No está claro que la bajada de precios de los combustibles suponga aumentar la velocidad de los portacontenedores
La bajada del precio del petróleo y, por tanto, de los combustibles marinos, está provocando no pocos quebraderos de cabeza a los armadores y operadores de portacontenedores, que ven que la navegación lenta (slow steaming) para ahorrar combustible podría dejar de ser rentable.
En un estudio de Dynamar sobre los precios del combustible, el analista Dirk Visser advierte que, a fecha de 13 de enero de 2014, el IFO 380 cuesta 236 $/t en el puerto de Rotterdam, frente a 558 $/t de agosto de 2014. Con estos datos y teniendo en cuenta que en los tráficos entre Asia y Europa hacen falta 12 buques por ruta para mantener la frecuencia semanal con navegación lenta (17 nudos), muchos se preguntan si no sería el momento de aumentar la velocidad y utilizar menos barcos.
Para Nils Andersen de APMoller-Maersk los menores costes derivados del menor precio del combustible se ven compensados automáticamente por la bajada de los ingresos por los recargos (Bunker Adjustement Factor, BAF) en las tarifas de fletes. Por ello, muchos armadores prefieren mantener la velocidad lenta, que ha ayudado a limitar los efectos del grave problema de la sobrecapacidad de la flota.
Según Dirk Visser, aumentar o no la velocidad de servicio no sólo responde al precio del combustible. Muchos armadores han llevado a cabo modificaciones técnicas en sus buques, en muchos casos irreversibles, orientadas a optimizar el rendimiento en navegación lenta. Incluso algunos buques se han proyectado específicamente para este tipo de navegación.
Ahora las líneas deben evaluar si aceleran sus flotas y ofrecen a los clientes tiempos de tránsito menores. Pero, para operar con menos buques, deberían no renovar parte de sus contratos de fletamento por tiempo con armadores independientes, lo que sería muy perjudicial para éstos, dada la sobrecapacidad existente en el mercado.