Marineros de EE UU abortan el secuestro de su barco en Somalia
La tripulación recupera el control del buque tras retener a un atacante
Los 20 tripulantes estadounidenses del Maersk Alabama se vieron envueltos ayer un episodio sin precedentes en la escalada de ataques piratas vivida en los últimos años en aguas del golfo de Adén y noroeste del océano Índico. Cinco horas después de ser apresados, los marineros lograron reducir a uno de los asaltantes y recuperar el control de la nave, aunque los piratas mantenían como rehén al capitán del barco. A las diez de la noche hora local (una hora menos en la España peninsular), la tripulación negociaba el intercambio del capitán por comida.
El accidentado secuestro del Maersk Alabama -un portacontenedores de 17.000 toneladas propiedad de la naviera danesa Maersk y que opera con bandera de EE UU- se inició a las 7.30 hora local, cuando cuatro piratas tomaron el barco al abordaje mar adentro, a unos 450 kilómetros de la ciudad somalí de Eyl. Según uno de los marineros, que mantuvo una breve conversación con la agencia Associated Press por teléfono vía satélite, sobre el mediodía la tripulación logró inmovilizar a uno de los piratas y, con esta baza, pactar con los otros tres su propia liberación y recuperar el control de la nave.
El segundo de a bordo, Ken Quinn, explicó sobre las diez de la noche que la tripulación estaba negociando la liberación del capitán a cambio de comida. "Quieren retenerlo para lograr un rescate", dijo Quinn, que añadió que el capitán se encontraba en el bote salvavidas del barco junto con los cuatro captores, que habían hundido su propio bote tras abordar el contenedor. El marinero explicó a la cadena CNN que habían liberado al pirata al que lograron reducir a cambio del capitán, infructuosamente, y que estaban esperando la llegada de un destructor de EE UU que se acercaba a la zona.
"Todos los miembros de nuestras tripulaciones reciben entrenamiento sobre cómo enfrentarse de forma segura a un acto de piratería", dijo en conferencia de prensa John Reinhart, presidente de la división norteamericana de Maersk. "Como empresa de navíos mercantes no portamos armas. Tenemos formas de contraatacar, pero no disponemos de armas", insistió.
El barco se dirigía al puerto keniano de Mombasa, adonde llevaba 232 contenedores con comida del Programa Mundial de Alimentos (PMA) de la ONU para Somalia y Uganda. Cuando se produjo el secuestro, el barco más cercano de la Marina estadounidense estaba a unos 300 kilómetros.
El del Maersk Alabama es el sexto secuestro en la zona en los últimos cinco días, un notable repunte de los ataques piratas tras un primer trimestre del año relativamente tranquilo, con sólo ocho barcos apresados. El pasado lunes fueron secuestrados un pesquero de Taiwan y un barco británico con bandera italiana con 16 tripulantes búlgaros a bordo. A lo largo del fin de semana también fueron apresados un portacontenedores alemán, un remolcador yemení y un yate francés.
El aumento de los secuestros muestra el cambio de estrategia de unos piratas cada vez mejor equipados tras el despliegue de una fuerza internacional para aumentar la seguridad en la zona. La fuerza está compuesta por una quincena de buques de guerra de la UE, EE UU, China y Rusia. Ocho de ellos han sido aportados por la Unión y desde esta semana están bajo el mando español.
Los piratas, que en un principio utilizaban lanchas fuera borda para asaltar los barcos que transitaban cerca de la costa, ahora lanzan sus ataques a centenares de kilómetros mar adentro utilizando barcos nodriza y equipos de comunicación vía satélite. Fuentes del Pentágono destacaron que los "piratas cada vez se alejan más de la costa en sus ataques para evitar las zonas mejor protegidas" por las fuerzas internacionales. Este área abarca una superficie de 2,8 millones de kilómetros cuadrados, equivalente a los mares Mediterráneo y Rojo juntos.
Por otra parte, Berlín anunció ayer la entrega a las autoridades de Kenia de siete piratas capturados la semana pasada por la Marina alemana. El anuncio se produjo después de que la fiscalía general de Kenia aceptara juzgar en ese país a los piratas, que fueron