Ponen en venta un centenar de barcos por el alto precio de los atraques en Tazacorte (La Palma)
Los carteles de "Se vende" han invadido la marina del puerto de Tazacorte tras la comunicación realizada por la empresa concesionaria de la explotación de la zona portuaria de las nuevas tarifas por atraques y fondeos, así como por la permanencia de los barcos en marina seca.
La reacción casi unánime de los propietarios de las embarcaciones deportivas y de recreo se ha hecho notar con la masiva e inmediata colocación de avisos de venta.
Sea o no una medida de presión, en la mayoría de los aproximadamente 150 barcos atracados en el puerto cuelga un cartel. A estos hay que sumar otra veintena de usuarios que han optado por sacar su barco del agua y buscar otras ubicaciones en tierra, fuera del puerto, a fin de no hacer frente a los precios que se han impuesto por los atraques.
La decisión de los ocupantes de los pantalanes viene acompañada por un escrito que ha sido dirigido al departamento regional de Puertos en el que se cuestiona la explotación puesta en marcha a favor de la entidad Puerto de Tazacorte S.L.U. (creada por la concesionaria Satocan). En el mismo se manifiesta la "perplejidad y estupor" de los afectados por las condiciones "abusivas" a las que afirman han sido sometidos los que vienen disfrutando desde hace muchos años de los pantalanes o fondeos en este muelle.
Subidas del 83%
En la queja suscrita por los dueños de las embarcaciones se afirma que "el incremento de la nueva tarifa (a 0,35 euros por metro cuadrado día) llega en algunos casos hasta el 83% sobre el precio pagado con anterioridad, cuando las condiciones prestadas serán iguales e incluso peores teniendo en cuenta la inminente obra que se realizará en el puerto y los consiguientes perjuicios". Sin embargo, "la empresa concesionaria, que debe invertir unos 20 millones de euros en los servicios del puerto, no ha desarrollado ninguna actuación por ahora, sólo cobrar el máximo estipulado con unas prestaciones que son mínimas".
En cuanto a la situación económica de los afectados, estos afirman que es fácil pensar que el que tiene una embarcación deportiva es una persona con elevados recursos y que, por consiguiente, "el que quiera tener un barco que se lo pague". Pero "esa no es la realidad. La inmensa mayoría, por no decir la totalidad de las personas que en este puerto tiene una embarcación, tiene un empleo normal. En ningún caso se trata de los propietarios de megayates".