Los restos de Diego Colón
Un equipo de investigadores exhumó los restos de Diego Colón, hermano menor de Cristóbal Colón, para realizar pruebas de ADN, compararlas con los restos del almirante que se conservan en Sevilla y en la República Dominicana y determinar cuál es la verdadera tumba y la identidad de sus padres.
Los restos de Diego Colón, fallecido en 1515, estuvieron depositados en una capilla de la Cartuja de Sevilla hasta su descubrimiento en 1930, y desde entonces han estado bajo custodia de la fábrica de cerámica La Cartuja-Pickman, que los entregó a los investigadores.
El historiador Marcial Castro explicó en conferencia de prensa que estos restos, además de demostrar si el almirante está enterrado en Sevilla o en la República Dominicana, pueden "revolucionar toda la historiografía reciente" y aclarar si eran hermanos de padre y madre o tan sólo de uno de ellos, para determinar así si Cristóbal Colón era hijo bastardo del príncipe Carlos de Viana.
Se trata de la primera prueba de ADN que va a hacerse a algún miembro de la familia Colón y posteriormente se harán otras a los restos conservados en la Catedral de Sevilla y en el Faro de Colón de la República Dominicana, para lo cual los investigadores pidieron hace unos días el permiso al Gobierno español, al dominicano y a la Junta de Andalucía.
A su vez, estas tres muestras se compararán con el ADN de Hernando Colón, hijo del almirante, cuyos restos se conservan en la Catedral de Sevilla y que servirán como "referencia ya que se trata de una tumba intacta que no se ha abierto nunca", explicó el historiador.
Conservación de los restos
Los restos de Diego Colón fueron estudiados por última vez en 1960 y se colocaron en una caja de cinc que quedó depositada en un almacén de la fábrica hasta que hace unos años, con motivo del traslado desde la isla de la Cartuja a sus actuales instalaciones en Santiponce (Sevilla), se enterró en el jardín de la factoría.
En presencia de los medios de comunicación, operarios de la empresa desenterraron hoy esa caja y la abrieron con ayuda de un cincel, y en su interior aparecieron lo que los expertos identificaron como una escápula, varias costillas y otros fragmentos de huesos sumergidos en el agua que había penetrado debido a la humedad.
Anunciada Colón, descendiente del almirante que durante ocho años ha estudiado la trayectoria de los restos, expresó a los periodistas su convencimiento de que los verdaderos restos del almirante son los que conserva la Catedral de Sevilla porque considera "imposible que se equivocasen los españoles que los exhumaron" en 1898, porque eran los que estaban en el lado del Evangelio del altar.
En la República Dominicana están tranquilos
No obstante, Francisca Espinel, cónsul general de la República Dominicana en Sevilla invitada al acto de exhumación, manifestó a los periodistas que su país "puede estar extremadamente tranquilo de que nuestros restos son los auténticos" y por ello avanzó su convencimiento de que su Gobierno autorizará las pruebas de ADN.
José Antonio Lorente, director del Laboratorio de Medicina Legal de la Universidad de Granada, explicó por su parte que extraerán muestras del tamaño de un garbanzo para hacer las pruebas de ADN, cuyos primeros resultados se obtendrán dentro de tres o cuatro meses.
Aseguró que se trata de un caso "extremadamente difícil porque los restos tienen 500 años, se han conservado en difíciles condiciones y han sido sometidos a traslados", pero añadió que es posible lograr resultados porque recientemente demostró, en un análisis similar, que los supuestos restos de la reina Blanca de Navarra encontrados en Segovia no correspondían con los de su hijo, el príncipe de Viana.
Marcial Castro pidió a los Gobiernos implicados que autoricen pronto sus investigaciones "sin localismos" y que "prevalezca el interés científico cuando nos acercamos al 500 aniversario del fallecimiento del almirante", acaecido en 1506.