Portada ›› Vela ›› Regatas ›› Comenzó la temporada para los cruceros en Santander con el triunfo del Gabriela Onofre en la Clase II y del Yamamay en la clase I

Comenzó la temporada para los cruceros en Santander con el triunfo del Gabriela Onofre en la Clase II y del Yamamay en la clase I

Comenzó la temporada para los cruceros en Santander con el triunfo del Gabriela Onofre en la Clase II y del Yamamay en la clase I

Con un retraso de dos semanas con respecto a las otras clases que navegan en Santander, el crucero comenzó en esta jornada su calendario para la temporada 2012.

Solamente 8 tripulaciones se dieron cita en las inmediaciones del la salida para tomar parte en la jornada, la que se desarrollo con viento de componente Oeste con unos 12 nudos de intensidad.
Para el inicio de la temporada se estableció desde el comité el recorrido nº 7 del programa de regatas, en el que la salida y la entrada se dan desde el Club, transcurriendo el resto del recorrido, parte en el interior de la bahía y otra parte en el Abras del Sardinero, lo que convierte la regata en dos competiciones completamente distintas en las que las condiciones de navegación nada tiene que ver la una con la otra. En la Bahía, la mar esta bella, el viento es escaso y la corriente enorme, hasta con 6 nudos de intensidad, mientras que en el Abra, la ola suele ser Atlántica, hoy en concreto con más de 2 metros de altura, mientras que el viento es más intenso a la vez que más constante.
La salida que fue en popa redonda fue valida a la primera, destacando la tripulación del Mushungu que corto la línea en primer lugar, el resto de los participantes salieron en un puño.
En la navegación en demanda de la bocana de la bahía, se siguió destacando el Mushungu seguido muy de cerca por el Yamamay, más retrasado remontaron los del Saudade que tuvieron problemas con su Genaquer tras la salida, aunque seguido muy de cerca de los demás participantes.
El Socaire del Palacio de la Magdalena hizo estragos entre la flota, principalmente entre los de la clase II, siendo estos muy castigados por la mar en entraba por la bocana, la que les era muy difícil de remontar con su escaso desplazamiento.
En el tramo restante hacia la primera baliza, la que como es tradicional no era posible distinguir a menos de 150 metros, como consecuencia de la mar y de la escasa visibilidad de una tarde plomiza y lluviosa al ser de esta de caña con una pequeña banderola que en día fue roja, los barcos grandes se destacaron enormemente de los pequeños, realizando cada clase una competición por separado.
La navegación hacia la segunda baliza fue de una ceñida con un bordo largo a estribor que te dejaba muy cerca de la misma para remontarla con una pequeña bordada a babor, en este tramo abandono la competición la tripulación del Tartufo.
Nuevamente el avistamiento de la baliza numero dos del recorrido fue complicada al estar esta mimetizada con la costa, lo mismo que sucedió con la ultima boya el recorrido cuando el día había avanzado y disminuido con ello la visibilidad.
La vuelta a la entrada se complico sobremanera en Punta Rabiosa, en donde la corriente de vaciante era máxima y el viento escaso y rolon, marcando claramente este punto las diferencias en la clasificación de la prueba.
A la hora de la confección de esta reseña aun no están expuestos las clasificaciones, por lo que las únicas reseñadas son las correspondieron a la terminación en tiempo real de los dos primeros clasificados en cada una de las dos clases participantes.

J.F.M.J.