Solo las motos de agua y la vela resisten los efectos del coronavirus en la náutica
Las matriculaciones cayeron un 11,7 % en el primer trimestre del año
No se muestra muy optimista Carlos Sanlorenzo, secretario general de Anen (Asociación Nacional de Empresas Náuticas), al observar cómo ha empezado el año el sector náutico. Un arranque marcado, cómo no, por la crisis sanitaria que ha desencadenado el coronavirus. «Está padeciendo ya los primeros efectos económicos negativos de esta pandemia que previsiblemente nos dejará un ejercicio con enormes pérdidas en productividad y empleo», señala Sanlorenzo. Esos nubarrones negros que augura el secretario general de Anen se intuyen ya en los datos de marzo facilitados por la Dirección General de la Marina Mercante: «La caída de las matriculaciones en ese mes, cuando está a punto de empezar la temporada náutica, ha sido cercana al 50 %», subraya Sanlorenzo. Un resultado que trunca la evolución positiva que venía teniendo el sector desde hace unos años.
El retroceso en el primer trimestre es del 11,8 %, pues entre enero y marzo se han matriculado en España 860 embarcaciones de recreo, 115 menos que en el mismo período del año pasado. Y de la caída no se libra ninguna eslora, aunque el signo negativo es mayor cuanto más grande es el buque. En barcos de más de 16 metros han caído casi a la mitad (45,5 % menos). Y de entre 12 y 16, el retroceso es del 37,2 %.
Los tamaños preferidos por los aficionados a la náutica en España -menores de 8 metros y los que tienen entre esa eslora y 12 metros- tampoco se libran de la debacle. De los medianos se dieron de alta un 24,5 % menos, mientras que los que no alcanzan los 8 metros -que suponen el 87 % del mercado náutico- bajan un 18,8 % con respecto al primer trimestre del año pasado.
Eso por esloras. Por tipos de embarcaciones solo dos se salvan de los número rojos: las motos de agua y los veleros. De estos dos modelos se han matriculado más unidades que el año pasado. La relación de motos acuáticas se ha incrementado un 26,9 %, mientras que las altas de veleros suben un 3,7 %. Ahora bien, no es un dato tan bueno como podría parecer, puesto que, según hace ver la patronal de las empresas náuticas, se aprecia un frenazo en el crecimiento y así, aunque se cuentan más altas, aumentan «en menor medida de lo que lo venían haciendo hasta febrero».
Las matriculaciones de todas las demás tipologías caen en número. Un 21,6 % menos en el caso de los barcos a motor, un 21,2 %, en las neumáticas plegables, y las lanchas semirrígidas empeoran resultados y arrojan el dato más negativo de todos: -26,7%.
El chárter pierde fuelle
El mercado de alquiler, que hasta febrero venía creciendo en matriculaciones de barcos destinados al chárter un 41,18 %, cae un 3,78 % en el acumulado del año, con 178 matriculaciones frente a las 185 efectuadas en el mismo período del 2019. La caída se agudiza en marzo, con un retroceso del 42%.
Andalucía, Baleares y Cataluña, las comunidades autónomas a la cabeza del mercado náutico, pierden matriculaciones en el primer trimestre. La andaluza, con casi un cuarto de la cuota, se sitúa en primer lugar y experimenta una caída del -2,4 % en matriculaciones. Baleares, segunda en altas, lidera el chárter (28 %).
La construcción y mantenimiento de barcos están permitidos en el estado de alarma
En respuesta a una consulta realizada por la patronal de empresas náuticas, Anen, la Dirección General de la Marina Mercante (DGMM) ha aclarado que las tareas de mantenimiento, reparación y construcción de embarcaciones de recreo, y realización de traslados y pruebas de mar están permitidos a los profesionales en esta fase del estado de alarma. Eso sí, dentro del estricto «cumplimiento del protocolo en los centros de trabajo, de las medidas de prevención para evitar los contagios por COVID-19».
Las tareas permitidas deberán realizarlas profesionales y empresas dedicadas a estas actividades, y en ningún caso los propietarios de la embarcaciones de recreo, que no pueden acceder a las instalaciones náutico-deportivas durante el estado de alarma.
En su nota aclaratoria, la Administración señala que desde el 13 de abril -cuando expiró el permiso retribuido recuperable para trabajadores de servicios no esenciales- se autoriza al desarrollo de, entre otras, «las tareas de achique y de revisión de amarres o defensas de las embarcaciones de recreo mientras se encuentran en puerto, así como cualesquiera otras que se precisen para garantizar el mantenimiento del barco, siempre bajo los parámetros de seguridad marítima durante el estado de alarma».
Además, «dada la naturaleza y necesidades que acompañan al desarrollo de esas actividades industriales, se aclara que estas actividades deben comprender las de su traslado por vía marítima o terrestre y las correspondientes pruebas de mar. Esta actividad se habrá de llevar a cabo por el personal adscrito a la empresa de reparación», concluye.