Siete meses y 45.000 millas después, la Volvo Ocean Race ha vuelto a Europa y lo hace con cambio de líder
El “Telefónica” ha cedido el liderato que ostentaba desde el pasado mes de noviembre, pero el primer puesto sigue a sólo tres puntos. Analizamos en profundidad, con Iker Martínez, la séptima etapa y miramos al frente: dos etapas más y tres costeras.
“Creo que estamos todos a un nivel muy parecido y creo que todos tenemos opciones”. Fueron sus palabras antes de salir de Miami y en Lisboa se ha confirmado que estaba en lo cierto. ¿Cómo afrontaba su tripulación esta séptima etapa?
Antes de empezar la regata éramos conscientes de que las cosas podían ir tanto bien como mal. Arrancamos de una manera excepcionalmente buena y luego hubo un periodo en la que no han ido tan bien como nos hubiese gustado… Saliendo de Miami estábamos donde pensábamos que podríamos estar: en cabeza o cercanos a poder estar en cabeza y con opciones de poder llegar a la última etapa pudiendo disputar la regata, que es y ha sido nuestro objetivo desde el primer día.
En esta etapa tuvieron un visitante un tanto inesperado: el huracán “Alberto”, ¿cómo fueron las condiciones a bordo?
No fue un huracán como los que vemos en la televisión o como los que la gente piensa que son. Tuvimos viento fuerte, pero no demasiado. El caso es que queríamos aprovechar esa baja presión para poder beneficiarnos de un cambio en los vientos y hacer una ruta más rápida, pero luego la baja se desplazó hacia el Este muy rápido y en vez de beneficiarnos de ese viento, nos atrapó. Fue un choque contra un muro en el cual todos caímos y tuvimos que hacer unos rumbos que son relativamente lentos para estos barcos. Acabamos en una situación meteorológica que no es la ideal y que a nadie le gusta.
¿Cuál era la situación real una vez pudieron salir de ahí?
Salimos bien de allí: el barco no había sufrido mucho y la gente estaba bien. Empezamos un rumbo más de popa y mantuvimos una una pelea bastante fuerte con “Groupama” para intentar liderar otra vez la regata. La verdad es que nos fue muy bien y sobre el cuarto día de la regata estábamos liderando la etapa con “Puma” más o menos cerca, “Abu Dhabi” como a 20 millas y el resto un poquito más rezagados. La etapa llegaba casi en su ecuador y todo tenía muy buena pinta…
Y a mitad de etapa ocurrió lo que ustedes no querían que sucediese… Un cambio repentino en la dirección del viento les dejó en una delicada posición, ¿cómo les afecto éste?
La ruta que habíamos elegido todos y que parecía la idónea dejó de serlo. Empezó a haber muy poco viento y la meteorología cambió rápidamente, de manera que los barcos que estaban detrás tomaron otra ruta que nosotros no pudimos porque no teníamos el viento que ellos tenían. Cuando por fin pudimos cambiar el rumbo, ellos ya nos habían adelantado.
¿Es muy común que suceda eso en una regata?
Ocurre una vez cada cien o cada mil. Los ciclistas siempre van a rebufo los unos de los otros y es mejor ir atrás. En una regata a vela casi siempre es mejor ir delante, por eso siempre peleamos desde el primer minuto. En este caso los de detrás tuvieron cierta ventaja, la aprovecharon y consiguieron rodearnos con más viento, más velocidad, pasarnos y ponerse delante. Pero todavía faltaba mucha etapa y éramos conscientes de que podíamos ir para adelante.
Para encarar las últimas 200 millas a Lisboa tenían de nuevo que atravesar una zona de poco viento. Desde a bordo Xabi Fernández decía que ese momento sería crucial de cara al resultado final de la etapa…
La última parte de la etapa fue crucial. Habíamos pasado las Azores, había que cruzar esa zona de poco viento y situarse en un buen lugar. Todos los barcos en ese momento tenían opciones de ganar la etapa, era cuestión de ver quién iba a sortear mejor esa zona de poco viento. Nosotros fuimos el barco más al Sur. Tuvimos que hacer antes algunos rumbos más lentos y más orzados, lo que a veces cuesta un poco, pero pensamos que era importante estar en esa zona y cruzamos por donde queríamos cruzar. A posteriori vimos que tuvimos una salida de la zona más lenta. Arrancamos y pensábamos que podíamos pelear por la etapa y luego nos volvimos a quedar encalmados otras dos horas. Eso fue lo que nos retrasó muchísimo contra los barcos del Norte, que cuando salieron no tuvieron ese segundo parón y pudieron tener cada vez más viento y alargar la distancia.
Hemos oído que prácticamente llegando a la meta no sabían quién estaba delante…
En todas las etapas, cuando estamos a menos de 100 millas de la llegada, solemos tener partes de posiciones cada hora. En este caso no fue así y sólo tuvimos partes cada tres horas. Cuando estábamos llegando a la meta no sabíamos cuál era nuestra posición, ni si “Camper” estaba delante o detrás, e incluso “Puma”. Justo antes de Lisboa tomamos una ruta un poquito más larga, pero pensando que evitaríamos la zona de poco viento cercana a la ciudad y funcionó bastante bien. Cuando estábamos llegando ya casi a la entrada del río Tajo vimos que había un barco delante que tenía muy poco viento y no sabíamos quién era. Empezamos a hacer los cambios de vela, a maniobrar y ya estábamos paralelos. Fue cuando vimos que era el “Camper” y supusimos que “Puma” estaría delante de él.
¿Ahí empezó su pelea por el cuarto puesto?
Sí, las últimas tres o cuatro horas empezó nuestra pelea para intentar ganar un puesto más. Luego vimos que “Puma” estaba dos millas por delante, con lo cual también era factible poder recortar distancias y alcanzarle, aunque tuvo un poquito más de viento y consiguió entrar por el río sin ningún problema, mientras a nosotros nos fue cogiendo la calma poco a poco y la corriente en contra. Ahí vimos que lo que podíamos hacer era pelear con “Camper” por intentar hacer un cuarto puesto e intentar minimizar así la pérdida de puntos con “Groupama”.
¿Cómo se sintió al cruzar la línea de llegada?
Estábamos contentos porque habíamos conseguido ser cuartos y eso se traduce en cinco puntos muy importantes. Yo personalmente estaba contento porque todo el mundo había peleado con todas sus fuerzas para intentar hacer una buena etapa y al final habíamos conseguido ganar un puesto en las últimas millas cuando podía haber ocurrido cualquier cosa. Por otro lado, el sentimiento no era bueno a bordo: habíamos llegado cuartos y “Groupama” se ponía delante en la general por tres puntos. Obviamente no es bueno perder el liderato, pero al final lo que de verdad todos queremos es estar delante cuando acabe la regata. Esto puede volver a dar la vuelta y podemos volver a estar ahí, hay que poner todo nuestro esfuerzo para que podamos estar delante cuando lleguemos a Galway.
¿Cómo se enfrenta el Team Telefónica a las dos restantes etapas con esta nueva clasificación general en la que los tres primeros clasificado están en un margen de sólo 12 puntos?
Creo que cualquiera de los cuatro primeros puede llegar a ser el vencedor de la regata. Ahora va a ser una pelea mucho más cerrada, las etapas van a ser más cortas y ahora sí que el barco contra barco va a ser algo inevitable. Hay que seguir apretando a tope, los finales de regata son muy importantes y creo que siempre se nos han dado bien los finales de competición. Hay que sacar provecho de todo lo que tenemos y tirar hacia delante. Nadie sabe lo que va a pasar pero hay que intentarlo y hay que pelearlo.