Expedición 'Nilo Azul'. A la conquista de aguas africanas
Descenderán en kayak 500 kilómetros del mayor afluente del Nilo
Esta noche parten hacia Addis Abeba, la capital de Etiopía, los cuatro integrantes de la expedición 'Nilo Azul', que tiene como objetivo ser el primer grupo español que descienda en kayak 500 kilómetros de uno de los afluentes más importantes del Nilo. Carlo Escribano (Vitoria), Patxi Martínez de Maturana (Vitoria), Raúl Morales (Granada) y Álex Ruiz (Pamplona) aficionados a la canoa, algunos vimculados como profesores de la Federación Española de Piragüismo y habituales en aventuras de estas características.
En sus paladas hace ya más de 15 años han completado muchas aventuras, por ejemplo, el viaje al Gran Cañón del Colorado hace algo más de dos años. «Aquella vez éramos dieciséis personas y en ésta nos hemos quedado sólo cuatro», comentan. Cuando a mediados del año pasado surgió la idea eran casi una docena los inscritos. Distintas circustancias han menguado el grupo en exceso y el trabajo.
Peligros en Etiopía
El cuarteto ha conseguido reunir un presupuesto de 10.000 euros, sobre todo mediante la participación de pequeñas empresas navarras. Esto cubrirá el gasto principal, que se encuentra en el traslado. Esta noche tomarán un avión hasta la capital de Etiopía, donde dará comienzo todo.
Sólo media docena de expediciones ha cumplido el objetivo de descender el Nilo Azul, y no hay evidencias de que ninguno lo haya hecho en estilo alpino, con todo el equipo encima, como pretenden hacerlo ellos. «Hemos contactado con algunos de los anteriores y hemos leído lo que han escrito los otros para poder conocer la zona antes de ir», subrayan. A partir de estas informaciones han confeccionado una hoja de ruta propia. Tras su llegada a Etiopía, tardarán dos días en llegar al punto de salida, el lago Tana. Desde allí intentarán hacer 40 kilómetros hasta las cascadas Tissisat.
La primera parte estará plagada de aguas bravas con una alta dificultad. «Nos han dicho que hay algunos tramos en los que igual tenemos que bajarnos y bordearlas», advierten.
Si el arranque cuenta con problemas técnicos, la segunda parte los tiene naturales. Al tratarse de una zona muy deshabitada, son muchos los animales salvajes que campan a sus anchas. Son seguras las presencias de cocodrilos e hipopótamos, «aunque nunca han atacado a ninguna expedición», afirman. Pero son un peligro que nunca se puede descartar. Encontrar buenas zonas de acampada será vital para ellos.
La última parte es la que más dudas suscita entre ambos. La situación que encuentren allí decidirá qué día cumplen su objetivo. A priori, el 5 de diciembre deberían llegar al Puente Bure, el último de la zona etíope del río y el lugar desde el que los aventureros emprenderán la vuelta a casa.