Real club de Regatas para la clase crucero.

En la misma se retiraron 12 de las 15 tripulaciones que tomaron la salida.
Hoy si el viento lo permite, se determina la clasificación del mismo

El sábado podía haber sido un magnifico día para animar a la flota Crucero, de hecho han sido 15 las tripulaciones que han acudido a la línea de salida para tomar parte en el evento. Pero la tirada en lugar de potenciar la clase, se ha convertido en un suplicio para las tripulaciones que han tomado la salida.

 

El parte pronostica para la jornada del sábado un régimen de brisas suaves, por lo que en caso de que se cumpliese lo pronosticado, era obligado un recorrido acortado para la clase crucero, sobre todo teniendo que el coeficiente de la marea para esta jornada era de más de 80, concretamente de 85, lo que es alto, y por lo tanto la corriente de marea también lo era. Para más INRI coincidía la hora de la salida con la entrante, y lo que es peor aún, la vaciante coincidía con la entrada a la bahía. Cuando el viento está a punto de desaparecer los participantes se encentrarían con la marea en vaciante, siendo con esta situación una misión casi imposible el conseguir el remontarla.

 

Por si esto fuese poco, una vez más desde la organización se ha obviado en esta jornada el acuerdo tomado por la flota por el que los participantes de la Clase III tendrán siempre un recorrido más pequeño que los de la clase II, lo que en esta ocasión no ha sido así, sino que todos los participantes han realizado el mismo, en esta caso exageradamente grande, Esta claro que estas n o son las mejores maneras para potenciar nada, pero mucho menos a la clase crucero.

 

Las regatas a vela no pueden estar supeditadas a un horario, tiene que estarlo a las condiciones de viento que haya en cada momento, para que la competición sea justa. Da la circunstancia que la otra clase que también competía en la Bahía, tardo una hora en comenzar su tirara como consecuencia de la falta de viento, eso que su salida se encontraba en un lugar despejado de la bahía y no como sucede a la de los cruceros, que está afectada por la proximidad de las casas de Santander.

 

La tirada comenzó mal. Cuando con un viento que no llegaba a los tres nudos, se dio la señal d atención, teniendo que ser suspendida la salida por un mercante que salía por la canal. Tras quedar despejada la canal de navegación comercial, y menos viento que en la anterior, se precedió a iniciar el procedimiento para una nueva salida, lo que esta vez se dio como buena. Como consecuencia del escaso viento reinante la mitad de las tripulaciones ni tan siquiera pudieron maniobrar para acercarse a la línea de salida, con lo que la flota, y la competición se rompió antes de comenzar la tirada. Solo un grupo reducido, comandado por el Yamanay entre los grandes y por el Gabriela Onofre que fue el único de los pequeños que estaba en sus proximidades al cañonazo salieron en la línea. Al resto les costó un triunfo poder hacer la salida, con lo que la tomaron muy retrasados.

 

La navegación en contra de la corriente hasta la bocana del puerto fue un suplicio, con las tripulaciones colgadas a sotavento para intentar aprovechar el menos suspiro de viento para poder remonta la fuerte corriente. Que a varios les saco de la canal

 

Lo mismo ocurrió durante el recorrido en el abra del Sardinero, en donde conseguir hacer andar a las embarcaciones fue más de lo mismo, un nuevo suplicio añadido al que y se había parecido en el bahía. En este tramo abandonaron la competición más de la mitad de los participantes, pues preveían, con muy buen criterio, que la entrada en la bahía seria aun más dura que la salida, al haber decaído el viento de forma alarmante, siendo tan solo un suspiro lo que quedaba, y por desgracia no en toda la bahía, Tanto fue así que a los J80, que tenían programadas tres pruebas para hoy, solo pudieron hacer una completa acortándose la segunda cuando habían completado una vuelta al recorrido, sin embargo los cruceros aun tenían que esperar a que se les terminase el tiempo límite, eso si no tenían la suerte de poder acabar antes, lo que les ha supuesto más de dos horas de esfuerzo y concentración Yamamay, que fue el primero en cortar la línea y más de 3 horas a los más pequeños que apostaban por terminar antes de que se les acabase el tiempo.

 

Finalmente de los 15 participantes que tomaron la solida han terminado tres tripulaciones una de la clase II y dos de la Clase III, lo que da idea de la dureza del recorrido.

 

J.F.M.J.O.