Desorganización y falta de transparencia y participación en la Federación Española de Piragüismo
Madrid, 24 de junio de 2024 – El presidente de la Real Federación Española de Piragüismo, Javier Hernanz, ha comunicado a los presidentes de las federaciones autonómica el envío del Convenio de Integración al Consejo Superior de Deportes (CSD) para su aprobación. Este movimiento, lejos de proporcionar claridad y dirección, ha evidenciado una alarmante falta de organización y una preocupante falta de transparencia y participación que amenaza la independencia y autonomía de las federaciones territoriales.
El presidente, tras las críticas recibidas y las alegaciones enviadas por seis federaciones, ha prometido convocar a los presidentes de las federaciones autonómicas para explicar el convenio y, en su caso, modificarlo, una vez reciba el visto bueno del CSD. Sin embargo, esta propuesta llega tarde y mal. Es inconcebible que se envíe al CSD un convenio para su visto bueno sin que cuente con el consenso necesario de los propios interesados.
Esta forma de proceder pone de manifiesto una clara falta de liderazgo y de capacidad de gestión por parte de la máxima autoridad deportiva. A mayores, este convenio de integración se basa en unos Estatutos modificados que aún no han sido aprobados por la Comisión directiva del Consejo Superior de Deportes y, por tanto, no se encuentran en vigor.
Principales críticas:
1. Ausencia de negociación real: El Sr. presidente, tras el malestar generado por su falta de negociación previa, se ha visto obligado a dar la apariencia de negociación. Sin embargo, tal supuesta negociación no existe, puesto que continúa con su previsión de enviar al CSD un convenio no negociado.
2. Falta de transparencia: La comunicación ha sido insuficiente y opaca. Los presidentes de las federaciones autonómicas han recibido información vaga y genérica, sin conocer las alegaciones recibidas ni qué federaciones formularon tales alegaciones. También de desconoce la Asesoría Jurídica supuestamente encargada para la redacción del convenio.
3. Pérdida de tiempo: El proceso de enviar el convenio al CSD antes de discutirlo con las federaciones autonómicas es un paso innecesario que solo retrasa en el tiempo su tramitación y la necesidad de buscar el acuerdo con las federaciones interesadas. Este tiempo perdido podría haberse empleado en trabajar juntamente con las federaciones autonómicas para mejorar la redacción del convenio.
4. Descoordinación: La promesa de convocar reuniones posteriores a la aprobación del CSD indica una falta de planificación y previsión. Este tipo de procesos deberían haberse llevado a cabo antes de su envío al CSD y evitar la necesidad de una segunda aprobación del CSD posterior a la revisión y modificación reflejada por el presidente.
5. Confusión de tiempos y formas: El presidente confunde los tiempos y las formas. Los tiempos, porque se está haciendo al revés (enviado el convenio al CSD y después convocando a los presidentes). Y las formas, porque primero impone y niega negociación, y después intenta dar la apariencia de transparencia, reuniendo a los presidentes. Las federaciones autonómicas mantenemos nuestro interés en acordar conjuntamente un convenio y, posteriormente, una vez acordado, remitirlo al CSD.
6. Convenio de mínimos: Si no llegamos a un acuerdo, las federaciones autonómicas firmaremos exclusivamente el Convenio de Integración de mínimos que marque el CSD, según la Ley de Deporte.
Conclusión:
La gestión del Convenio de Integración por parte del presidente de la Federación Española ha sido, hasta el momento, deficiente y preocupante. La falta de transparencia, la pérdida de tiempo, la descoordinación y la falsa apariencia de negociación son síntomas de una administración que no está a la altura de las necesidades del piragüismo español. Es urgente que se tomen medidas correctivas para garantizar que las federaciones autonómicas participen de manera activa y significativa en el proceso de integración.