Croacia primer país en número de reconocimientos de Patrimonio Inmaterial

El reconocimiento de los valores culturales de Croacia se ha reforzado en 2010 con la aceptación de tres nuevas candidaturas, presentadas a examen en la quinta reunión del Comité Intergubernamental de la UNESCO para la salvaguardia del patrimonio inmaterial, celebrado en Nairobi. Con estas, Croacia ya cuenta con nueve en la lista general y un décimo elemento incluido en la selección que requiere medidas urgentes de salvaguardia.

De esta forma la UNESCO consolida la admiración y protección de diez bienes culturales, ya declarados por el Ministerio de Cultura de Croacia, que representan su tradicional artesanía, folclore y competiciones populares.

Entre las cuatro candidaturas mundiales que requieren medidas urgentes de salvaguardia, se ha aprobado el canto Ojkanje, reconociendo que su viabilidad corre peligro a pesar de los esfuerzos para preservarlos de los grupos que lo practican.

Los tres bienes inmateriales reconocidos por la UNESCO en 2010 son:

• El canto ojkanje a dos voces. La práctica de esta poesía cantada está extendida por las comarcas del interior de la región dálmata y lo interpretan dos o más cantantes con una vibración peculiar de la voz producida con la garganta. La duración la marca lo que pueda aguantar el cantante principal sin respirar. Las escalas tonales de las melodías son limitadas y esencialmente cromáticas, y su letra abarca temas muy diversos, desde el amor hasta las cuestiones políticas y sociales de actualidad. Ha sobrevivido gracias a grupos, que siguen transmitiendo sus técnicas en festivales de Croacia y otros países del mundo.

Los medios audiovisuales y el aprendizaje organizado en el seno de grupos folclóricos locales están desempeñando un papel cada vez más importante en su transmisión. Sin embargo, la supervivencia de las técnicas del vibrato individual depende de la existencia de intérpretes con talento, que sean capaces de aplicar sus conocimientos y transmitirlos a las generaciones más jóvenes. Los conflictos del pasado reciente y la emigración de la población rural a las ciudades han ocasionado una brusca disminución del número de intérpretes y la desaparición de estilos antiguos de canto.

Con este reconocimiento mundial se va a potenciar la reactivación de los modos de transmisión tradicional del canto ojkanje entre las generaciones adultas y las más jóvenes.

• El Sinjska Alka, torneo de caballería de Sinj. Se celebra anualmente desde 1717 el primer domingo de agosto en la ciudad de Sinj, situada en el interior de la región Dalmacia-Split. Los jinetes que participan en esta competición cabalgan a galope por una de las calles principales de la ciudad, apuntando con su lanza a un aro de hierro suspendido de una cuerda. El término alka (anillo) da nombre al torneo y tiene origen turco, poniendo de manifiesto la coexistencia histórica de dos civilizaciones diferentes, y los intercambios culturales entre ellas. Las reglas del torneo, codificadas en un reglamento que data de 1833, preconizan una conducta ética y el juego limpio, subrayando al mismo tiempo la importancia que reviste la participación en la vida de la comunidad.

El Sinjska Alka es el único vestigio de los antiguos torneos medievales que se celebraron regularmente en las ciudades costeras de Croacia hasta el siglo XIX. Se ha convertido en una cita notable de la historia local y en un medio de transmisión de la memoria colectiva de una generación a otra. Los participantes tienen que ser miembros de familias de la ciudad de Sinj y de la región de Cetinska Krajina. El conjunto de la comunidad toma parte en la fabricación, conservación, restauración y reparación de las armas, la indumentaria y los accesorios utilizados en esta festividad tradicional para contribuir a su perdurabilidad.

• La elaboración del pan de especias en el norte de Croacia. Esta tradición surgió en algunos monasterios europeos en la época medieval y se extendió a Croacia, donde se convirtió en actividad artesanal. Hoy estas figuras de pan son uno de los símbolos más notorios de la identidad croata, normalmente en forma de corazón, ofrecido como regalo y vendido en los mercados como elemento decorativo navideño.

El procedimiento exige habilidad y sigue una única receta utilizada por todos los artesanos: hacen una masa con harina, agua, azúcar y bicarbonato sódico y añaden las especias indispensables. La masa se coloca en moldes, se cuece, se seca y se pinta con colorantes alimentarios. Cada artesano ornamenta el pan a su guisa, con imágenes, espejitos y mensajes. La técnica de elaboración del pan se ha transmitido de generación en generación desde muchos siglos atrás y hoy en día las mujeres también custodian esta tradición.

Reconocimientos anteriores

Los tres nuevos reconocimientos de unen a las 7 manifestaciones croatas que ya contempla la Lista Representativa del Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. Fueron admitidas en la Convención del 2009 gracias al favorecimiento para descubrir la encrucijada de tradiciones culturales vivas, a través de los propios croatas:

• La fiesta de San Blas, patrono de Dubrovnik. Tiene una antigüedad de más de mil años y congrega no solo a sus habitantes, sino a todos los que veneran la tradición y respetan el derecho de toda persona a la libertad y la paz.

• Marcha de los campanilleros de la región de Kastav en el carnaval anual. En el carnaval de enero, grupos de zvon?ari (campanilleros) recorren los pueblos diseminados por la región de Kastav, situada al noroeste de Croacia.

• La fabricación de encajes en Croacia con con al menos tres técnicas diferentes de fabricación de encajes:

o Los encajes de aguja de Pag, cuya técnica, consistente en bordar motivos geométricos sobre un patrón en forma de tela de araña.

o Los encajes de bolillos de Lepoglava, a base de trenzar hilos enrollados en husos. En esta ciudad se celebra todos los años en septiembre un Festival Internacional del encaje para exaltar este arte. www.lepoglava-info.hr

o La técnica del encaje con hilo de áloe sólo la utilizan en Croacia las monjas benedictinas de la ciudad de Hvar.

• La procesión Za Krizen (Vía Crucis) en la isla de Hvar. El primer escrito sobre esta procesión data del 16 de febrero de 1658. Después de la misa del Jueves Santo cada una de las siete parroquias de la isla dálmata de Hvar, situada al sur de Croacia, inicia la procesión a los pueblos restantes, efectuando un recorrido de 27 km en ocho horas.

• El desfile de primavera de las Ljelje/Kraljice (reinas) de Gorjane. El desfile anual se celebra en el día de Pentecostés en la ciudad de Gorjane, cerca de Dakovo. En él participan las jóvenes de este pueblo de la región de Eslavonia, al nordeste de Croacia, vestidas con coloridos trajes típicos, altos sombreros y espadas en mano.

• La fabricación tradicional de juguetes infantiles de madera en Hrvatsko Zagorje. En esta región del norte de Croacia, los hombres de familia recogen madera de sauce, tilo, haya y arce, y la secan, cortan y tallan utilizando herramientas tradicionales. Las mujeres aplican una pintura ecológica para decorarlos.

• Canto y música a dos voces en escala istriana. En la península de Istria se siguen manteniendo vivas diversas formas de canto y música a dos voces en escala istriana. Este estilo musical se caracteriza por la potencia y la leve nasalidad de la voz.