Boro y Gabriela Onofre vencedores en la bahía de Santander
EL BORO EN LA CLASE I Y EL GABRIELA ONOFRE EN LA CLASE II CORTARON LA LINEA EN LA PRIMERA POSICION EN SUS RESPECTIVAS CATEGORIAS
A pesar de una persistente calma blanca con la que amaneció el día y que duro hasta pasadas las 14 horas la que presagiaba la perdida de la jornada, el perezoso nordeste se levanto sobre las 15 horas soplando con unos 1o nudos hasta casi las 17, momento que como es normal, mas en estas fechas, comenzó a decaer hasta casi desaparecer, lo que volvió a romper cualquier equidad en la competición, en la que los barcos de menor eslora no tiene ningún chance al quedarse sin viento cuando aun les queda un gran trecho por navegar, cuando los de mas eslora han tenido mas viento durante toda su navegación.
A la hora marcada el comité dio la salida para un recorrido nº 7 del programa, al que le sobraba la ultima ceñida, pues al caer el viento, cuando aun faltan mas de la mitad del ultimo tramo, afecto a 8 de los 10 participantes que vieron como su entrada en la bahía era complicada a pesar de que la marea entrante les ayudaba en esta navegación hacia la línea de meta.
La salida fue para los del Boro, Yamamay y Gabriela Onofre que cortaron la línea en las inmediaciones de tierra con el disparo. El resto de la flota lo hizo algo mas retrasados por la medianía de la línea. Esta diferencia en al toma de la salida marco la regata ya que se formaron dos grupos que definieron la competición.
En el tramo hacia la primera baliza se distanciaron los barcos de mas eslora, siendo el Boro el que a partir de la Horadada comando la regata hasta el final sin que el Yamamay pudiese hacer nada para rebasarle.
Por su parte los del Gabriela Onofre defendieron su posición perfectamente durante toda la navegación hasta la entrada en la bahía, en donde fueron rebasados por el Murphy.
En el Abra la mar era tendida del MW con olas unos tres metros de altura, las que eran complicadas de pasar, ya que las diferencias en el aparente que se creaba al subirlas y bajarlas complicaba enormemente la navegación, tanto en los tramos de ceñida como los de popa.
Nuevamente lo mas complicado de la jornada fue el ver la balizas de caña que solo se conseguían adivinar cuando coincidían, la baliza y la tripulación, en las crestas de las olas, lo que raramente pasaba, siendo imposible calcular los lay line y por tanto efectuar una navegación táctica como debe de ser. En muchas tripulaciones existe un permio para el tripulante que primero divise la baliza, algo parecido como ocurrió en el descubrimiento de America con Rodrigo de Triana. Este afán de mantener las balizas de caña en las regatas de crucero, no tiene ninguna justificación cuando existen balizas hinchables mucho mas visibles que hacen mas fácil su localización a los participantes y mucho mas justa las competiciones
1º Boro Clase I 2º Yamamay Clase I 3º Murphy clase I 4º Gabriela Onofre clase II 5º Puntarras clase II 6º Soledad clase II 7º Airan 5 clase II 8º Tartufo clase I 9º Kirios clase II 10º Atlantis clase II