Un atunero Español escapa de un ataque pirata en Somalia
El buque atunero vasco Felipe Ruano, con tripulación gallega, sufrió en la madrugada de ayer el acoso de la piratería a 550 millas de la costa de Somalia.
El barco logró escapar del intento de secuestro después de que los piratas amenazasen con abordar la embarcación con lanchas rápidas. “Estamos navegando en zona peligrosa y estamos atendiendo la navegación, porque esto no es moco de pavo”, declaró horas después del ataque, y todavía nervioso, el capitán del pesquero, quien confirmó que toda la tripulación se encuentra en buen estado.
Todo ocurrió en torno a las siete y media de la madrugada, cuando el atunero, que faenaba a 550 millas, muy lejos de la Zona de Exclusión de la costa somalí, fue atacado por los piratas, según informó el Ministerio de Defensa, con dos lanchas rápidas. El buque español reaccionó rápido y, gracias a sus maniobras y a la ayuda del avión español de vigilancia marítima P-3 Orión, que opera en la zona, consiguió escapar tras hora y media de persecución y refugiarse en el puerto de Victoria, la capital de las islas Seychelles. Defensa aseguró que el Felipe Ruano había sido advertido el día anterior por las autoridades españolas de la “operación Atalanta” –la misión de la UE desplegada en la región para luchar contra la piratería– de la presencia en la zona de corsarios, que esta semana habían atacado a varios barcos de diferentes países. Igualmente, fue informado de que la fragata española Victoria, miembro de la “operación Atalanta”, estaba en el golfo de Adén, a más de 900 millas náuticas de distancia, y no podría intervenir en caso de asalto.
El ataque ha preocupado, y mucho, al sector pesquero, que teme que, pese al desarrollo de la “operación Atalanta” y a la presencia de tropas españolas en la zona, los atuneros no tengan la suficiente protección. En este sentido, el representante de Asociación de Armadores de Buques Atuneros Congeladores (Anabac), Juan Pedro Monteagudo González, denunció que, mientras la presencia militar es numerosa en el golfo de Adén, por donde pasan los grandes mercantes, más al sur, donde faenan los atuneros, es casi inexistente. La piratería, señalan, opera “sin impunidad” en aguas internacionales del océano Índico.
El representante de Anabac explicó que la asociación tiene desplazados en esa zona unos 18 buques pesqueros, en su mayoría dedicados a la pesca de atún, y que a lo largo de este tiempo han sufrido ya varios ataques.
El pesquero perseguido y acosado ayer por lanchas piratas pertenece a la armadora vasca Pevasa, naviera que tiene varios pesqueros en dicha zona, entre ellos, el Juan Ramón Egaña, el Playa de Anzoras (que logró zafarse de un ataque pirata en septiembre), el Playa de Aritzatxu y el Playa de Bakio. Este último fue capturado en abril del pasado año. El ataque, en aquella ocasión, ocurrió a 250 millas de la costa. Y ayer el acoso se producía a 550, lo que sorprende a Antonio Rodríguez, que estaba al frente de la tripulación del Playa de Bakio cuando fue capturado. “Es un motivo de preocupación que los ataques se produzcan ya a tanta distancia de la costa”, afirmó ayer este capitán.