El shale oil estadounidense, fundamental para la demanda de transporte marítimo de crudo de petróleo
A pesar de los precios relativamente bajos del petróleo en los últimos años los productores de petróleo de esquisto (shale oil) de EE.UU. han conseguido mantener su presión sobre la OPEP, en términos de cuota de mercado. Con los precios del petróleo de nuevo al alza, esta vez pocos apuestan contra el shale oil. Para el mercado de los buques petroleros en particular, el auge de dicho sector en los EE.UU. no ha tenido el impacto negativo que tuvo en el pasado sobre sus importaciones y, al mismo tiempo, se ha producido un notable aumento en sus exportaciones.
En su informe semanal más reciente, el analista Gibson ha destacado la espectacular recuperación de la producción de shale oil en los EE.UU. el pasado año 2017, respaldada por el aumento de la demanda y las restricciones a la producción acordadas por los países de la OPEP y algunos de sus socios, que son las que provocaron el aumento de los precios del crudo. Según datos de la Administración de Información Energética (Energy Information Administration, EIA), en diciembre de 2017 la producción de crudo de los EE.UU. se situó en 9,9 millones de barriles diarios (Mb/día), lo que Gibson califica como un “colosal” aumento de 1,15 Mb/día respecto a diciembre de 2016. Según Gibson, “en el pasado, semejantes aumentos de la producción nacional desencadenaron descensos similares en las importaciones de crudo del país, pero no parece ser el caso esta vez. De hecho, la media de las importaciones de crudo de EE.UU. creció ligeramente en los tres primeros trimestres de 2017 respecto al mismo período de 2016”. Las importaciones de crudo de largo recorrido desde Oriente Medio apenas variaron respecto al ejercicio anterior, siguieron aumentando las procedentes de Canadá y disminuyeron las de corta distancia desde América Latina, especialmente con origen en Colombia y Venezuela.
Esta situación cambió en el cuarto trimestre: los datos de la EIA muestran una disminución considerable del volumen de crudo importado entre octubre y diciembre de 2017, respecto a los niveles registrados a principios de año. Pero esta disminución se puede atribuir en parte a las interrupciones del transporte marítimo causadas por varios huracanes importantes en el golfo de México y al hecho de que las refinerías tienden a reducir sus existencias a fin de año para reducir sus obligaciones fiscales. No obstante, incluso teniendo en cuenta esta reducción de las importaciones de crudo en el último trimestre, el total anual en 2017 será muy similar al de 2016.
Para Gibson, otro factor clave en el mercado de crudo de los EE.UU. en 2017 fue el “incesante aumento de las exportaciones de crudo”. En el tercer trimestre, las exportaciones promediaron 1,05 Mb/d, con un aumento de casi un 75% respecto a 2016. Las estimaciones iniciales también sugieren un mayor aumento en el cuarto trimestre, hasta un nivel récord de 1,45 Mb/d.
A esto hay que añadir la reciente publicación de las previsiones de la EIA sobre producción de crudo en EE.UU. para los próximos dos años. La más reciente para 2018 es notablemente más alcista, lo que no sorprende, teniendo en cuenta la tendencia de los precios del petróleo en las últimas semanas, con el Brent en torno a los 70 $/barril y el WTI cercano a los 64 $/barril. La EIA prevé que la producción de crudo en los EE.UU. alcance niveles récord en marzo, por encima de 10,1 Mb/d. En términos anuales, la proyección para 2018 es de 10,25 Mb/d, lo que supondría un aumento de 1 Mb/d respecto a 2017. Para 2019 la EIA estima un aumento adicional de la producción de 0,55 Mb/d.
Según Nikos Roussanoglou, de la publicación especializada Hellenic Shipping News, estas previsiones de crecimiento de la producción de crudo de los EE.UU., unidas a las continuas mejoras de las infraestructuras estadounidenses, sugieren un fuerte potencial de aumento de las exportaciones. Sin embargo, el futuro es incierto. Tal vez la mayor incertidumbre la genera la posible respuesta de la OPEP a un continuo aumento de la producción del petróleo de esquisto estadounidense.
En el gráfico adjunto, con datos de la EIA, se incluyen estas previsiones de producción, así como su posible efecto sobre los precios del crudo West Texas (WTI) para el cual, como puede apreciarse, se vaticina una estabilización para 2018 y 2019.