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El día despues ... en Auckland

El día despues ... en Auckland

24 horas después de un final de etapa, en pos del podio, de lo más estresante de los que se recuerdan en Auckland –no en Nueva Zelanda, porque la llegada a Wellington en 2006, entre el "Movistar" y el "ABN AMRO One", por sólo 9 segundos, sigue siendo la diferencia más corta vivida en todas las etapas de la Vuelta al Mundo en sus casi 40 años de historia

la actividad en los equipos se basa en la recuperación física de los tripulantes y un intenso programa de trabajo de los equipos de tierra para, en poco menos de 72 horas, poner los barcos en el agua de nuevo listos para rendir al cien por cien desde el próximo jueves. Será entonces cuando comience una maratón donde el "Telefónica" volverá a navegar en la regata de entrenamiento oficial, el jueves, las regatas Pro-Am y costera, el viernes y sábado respectivamente, y la salida de la quinta etapa de Auckland a Itajaí (Brasil), el domingo día 18 de marzo.

 

Reflexiones de la etapa

En resumen todos los tripulantes del "Telefónica", empezando por su patrón, tienen muy buen sabor de boca con el resultado deportivo de la etapa, en donde un podio es un puesto magnífico después de haber sufrido la avería del tensor del botalón, que les obligó a parar, reparar y comenzar, desde atrás y desde sotavento, una etapa muy dura de condiciones con mucha ceñida y mucha ola corta que castigaba continuamente a la tripulación y el barco.

 

“Empezamos la etapa saliendo de China con una posición relativamente cómoda para nosotros. Comenzamos relativamente tranquilos, como hacemos siempre, pero también es verdad que las cosas se nos complicaron bastante pronto, con algunos problemillas y roturas que más que hacernos perder mucho yo creo que nos desconcentraron un poco y en una situación que no era la que queríamos. Ahí ya empezó a tener dificultades para nosotros la etapa”, comenta el patrón Iker Martínez el día después de la llegada.

 

Uno de los momentos importantes de la etapa estuvo en palabras del patrón vasco en Taiwán: “Cuando llegamos a Taiwán teníamos que tomar una decisión muy importante. Había dos opciones y era una difícil decisión difícil teniendo en cuenta que aún quedaban más de 10 días de regata por delante aún… La información meteorológica que teníamos para tomar esas decisiones tampoco te daba la seguridad de que la que tomases fuese la correcta. Hicimos un plan y pensamos en llevarlo a cabo y luego tuvimos que rectificar porque pensamos que podríamos ser el único barco que se fuese hacia el Sur directamente. Tuvimos que reaccionar relativamente rápido. Lo hicimos y en ese momento pensamos que era mejor no asumir tantos riesgos y volvimos a juntarnos a la flota con una pérdida mayor de la que creímos que tendríamos y eso nos llevó de nuevo a estar en un sitio en el que no queríamos estar. Fue una decisión que tuvimos que tomar muy rápido pero ahora, una vez pasado, creo que hicimos lo que teníamos que hacer y valoramos los riesgos que había correctamente”, explica Martínez.

 

“Incluso aunque no estuviésemos en una posición buena el ambiente bordo ha sido siempre muy bueno y todo el mundo tenía en la cabeza que había que pelear”, continúa diciendo el patrón del “Telefónica”. “Siempre hemos dicho que ganar una etapa cuando todo se te da bien es mucho más fácil que resolverla cuando se te da mal y sacar un resultado positivo, que es lo que ha ocurrido en ésta, por eso estamos tan contentos”.

 

El resultado positivo del que habla Iker: un podio que le permite seguir liderando la general con una cómoda ventaja de 18 puntos ahora sobre los franceses del “Groupama”, porque los neozelandeses, con el cuarto puesto, están a 23 puntos de los españoles.

 

El "Telefónica" lleva un porcentaje altísimo de puntos consiguiendo 121 de los 144 disputados, es decir, el 84% de los puntos posibles.

 

La apuesta por las Islas Salomón, clave de la etapa

Confiar en la potencia del barco, tener paciencia para esperar su momento y atacar cuando se podía, por ejemplo atravesando las Islas Salomón, fue la clave de una remontada que les permitió luchar por un podio que, a mitad de etapa, se presentaba más que difícil ya que sus inmediatos rivales, "Puma", "Camper Team New Zealand" y "Abu Dhabi" habían conseguido en algunos casos tener hasta más de 200 millas de barlovento y, en consecuencia, tener el control de la ruta hacia el Sur. Al final una exigua diferencia sobre los kiwis, de 93 segundos, permitió un podio que realza el gran trabajo de toda la tripulación durante más de 20 días de regata entre Asia y Oceanía.

 

Iker Martínez, relataba así cómo fue el momento de decidir por dónde pasar las Islas Salomón: “En las Islas Salomón siempre pensamos que la ruta óptima sería pasar por el Este y luego poder ir bajando, pero la situación fue cambiando y había otra opción que era pasar entre las islas, donde lo desconocido era lo que más miedo nos daba porque no sabíamos con qué nos íbamos a encontrar. Evaluamos la situación y decidimos ir por ahí. Al final fue una decisión estupenda porque pudimos recortar millas con los barcos de cabeza, y no perder más millas que es lo que hubiese ocurrido de haber ido por el otro lado. El paso fue relativamente tranquilo a pesar de algunos bajos e islas, nos paramos pero sólo un poquito. Fue un acierto y un buen momento para otra vez volver a estar más cerca de los de delante”.

 

Pensando en la etapa hacia Brasil

Otro de los puntos importantes de esta etapa es el estado de los barcos. En el caso del "Telefónica", el buen estado técnico en que se encuentra el barco español ante la etapa más larga de la vuelta al mundo, la quinta, entre Nueva Zelanda y Brasil, es una buena noticia para todo el equipo de tierra ya que con tan sólo tres días para tener el barco fuera del agua, cualquier avería grave o importante supondría un hándicap de cara al intenso programa de competición en Auckland antes de tomar la salida rumbo hacia Cabo de Hornos, punto de inflexión de la quinta etapa con final el Itajaí, Florianópolis (Brasil).

 

El estado de la tripulación es bueno, cansados por el enorme esfuerzo que ha supuesto estos 20 días de competición e intentando recuperar peso y fuerzas en los pocos días en tierra. Todos están muy unidos y forman un buen equilibrio que les motiva incluso cuando las cosas han ido mal. Un virtud de equipo que le ha ayudado en los momentos difíciles o de decisiones cruciales.