Antonio de la Rosa empieza su desafío remando 22 horas al día contra viento y marea
El pasado 7 de enero, el aventurero español Antonio de la Rosa puso en marcha el que será uno de los desafíos del año: cruzar a remo el océano Antártico en solitario.
Con su pequeña embarcación partió de Cabo de Hornos (el punto más austral de Chile) hacia Isla Elefante (a 245 km del extremo norte de la Península Antártica), iniciando así. La travesía de casi 3.000 km presenta tres tramos diferenciados, siendo el inicial, el de remo, uno de las más complejos y comprometidos por las fuertes corrientes marinas impredecibles de la zona. Estos primeros días, el aventurero ha remado entre 20 y 22 horas cada día, se alimenta a base de pistachos y descansa una media de cuatro horas.
Los primeros días de la travesía no le están poniendo las cosas fáciles a Antonio de la Rosa, que ha visto como el tiempo empeoraba, con vientos de más de 100 km/h y olas que -sólo empezar- han tratado de volcar su embarcación en distintas ocasiones. Según el aventurero, "el tercer día, con esos vientos de 40 nudos se movía todo. ¿Qué será con 80 nudos? Pero, la verdad que la embarcación se comporta de maravilla, está muy bien preparada. Llegué a tumbar dos veces, no he llegado a voltear pero hice una tumbada de 90º de la fuerza del golpe de la ola, el barco se auto-direcciona en apenas 2 ó 3 segundos. No te da tiempo más que para llevarte un gran susto”.
De la Rosa rema a contracorriente y en solitario en un mar roto, en dirección sureste y a una velocidad de entre 1 y 2 nudos. Estos primeros ha tenido que remar contra corrientes de más de 2 nudos (3 km/hora) y, lo peor, que van en dirección contraria a los vientos y que le han empujado en dirección noroeste. Ello ha supuesto hasta cuatro horas de marcha atrás, que el aventurero ha tenido que recuperar a remo. “Pensaba que las corrientes serían más favorables pero no ha sido así”, reconoce.
De este primer tramo destaca: “He dormido muy poco. El día que más, unas cuatro horas a intervalos de una hora. Mi cuerpo es como un reloj y cada hora me despierto para chequear la dirección”. Y, añade: “Me siento como siempre, con energía, físicamente bien, aunque me duele todo, sobre todo las manos. Muchísimo. Al final han sido muchas horas de remos, entre 20 y 22 horas los primeros días y, ahora, 15 al día. Y, aunque llevo guantes son muchas horas tirando de los remos”.
Pistachos por su proteína completa y alto poder antioxidante
En cuanto a la alimentación, Antonio de la Rosa reconoce que está comiendo poco. Los dos primeros días tomó una comida diaria caliente de las tres que lleva y pistachos americanos, por tratarse de la única proteína completa de origen vegetal que puede tomarse cruda, con alto valor antioxidante y que facilita la recuperación tras el esfuerzo físico. “Estoy ingeriendo la mitad de las raciones, unas 2.000 calorías diarias en vez de las 4.000, pero no noto que necesite más. Será porque se me está ralentizando el metabolismo cada año”.
Fuente: https://www.revistaoxigeno.es