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Ramón Gutiérrez, de disputar el Dakar a intentar atravesar Atlántico a remo

Ramón Gutiérrez, de disputar el Dakar a intentar atravesar Atlántico a remo

El leonés Ramón Gutiérrez, a sus 51 años, ha querido cambiar el duro desierto por el mar y la motocicleta por una embarcación para afrontar un nuevo desafío: cruzar en solitario el Atlántico.

Ya se encuentra en L'Havre, donde se familiarizará en tan solo una semana con la que será su compañera de viaje, la embarcación de remo elegida a conciencia para poder realizar la travesía de 4.700 kilómetros entre Dakar, ciudad que conoció tras sus cinco participaciones en el Rally, y Kourou, en la Guyana francesa.

 

Ramón Gutiérrez, primer piloto de Castilla y León en concluir el exigente Rally Dakar -en 2010-, se fijó esta aventura como un "reto de superación", después de una larga recuperación de las graves lesiones de espalda sufridas en 2012, en su última presencia en el prestigioso Rally.

 

Para afrontar esta travesía en solitario la preparación ha sido, relata sinceramente, "como se ha podido", utilizando en la época de mayor caudal el pantano de Riaño y una preparación física exigente para aguantar el esfuerzo que requiere un reto similar al desarrollado entre finales de 2014 y comienzos de 2015 por el vallisoletano Antonio de la Rosa.

 

El asesoramiento de De la Rosa ha sido importante también para tener en cuenta aspectos fundamentales como "la fortaleza mental que se requiere", señala, "para ser consciente de controlar los nervios cuando se produzcan situaciones inesperadas o por errores, que seguramente, por la inexperiencia, aparecerán".

 

En todo caso, a pesar de la soledad de la embarcación Ramón contará con el apoyo desde tierra para poderse situar en el océano, controlando las corrientes o los vientos, aunque lo más complicado, afirma, será "separarse al principio de la costa, por los vientos cambiantes que te llevan de nuevo a la orilla pese al esfuerzo".

 

Irá provisto, además, de todos los utensilios necesarios para evitar cualquier tipo de "desconexión" con dos teléfonos, con sus correspondientes baterías, vía satélite, sendas emisoras de radio, detector de radar y reflector.

 

La embarcación elegida, que será su casa durante casi dos meses, cuenta con 8 metros de eslora, con una zona central de banco móvil, una delantera que utilizará de almacén y la trasera para el descanso y poderse resguardar.

 

A pesar de afrontar en solitario esta prueba, que pretende convertirse en un futuro en un campeonato de resistencia, habrá otras cuatro embarcaciones que buscarán el mismo objetivo, todas ellas pilotadas por franceses, en su mayoría con mayor experiencia que el leonés en este tipo de aventuras.

 

Sin embargo, Ramón Gutiérrez, pese a su carácter aventurero, no reniega de su vena competitiva y por ello se ha marcado "intentar vencer en esta prueba, e incluso superar el registro de realizarlo en 37 días.

 

Con anterioridad ya se habían desarrollado iniciativas similares, en 2013 entre Marruecos y Martinica, por parte de los franceses Patrick Favre y Julien Bahain y en 2016 con una tripulación de seis componentes, repitiendo el primero entre Canarias y Guadalupe, por lo que ésta será la primera ocasión que se cruce en solitario el Atlántico.

 

Ramón Gutiérrez reniega de que se le considere "un loco" por afrontar este nuevo reto, a pesar de estar condicionado por la grave lesión de espalda que dañó diez de sus vértebras.

Pero en esta recuperación "lenta y sufrida" fue donde buscó el aliciente de un nuevo reto que afrontará desde el próximo día 10 de diciembre cuando se dé la salida de la prueba, incluso con la retransmisión en directo de la misma en el Salón Náutico de París.