La lucha contra la piratería gana protagonismo en las agendas políticas
Los europarlamentarios Peter van Dalen y Georgios Koumoutsakos están tratando, según el diario Lloyd’s List, de que el Parlamento Europeo adopte un nuevo paquete de medidas para luchar contra la piratería en el transporte marítimo, entre las que se incluyen el establecimiento de una fuerza militar europea, así como un equipo de investigación financiera que rastree el pago de los rescates, a través de los bancos europeos e incluso del otro lado del Atlántico. Van Dalen ha declarado que confía en lograr al menos un debate parlamentario sobre este asunto y elevar así su importancia en la agenda política europea.
Concretamente, ha defendido la creación de una fuerza militar de la Unión Europea, capaz de embarcar personal a bordo de buques que naveguen por la zona del Cuerno de África. También ha señalado que se debe resolver la problemática de certificados oficiales sobre el empleo de guardias privados armados a bordo y propuso la adopción de normas que prohíban a los bancos europeos manejar el dinero procedente de rescates.
ECSA (European Community Shiponwers’ Associations) y ETWF (European Transport Workers Federation) han aplaudido este aumento de interés político por la piratería en el transporte marítimo. Además, han pedido al Parlamento que dé su visto bueno para coordinar las diversas organizaciones de la UE y que encuentren las soluciones políticas, militares, jurídicas y humanitarias a este problema.
Por otra parte, en Italia, el ministro de Defensa, Ignazio La Russa, y la asociación de navieros italianos Confitarma firmaron el pasado 11 de octubre un protocolo para permitir el embarque de guardias privados armados a bordo de buques mercantes, lo que “será posible dentro de poco tiempo”, ha señalado un portavoz de Confitarma. El pasado mes de julio, Italia dio su visto bueno a la posibilidad de “embarcar guardias militares de fuerzas de seguridad privadas en áreas marítimas internacionales con riesgo de sufrir ataques piratas”, pero aún deben firmarse normas y protocolos al respecto.
El 10 de octubre, un día antes de la firma de este protocolo, dos buques de las fuerzas navales de Estados Unidos y el Reino Unido habían liberado al granelero “Montecristo”, abanderado en Italia y con 23 tripulantes a bordo (10 indios, 7 italianos y 6 ucranianos), que había sido secuestrado por piratas a la altura de las costas de Somalia.
Tras conocerse este desenlace y la intención política del Gobierno italiano, el ministro de Asuntos Exteriores británico, Hanry Bellingham, confirmó, en un discurso pronunciado el 12 de octubre en la sede de la asociación de navieros británicos (Chamber of Shipping), que en breve anunciará formalmente un cambio de posición de su Gobierno, que hasta ahora “desaconsejaba enérgicamente” enrolar guardias privados armados a bordo. “Era necesario estudiar meticulosamente las complejas cuestiones legales relacionadas con el uso de armas de fuego. Pero este trabajo está casi terminado y pronto se anunciará un cambio de política y de práctica. Quiero subrayar que no estamos haciendo esto a la ligera. Estamos pensando en que el embarque de guardas privados armados sea una únicamente medida temporal. Es una respuesta a las circunstancias extraordinarias actuales.”
Pocos días después, AP Möller-Maersk anunciaba que hará un uso más regular de guardias privados armados a bordo de sus petroleros que navegan por el Golfo de Adén. No hay “planes inmediatos” para extender esta medida a sus portacontenedores. Este grupo naviero ha sufrido ataques piratas en varios de sus buques, como el “Maersk Alabama”. Hasta ahora, recurría a guardas armados cuando estimaba que era necesario, según cada caso. Sin embargo, tras analizar sus experiencias, ha decidido dar un paso más, especialmente en los buques más lentos o con un francobordo bajo.
El aumento de la piratería en los últimos años es un problema muy preocupante para el sector marítimo, aunque es indudable que algunas de las medidas que se vienen aplicando están surtiendo efecto, como lo demuestra que el porcentaje de éxito en las tentativas de ataques ha descendido de más del 40% histórico a menos del 20% este año, lo cual es sin duda fruto de la eficacia tanto de la presencia naval en la región como de las mejores prácticas de gestión. Mientras que, a mediados de 2008, aproximadamente la mitad de los ataques tenían éxito, en los seis primeros meses de 2011 se registraron 187 ataques resultando en sólo 22 secuestros (sólo el 12% de los ataques tuvieron éxito). Pero el número de ataques sigue creciendo y los resultados negativos no descienden suficientemente: al 1 de enero de este año había 28 buques y 656 tripulantes secuestrados y, a finales de julio aún estaban retenidos 22 buques y 464 tripulantes.