Maialen Chourraut, una madre de oro que vuelve por sus fueros
La palista vasca tocó el cielo con un título olímpico en Río tres años después de tener a su primera hija y ahora trata de recuperar su mejor nivel tras un calvario de problemas físicos
Fuente: El Correo. José M. Andrés
El 11 de agosto de 2016 Maialen Chourraut tocó el cielo de un deportista. La piragüista guipuzcoana se proclamó campeona olímpica en la modalidad de eslalon en aguas bravas en Río de Janeiro tres años después de tener a su hija Ane, que esperaba al pie del canal para abrazar a una madre campeona después de haber seguido la prueba en la grada, junto a sus abuelos.
La palista alcanzó al final el metal dorado en unos Juegos, después de haber sido bronce en 2012 en Londres, y demostró que es posible afrontar el reto de ser madre sin dejar de competir a primer nivel, pues remó hasta escasos días antes de dar a luz y luego fue capaz de retomar su carrera en pleno ciclo olímpico para acabar en lo más alto en Río. Todo un ejemplo de conciliación. «Hicimos una apuesta por la maternidad y la hemos ganado», dijo Chourraut tras el espectacular descenso en la ciudad brasileña.
Sin embargo, lo más difícil de todo a veces no es tocar el cielo, sino mantener el nivel después de hacerlo. La resaca olímpica de Chourraut no fue nada sencilla. La piragüista vasca pasó dos años más que complicados, con vértigos y mareos que le impedían entrenarse en condiciones óptimas primero, y con dolores en las costillas después, provocados por una fractura sin diagnosticar que se produjo tosiendo durante un catarro. A pesar de todas las adversidades, Chourraut siguió compitiendo como buenamente pudo entre 2016 y comienzos de 2018, y con la mente puesta en los Juegos de Tokio del próximo verano, se garantizó su presencia en la capital nipona en los Campeonatos del Mundo disputados en septiembre en La Seu d'Urgell (Lleida), un canal que conoce a la perfección, pues entrena allí y reside en la localidad catalana. Pese a que en la final acabó décima, lejos de ese título mundial que todavía se le resiste, el billete olímpico en un ciclo más que complicado y a sus 36 años no resulta un premio menor.
Serán los cuartos Juegos Olímpicos para una piragüista de leyenda, que tuvo su primer contacto con este deporte en 1995, a los doce años, de la mano del Club Atlético San Sebastián y en las aguas de la emblemática playa donostiarra de La Concha. Allí se inició una trayectoria fulgurante, que desembocó en el equipo español absoluto en 2001, con 18 años y siendo aún júnior. Después llegarían los primeros éxitos a nivel internacional, como la plata en el Campeonato de Europa sub-23 de 2004 o el bautismo olímpico en Pekín 2008, que le dejó un regusto amargo, pues sólo pudo ser décimo sexta.
Aquella pequeña decepción de Pekín precedió a la explosión definitiva de Maialen Chourraut, que en 2009 alcanzó el subcampeonato mundial en La Seu d'Urgell para asaltar los primeros puestos del ranking mundial en su especialidad. Otra presea mundialista, en este caso el bronce en Bratislava (Eslovaquia) en 2011, fue el prólogo del primer éxito de la palista vasca en unos Juegos, los de Londres en 2012, en los que se hizo con el bronce, primera medalla olímpica en la historia para el piragüismo español en aguas bravas. «Una gran alegría, que necesitaba yo y que necesitaba el eslalon. Aquí hay que currárselo mucho», valoró entonces, antes de apostar por una maternidad que no le impidió proclamarse campeona de Europa en 2015 en la ciudad alemana de Markkleeberg.
Luego llegarían el culmen en Río y reconocimientos como el Premio Nacional del Deporte, pero también la cara amarga de las temidas lesiones, que impiden a un deportista mostrar todo lo que lleva dentro, pero que no han sido suficientes para disuadir a Maialen Chourraut de su sueño olímpico. Y es que la convicción de una deportista de élite y sobre todo de una madre está por encima de cualquier problema.
Las claves:
Los inicios en La Concha: Comenzó a practicar piragüismo en 1995, a los doce años, de la mano del Club Atlético San Sebastián y en la emblemática playa donostiarra.
La explosión definitiva: La plata en el Campeonato del Mundo de 2009 en La Seu d'Urgell le sirvió para asaltar los primeros puestos del ranking mundial.
Primera medalla olímpica del piragüismo español en aguas bravas: Obtuvo la medalla de bronce en los Juegos de Londres de 2012.
La maternidad: La palista vasca tuvo a su hija Ane en 2013 y decidió compaginar la competición con el cuidado de la pequeña.
Tocar el cielo: El oro olímpico de Río 2016 marcó el punto álgido de toda una carrera.
Superando las lesiones: Tras más de dos años llenos de problemas físicos, obtuvo el billete para los Juegos de Tokio, su cuarta cita olímpica, en los Mundiales del pasado mes de septiembre.
Palmarés resumido:
2016: Oro olímpico en los Juegos de Río.
2015: Oro en los Europeos de Markkleeberg.
2012: Bronce en los Juegos de Londres.
2011: Bronce en los Mundiales de Bratislava.
2009: Plata en los Mundiales de La Seu d'Urgell.