"Gaitero" gana la manga más dura de la Regata Munilla
Se ha celebrado este fin de semana una nueva edición de la clásica prueba guipuzcoana que comienza el sábado en la Bahía de Higuer con un recorrido costero hasta "La Concha" de Donostia para finalizar el domingo con dos mangas frente a la Bella Easo.
Entre los actos lúdicos, estaba previsto que el sábado hubiese cena y entrega de premios de la primera manga en los salones del Palacio Miramar y el domingo, a las 18:00, entrega de premios Prueba 2 y 3 en el Real Club Náutico de San Sebastián. Treinta barcos entre todas las categorías se acercaron a tomar la salida de la costera del sábado a pesar de la bonanza de la mañana. Ningún barco cántabro, tres vizcaínos y el resto entre locales y unos pocos franceses.
La prueba del sábado era una costera 12 millas entre Hondarribia y de San Sebastián y comenzó con viento entre flojo y bonancible de componente noroeste rolando hacia la derecha en el transcurso de la misma y con la línea de salida claramente favorecida por el pin al enrocarse el arpeo que lo sujetaba y no poder moverlo, ni en su defecto moverse el comité. "Gaitero" sale bien y tomamos la opción de ir pegados a tierra... Esta zona de la costa guipuzcoana siempre se nos ha dado mal, tanto en esta como en la Regata Costa Vasca cuando ha pasado por aquí. Cuando vamos por tierra, el viento está por el mar y viceversa,,, tampoco es que haya mucho más, tienes que elegir, si vas por donde no debes, ahí te quedas, no hay opción, además, con la floja presión de viento que había, para nada favorecía el caminar de nuestro barco. Y esta vez no fue menos, llegamos mal, muy mal... pero solo en la regata. El espíritu "Odiseus" (ahora "Gaitero") siempre impera, y nada más pasar la línea ya estábamos relamiéndonos pensando en las pruebas del día siguiente, que anunciaban fuerza 7, ¡nuestro viento! y porqué no, también en la noche de fiesta.
Lo mismo que en las regatas, la tripulación de "Gaitero" al completo acudió deportivamente a la hora prevista a la entrega de galardones y aplaudir a los agraciados, además de participar activamente en la fiesta hasta el final
Y la fiesta continuo para algunos hasta el día siguiente... abrazados a los que teníamos cerca (pié de mástil, obenques, etc.) las tripulaciones que pernoctamos a bordo de los barcos intentábamos pasar la noche lo mejor posible . Olas como peñascos que te tiraban hasta del suelo... y muchos por mañana con cara de no haber pegado ojo... Una manzanilla para sentar el destartalado estómago y una hora antes de lo previsto al mar, que había regata de traineras y cerraban el puerto. Lamentablemente también hubo quien se dedicó el domingo a rescatar su barco de la playa.
Estaban anunciadas olas grandes, ¡pero aquello se asemejaba a la etapa del Tour del día anterior! Los puertos del Aubisque, Luz Ardiden, etc., se quedaban pequeños con las montañas de mar que nos encontramos al pasar la barra... El viento no era tanto, entre 16 y 18 nudos, pero según nos alejábamos de la costa observamos que la intensidad subía incluso por encima de 20 nudos. Ante esa disyuntiva y optando como preferente por el bordo al mar, hacemos un cambio de la vela de proa en el último minuto, lo que nos retrasa unos segundos en la salida. Según pasamos la línea, viramos hacia el mar y empezamos a correr... El resto se han ido hacia tierra y vemos que nuestra velocidad y opción táctica se ve recompensada, entrando en barlovento por detrás del Farr 40 y emparejados con el IMX40. El resto de tripulaciones no montan maniobra de espi y nosotros lo izamos en boya, y con el barco bien estabilizado, a coger olas de popa. A ratos, el anemómetro marca rachas por encima de los 25 nudos.
Comenzamos a devorar con continuas planeadas la poco más de milla y media que nos separaba de la boya de sota. No hace falta trasluchar, bajamos en rumbo directo alejándonos de la proa del IMX40, pero en la siguiente ceñida se nos vuelve a acercar. Hacemos un largo bordo hacia el mar paralelos al barco de Javier Onaendia sin tomar la opción de virar para no forzar lo que podría ser una situación "delicada" al pasarlo por la proa (con estribor) como estaban las condiciones, y viramos muy por encima cuando él lo hace. Nos cruzamos con el "Espalarta", el único J80 que se ha atrevido a navegar en estas condiciones, incluso a ratos con el asimétrico desplegado, que llevado por Iker Almandoz va subido en una ola durante muchos segundos dejando unos bigotes que llenan el mar de espuma blanca (¡qué pena no poder sacar la cámara!). El rumbo nos parece bueno por las referencias de la primera subida, pero no encontramos la boya. Con estribor, vigilamos de reojo por si alguien sube, pero la mirada fija al frente buscando la boya. Ya tenía que verse, pero nada!! y por debajo, vemos que el "Fenix" ya pasa con las velas abiertas ¡Y que el "Symphony" la tiene en la proa a pesar de ir muy por debajo! La boya "navega" suelta y ha caído unos cuantos cientos de metros hacia sotavento, por lo que abrimos velas y bajamos de través en lo que debía ser una ceñida. Peor lo tiene el 40.7 "Akelarre", que viene a nuestra popa defendiendo el primer puesto de ayer en la general contra el "Ay Ama" (X332), que muy por detrás, se ahorra un montón de metros al localizar la baliza por nuestra maniobra. De nuevo espi arriba en boya y largos planeos hasta arriar y tomar por estribor de nuevo la boya que configuraba la salida, para tras un corto través, cruzar la línea de llegada. Felicitaciones entre nosotros y felicitaciones de los otros barcos que han competido.
La sensación es buena, hemos hecho una gran regata, con muy buena velocidad y buen ángulo de ceñida. Las popas inenarrables... con el barco bien estabilizado y la tripulación con la adrenalina a tope y disfrutando de la velocidad. Hemos tardado poco más de una horas en completar el recorrido y el "Phoenix" (Farr 40) de Ricardo Peña solo nos ha sacado poco más de 5 minutos en real, y el "Symphony" (IMX 40) de Javier Onaendia, ha entrado solo un minuto por delante. Por detrás ha quedado el "Akelarre" (First 40.7) de Mauricio Guibert, también muy perjudicado por el movimiento de la boya al subir muy arriba. Salen las notas y aparece "Gaitero" (JOD35) de Juan Valdivia como ganador de la manga.
Nos sorprende en la entrega de premios que todo el "jabón" se lo llevara la organización y se hablara muy poco de las tripulaciones que en un durísimo domingo se hicieron a la mar con la pasión de siempre por este deporte para dar sentido y contenido a este campeonato, que se hubiera quedado sólo con la costera del sábado. Pasamos directo a los trofeos de la clasificación general sin siquiera mencionar a los ganadores del día ni entregar los premios anunciados en la web, pero bueno, también es cierto que la emoción y satisfacción de haber navegado en esas condiciones llenan el espíritu y trascienden el mero reconocimiento de quienes no lo han experimentado.