La Liga Mediterránea de kayak de mar se trasladó a aguas de Pobla Marina para disputar el segundo acto
La prueba albergó a más de 150 palistas en la salida.Sin tiempo para recuperarse de la primera prueba, la Liga Mediterránea de kayak de mar se trasladó a aguas de Pobla Marina para disputar el segundo acto de esta joven competición.
La climatología no acompañó y se produjo un acusado descenso de las temperaturas, acompañado de fuertes vientos y oleaje. La participación fue muy similar a la de la prueba anterior, en torno a los 150 palistas, si bien muchos de ellos no pudieron completar el recorrido debido a las adversas condiciones.
El inicio de la prueba se retrasó 45 minutos, tiempo que los palistas estuvieron en el agua esperando se diera la salida. Se pensó por momentos que la prueba iba a ser anulada pero finalmente, dentro de un gran desconcierto por el viento y oleaje, se dio la salida.
El recorrido constaba de un circuito de 7,5 kilómetros, al que había que dar dos vueltas. A la ida el viento empujaba de popa. Las grandes olas propiciaban las mayores surfeadas de la temporada. Había que ir con cuidado y cualquier descuido podía provocar perder la estabilidad y volcar. De hecho se produjeron bastantes vuelcos, sobre todo en las categorías más jóvenes. También llegaron a volcar y/o abandonar algunos veteranos, aunque los favoritos salieron indemnes.
A pesar del fuerte viento a favor la ida se hizo interminable, lo peor estaba por llegar. Una vez realizada la ciaboga comenzaba la lucha contra el viento (también con las olas, ahora en contra). Este tramo se hizo eterno. El frío se hacía notar contra el viento. Cuando faltaba una vuelta completa, los palistas vieron como el viento en vez de amainar crecía.