En Cíes está vetada la música, los animales de compañía y fumar en bastantes zonas
El plan de usos del parque pondrá por escrito las normas de comportamiento en estos espacios
Los visitantes del parque nacional de las Islas Atlánticas que valoran estos espacios protegidos saben cuáles son las reglas del juego y las restricciones a las que deben someterse. El plan rector de usos y de gestión del parque, que podría aprobar la Xunta antes del verano, recoge la normativa de protección de la biodiversidad y de los recursos paisajísticos y culturales. Incumplirlas puede dar lugar a sanciones puesto que se apoyan en la Ley del Patrimonio Natural y la Biodiversidad.
El parque nacional de las Islas Atlánticas no dispone aún de un plan rector de uso y gestión (se está negociando el borrador número 12 y se podría aprobar antes del próximo verano), pero los visitantes saben en general cómo comportarse en estos espacios protegidos. El plan de usos pone por escrito esas normas, que se basan en la Ley del Patrimonio Natural y de la Biodiversidad.
Precaución: especie humana
Una de las curiosidades es que no se puede fumar mientras se transite por senderos fuera de las zonas de uso especial y tradicional. Para explicarlo al revés, sólo se puede fumar en el núcleo de población de Ons y en las zonas de uso especial que son las instalaciones de gestión y uso público del parque o de otras administraciones como muelles, faros y los tramos de camino que conducen a ellos, áreas de acampada, merenderos, observatorios de aves, viviendas del parque y otros. Tampoco se pueden llevar aparatos productores de sonido para no perturbar a los animales o realizar actividades deportivas como descenso de acantilados, vuelo sin motor en todas sus modalidades (ni siquiera una cometa) o el uso de vehículos a motor desde motos acuáticas hasta los quads. Además, no se puede volar sobre el parque en aviones, helicópteros o globos a menos de tres mil metros sobre la superficie del terreno, salvo emergencias. No se pueden visitar las islas con animales de compañía o mascotas ni por supuesto introducir ninguna especie animal o vegetal. Está prohibida la pesca deportiva, el enmalle, la extracción de la cría del mejillón, hacer fuego al aire libre, abandonar los residuos, bañarse fuera de zonas autorizadas. La lista de actividades incompatibles con la conservación de la biodiversidad es larga. Se recogen también otras normas para proteger los recursos paisajísticos y culturales, como la prohibición de construir edificios nuevos salvo los necesarios para la gestión del parque o la investigación, y no puede haber elementos que produzcan contaminación lumínica o visual, ni se permiten colores llamativos en las fachadas, etc. Por último, se dan unas normas de carácter general en las que además de las reglas lógicas de no causar daños o no acceder a zonas vetadas para el público, se vuelve a insistir por ejemplo en el ruido: ni radios, ni instrumentos musicales, ni gritos ni silbidos que alteren la tranquilidad natural del parque. Además, están prohibidas en el parque las actividades profesionales de filmación o fotografía sin autorización. Una de las condiciones para el rodaje de películas, producciones de televisión o reportajes en general es la ausencia de espectadores.
Eliminar el visón americano, la acacia, la uña de gato y el eucalipto
Uno de los objetivos del parque nacional es la erradicación de especies de flora y fauna exótica, y en especial del visón americano, la uña de gato, el eucalipto y la acacia, una línea de trabajo que no es nueva y que aparece recogida en el borrador del plan de usos, junto a un centenar de planes concretos de acción. También se quiere eliminar la población de gatos de los archipiélagos de Cíes y Ons, así como reducir significativamente la mortalidad del cormorán moñudo que se enreda en artes de enmalle cuando busca comida. Otros objetivos son cartografiar los fondos marinos de todo el parque, crear un vivero de especies de flora amenazada, desarrollar planes de manejo de los distintos hábitats o adecuar el dique del Lago dos Nenos a sus necesidades de conservación. El programa de actividades de gestión toca todos los aspectos, desde la conservación del patrimonio cultural (los yacimientos arqueológicos y el patrimonio etnográfico) hasta la conservación del paisaje, donde está previsto enterrar las actuales líneas aéreas o integrar en el entorno los bares, restaurantes y el camping de Cíes. También se ha estudiado la gestión de los recursos hídricos, incluyendo la posibilidad de desalar agua marina en casos de emergencia, la promoción del compostaje de residuos en el parque, el desarrollo de actividades de educación e interpretación ambiental, al creación de los centros de interpretación, mejorar el acceso a personas con diversidad funcional y un número interminable de propuestas que formarán parte del plan de usos y de gestión.
Existen planes de conservación para los reptiles y el cormorán moñudo
En el parque nacional proliferan los estudios. El año pasado se presentaba el plan de conservación del cormorán moñudo, que según los investigadores Alberto Velando e Ignacio Munilla es el vertebrado más emblemático del parque, que además le confiere singularidad y está en peligro de extinción según el Libro Rojo de las Aves de España. El parque nacional reúne al 80% de la población ibérica de cormorán moñudo y en el estudio mencionado se establecían las acciones necesarias para garantizar su conservación. Ahora existe también un plan de manejo de los reptiles con medidas para su conservación. Los reptiles tienen una representación diversa, alguno en peligro de extinción como el esgonzo ibérico.