Comenzó en Santander el Trofeo Consejeria de Medio Ambiente para la clase crucero
Con un nordestazo, que rolaba al Este, de 27/30 nudos con rachas superiores a los 35, la clase crucero comenzó con el trofeo Consejeria de Medio Ambiente.
Para lo ocasión diez fueron las tripulaciones que tomaron parte en la competición, 6 de la clase I y 4 de la clase II.
Lo más significativo de la jornada fue la salida, que fue el único momento en que los participantes navegaron juntos en toda la prueba. Es hora de plantearse el dar salidas distintas para cada clase, ya que nada tienen que ver entre si las distintas embarcaciones que participan en la clase crucero, siendo algo mas homogéneas la que participan en cada clase, con ello se evitarían muchos problemas y se competiría con mucha mas realidad, lo que daría pie a que los participantes en las regatas fue mucho mas de los que ahora compiten.
Desde el momento de la salida la flota escogió navegar por la cercanía de tierra, pues la marea aunque era muy tenue, estaba subiendo durante toda la regata.
La navegación en la bahía estuvo marcada por las roladas y las fuertes rachas, lo que complicó mucho a los participantes la navegación en su interior. Una vez en el abra, lo complicado era la ola de viento que llegaba a los tres metros poniendo a prueba a las tripulaciones.
Las duras condiciones de mar y viento provocaron varias roturas siendo los mas perjudicados los del Co yemaza que tuvieron que retirarse y los del Gabriela Onofre, si bien estos pudieron cambiar la driza rota y continuar la prueba, aunque vieron muy perjudicada su clasificación.
En el tramo de viento portante de la primera a la segunda marca ningún participante izo los spys pero ello no fue óbice para que las planeadas fuesen espectaculares en las provocadas por las grandes olas. En estas duras condiciones la búsqueda de las balizas fueron misión imposible durante gran parte de los tramos, solamente cuando uno estaba casi encima era posible el divisarlas.
El resto de la prueba transcurrió con normalidad siendo los fuertes pantocazos los que hicieron vibrar a las embarcaciones en el tramo de ceñida.
La entrada en la bahía fue espectacular, pues los spys hacían navegar a las tripulaciones al máximo de sus posibilidades.
A la hora de esta publicación aun estaba sin exponerse las clasificaciones de la pruebaen el TOA, por lo que es imposible determinar los puestos de los participantes