La Federación gallega de piragüismo en quiebra técnica
La Federación Galega de Piragüismo pasa por una delicadísima situación económica, sin paños caliente, está literalmente en quiebra. Situación explicada por la junta directiva a los clubes que fueron convocados a una reunión celebrada en el embalse de O Pontillón do Castro con motivo del test de invierno.
Se puede decir más alto, pero desde luego no más claro, con una deuda superior a los 400.000 €, la situación económica de la Federación la pone al borde de la quiebra. Los 400.000 son los euros oficiales, pero el problema es que el agujero real puede llegar a superar los 700.000 si contabilizamos intereses, moras etc. etc..
De economía parda, la super deuda provoca falta de liquidez, con la consiguiente falta de euros para afrontar pagos corrientes, entre ellos los pagos correspondientes al mes de diciembre.
Malos tiempos para la lírica e incierto futuro. Desde que en noviembre Alfredo Bea ganó las elecciones, ha barajado la posibilidad de dimitir e incluso se estudió tomar decisiones drásticas, como cerrar la Federación.
La junta directiva de la Fegapi tras reunirse con organismos públicos y empresas, baraja la posibilidad de acogerse a un concurso de acreedores, eso antes se llamó suspensión de pagos, y sería la primera federación deportiva en verse involucrada en un proceso de estas características.
Una de las vías para afrontar la deuda es la venta de la sede de la Federación, dirección que pasaría a las instalaciones de O Pontillón do Castro. El secretario xeral para o Deporte de la Xunta de Galicia ya anunció en octubre que la Federación gestionará la pista, pero todavía no se ha producido el acuerdo entre las partes.
La Federación Galega de Piragüismo celebrará el próximo sábado 30 de enero su asamblea anual en el Centro Galego de Tecnificación con un nubarrón en su cabeza fruto de una mala gestión económica, que no podemos achacar a los actuales dirigentes, necesitamos remontarnos bastantes años atras. A mediados de los años noventa, la directiva presidida por Santiago Sanmamed (que en 2000 abandonó el cargo para asumir la presidencia de la Nacional, pero fue la mano que meció la cuna del ente gallego) mantuvo un duro pulso con la Secretaría Xeral para o Deporte, una relación donde hubo de todo, incluso denuncias ante diferentes comités deportivos, menos abarzos y parabienes, especialmente en la figura del Director Xeral Eduardo Lamas, y su segundor, Ramón Brigos. La Administración no compartía la forma de gestionar económicamente la Federación que de aquella ya comenzó con conocidos problemas económicos pero eso si, pàliados por unos excelentes resultados deportivos. Recordemos aquellos conflictos siendo presidente Joaquín Dominguez, no había dinero para pagar la gasolina de la neumáticas,
Como no, fueron los deportistas con sus papelones los que sirvieron de argumento a los federativos para defenderse de las acusaciones de mala gestión económica y como avestruces, cabeza bajo tierra y como se dice en Galicia "que chova", la deuda de la Federación Galega ha ido a más, ahora insostenible.